Hay quien se siente incapaz de emprender la rutina de un nuevo día sin el impulso de un café con leche, y quien no concibe otro final a la comida que una aromática taza de café. Tomarse un café es una costumbre tan arraigada que se ha cifrado en unos 900 millones de tazas las que se consumen a diario en todo el mundo.

Solo el agua y el té superan esta cifra. El café moviliza la energía y supone un pretexto para relacionarse, pero también puede ser una adicción difícil de superar.

¿El café, un placer para los sentidos o una adicción?

Hasta hace poco las ventajas del café se limitaban a su papel como excitante. La cafeína es una sustancia psicoactiva, del tipo de las xantinas, que penetra en las células del sistema nervioso central e interfiere en la acción de un neurotransmisor, la adenosina, lo que provoca sensación de euforia y vitalidad.

A la cafeína se la considera una ayuda ergogénica y se le reconocen ventajas para los deportistas– superar los 12 mcg por milílitro de orina se considera dopaje–. Últimamente han surgido voces que reivindican virtudes diuréticas y laxantes y destacan su alto contenido en antioxidantes, que suponen una defensa frente a los radicales libres.

Aspectos negativos del consumo abusivo de café

Pero el café es una sustancia no exenta de polémicas, sobre todo en el ámbito naturista. Es un hecho que genera tolerancia y adicción, puede favorecer la acidez del estómago y la osteoporosis, y tomar cuatro tazas al día se considera perjudicial.

También puede crear síndrome de abstinencia, con cefaleas, cansancio e irritabilidad. Cabe preguntarse si es necesario tomar a menudo esta bebida excitante cuando existen alternativas más saludables.

El exceso de cafeína puede, teniendo en cuenta las diferencias individuales los siguientes síntomas:

  • Provocar mayor frecuencia cardíaca y palpitaciones.
  • Elevar la tensión sanguínea.
  • Aumentar el riesgo de deshidratación por pérdida de líquidos.
  • Temblores y dificultades para dormir.

Pero, por otra parte, se trata de una bebida apetitosa y totalmente integrada en la vida cotidiana.

11 preguntas para saberlo todo sobre el café

1. ¿Por qué la medicina naturista lo rechaza?

Es una bebida alejada del estilo de vida relajado y natural. A partir de unos 400 mg de cafeína al día, crea dependencia y trastornos de sueño, razones suficientes para que la medicina naturista, los naturópatas o los acupuntores desaconsejen su consumo rutinario.

2. ¿Qué café es el más recomendable?

El café orgánico, de cultivo biológico, está libre de plaguicidas y contaminantes, al no usar aditivos, y es respetuoso con el medio ambiente. El de comercio justo permite a los pequeños productores y campesinos recibir un precio satisfactorio que impide su explotación.

3. ¿Tueste natural o torrefacto?

El café más saludable es el que se presenta sin aditivos ni manipulaciones. El de tueste natural tiene mejores propiedades que el torrefacto, que ha perdido nutrientes al someterse a altas temperaturas. Además, durante el proceso se le ha añadido azúcar.

4. ¿Qué método de preparación es el mejor?

No es lo mismo prepararlo en una cafetera de goteo –lo ideal–, en una exprés o mediante cápsulas. En los dos últimos aparecen niveles más elevados de furano, un compuesto formado durante los procesos de tratamiento térmico de la bebida. Las cápsulas pueden desprender aluminio por la elevada presión.

5. ¿Tiene propiedades antioxidantes?

Se han descubierto hasta 30 compuestos antioxidantes, incluidos los terpenos que protegen de la acción de los radicales libres. Los mayores responsables de esta actividad antioxidante, que puede doblar a la del té verde, son los fitosteroles (stigmaterol, betasisosterol y campesterol).

6. ¿Es una sustancia que crea dependencia?

Varía de una persona a otra. Entre los síntomas más frecuentes cuando se deja la cafeína bruscamente figuran estados de somnolencia, fatiga, ánimo bajo, sensación de irritabilidad, dolores de cabeza, vómitos y náuseas, síntomas que pueden desaparecer a los pocos días.

7. ¿Cuántas tazas al día son aconsejables?

Puede variar según el peso. Una dosis media de unos 250 mg de cafeína al día, lo que resultaría de tomar unas tres tazas, se considera tolerable y apta para un adulto. Superar estas cifras se desaconseja. Cada persona es distinta; lo razonable es, pues, observarse y tomarlo con moderación.

8. ¿Se puede tomar café para la somnolencia?

Preferiblemente de forma puntual, pues acostumbrarse a tomar cafeína con este propósito suele acabar generando dependencia. Y es preciso añadir que, en contra de lo que se decía, la cafeína tampoco ayuda a combatir la resaca. Cafeína y alcohol constituyen un cóctel peligroso.

9. ¿Quién debería evitar el café?

Deben vigilar el consumo de café:

  • Las personas nerviosas y propensas al estrés y a la ansiedad.
  • Las personas afectadas por insomnio frecuente o crónico.
  • Las personas que padezcan de reflujo gástrico.
  • Las personas que tengan un ritmo cardíaco rápido.
  • En caso de migrañas crónicas.
  • Personas con hipertensión.
  • Las embarazadas deben consultar.

10. ¿Es útil la cafeína para los deportistas?

La cafeína ayuda a absorber más rápidamente los hidratos de carbono, hasta un 25%, y puede facilitar el uso de grasa intramuscular durante el ejercicio, preservando el glucógeno, lo que aporta mayor resistencia física. Un consumo de 100 a 300 mg puede ser considerado como una dosis razonable.

11. ¿Qué alternativas hay para los muy cafeteros?

Existen otras opciones estimulantes. El guaraná y la hierba mate contienen trazas de cafeína y algunos tés verdes japoneses, como el bancha y el kukicha, son bajos en cafeína y ricos en antioxidantes. También se puede experimentar con el té de cereales, el rooibos y la achicoria.