El movimiento anti-aging expone que la alimentación deficiente, el sedentarismo y el estrés provocan los problemas de salud más frecuentes y aceleran el envejecimiento. En cambio, los vegetales ricos en antioxidantes contribuyen a mantenernos en el mejor estado físico y mental posible.

Por mi experiencia y conocimientos creo que es un buen punto de partida para llevar una alimentación sana. Además, para mí, es importante que cada plato sea nutritivo, consciente y compasivo. Con estos ingredientes no podemos sino obtener resultados deliciosos, rebosantes de vida, amor y belleza.

Envejecimiento patológico: no siempre es un proceso natural

Existe un envejecimiento fisiológico o normal que no implica sufrir enfermedades, pero también se puede envejecer de manera patológica, prematura o acelerada. En este caso, el paso de los años va acompañado de un gran riesgo de desarrollar alteraciones crónicas y graves.

El deterioro asociado al envejecimiento es causado en su mayor parte por los radicales libres, moléculas microscópicas resultantes del proceso de transformación de los nutrientes en energía.

Estas moléculas agresivas atacan a diario unas 10.000 veces a nuestro ADN, a las enzimas que regulan el metabolismo y a los lípidos, provocando oxidación en los componentes celulares, incluido el material genético. Todos estos cambios aceleran el envejecimiento y el desarrollo de enfermedades degenerativas.

Una parte de los radicales libres tiene una función positiva, pues colabora con el sistema inmunitario en la neutralización de las bacterias patógenas, por ejemplo. Pero el exceso de radicales es un problema. Esto ocurre cuando sobrepasan la capacidad de control del organismo mediante sustancias antioxidantes generadas por el propio cuerpo o que se obtienen de los alimentos.

Es decir, además de energía, necesitamos sustancias que favorezcan la reparación de los daños y la eliminación de los desechos metabólicos generados.

Los diferentes órganos y sistemas pueden envejecer en diferentes momentos y velocidades distintas. Podemos tener una piel saludable y joven, y un sistema digestivo débil y no tan joven. Pero es posible contribuir a ralentizar la velocidad del envejecimiento biológico en todos los sistemas por medio de una mejor alimentación y un estilo de vida saludable.

Alimentos antioxidantes para una dieta contra el envejecimiento

En la dieta contemporánea que sigue la mayoría de las personas hay muchos mal llamados "alimentos" que no contienen estos antioxidantes protectores. Son comestibles que nos aportan macronutrientes, pero no nos ofrecen compuestos well-aging (buen envejecimiento).

Sin embargo, hay otros alimentos de verdad que son muy ricos en ellos y que siguen aportándonos los macronutrientes que necesitamos para sentirnos fuertes y enérgicos a diario. No conseguiremos la inmortalidad, pero seguro que viviremos un día a día más satisfactorio y saludable.

Los antioxidantes se encuentran en su mayoría en verduras y frutas frescas, así que lo mejor que podemos hacer para asegurarnos el aporte diario es comer las piezas de verduras y frutas tal cual. También me parece importante prepararlas con cariño e intención, como se hace en alimentación viva, sin someterlos a temperaturas elevadas para preservar sus enzimas y propiedades.

Desde este punto de vista, la cocina con alimentos vivos, el raw food bien entendido, es un paso hacia la preparación de los alimentos de la manera más saludable, más antienvejecimiento posible.

No solo no desnaturaliza los alimentos ni genera tóxicos propios de la cocción a temperaturas elevadas, sino que preserva al máximo los principios antioxidantes de los alimentos, la verdadera "agua de la fuente de la eterna juventud".

Opta por alimentos crudos

Si lo que queremos es aprovechar al máximo las propiedades de los alimentos, entonces lo mejor es olvidarse de cualquier tipo de preparación, incluso de los cuchillos, y simplemente lavar los alimentos y comerlos como lo harían nuestros familiares, los primates.

Las maneras más respetuosas y conscientes, y por tanto más well-aging, de consumir los alimentos son en modo de crudos, germinados, brotes, licuados, batidos, triturados, macerados ligeros o largos, fermentados y deshidratados.

Si se echa de menos la cocción o algún alimento caliente, optaremos por los cocinados rápidos al vapor o salteados, aunque al hacerlo se pierden parte de los nutrientes y enzimas. El calor a una temperatura superior a los 38 °C destruye muchas de las vitaminas y las enzimas en los alimentos. la ayuda de los microorganismos

Aparte de no estar desnaturalizados y de preservar enzimas alimentarias y nutrientes, los alimentos crudos contienen microorganismos beneficiosos que afectan positivamente al sistema inmunitario y nos ayudan en la digestión, repoblando con bacterias beneficiosas (probióticos) nuestra flora intestinal y alimentando nuestra microbiota con fibra natural (prebióticos).

Los mejores ingredientes

Los vegetales silvestres, ecológicos e integrales son más nutritivos y naturales. En crudo contienen intactos una mayor cantidad de antioxidantes y sustancias well-aging que los productos "domesticados" y convencionales.

Pero hay que tener en cuenta que lo natural y vivo se estropea. Los frutos secos, por ejemplo, dejan de ser beneficiosos si no se conservan bien, en un sitio fresco y preservado de la humedad. De no ser así, se vuelven rancios y potencialmente tóxicos.

El agua es básica para la oxigenación y la hidratación del organismo, pero el agua del grifo sin filtrar y sin vitalizar no es tan saludable. Contiene, por ejemplo, trihalometanos, compuestos químicos volátiles cancerígenos que se generan por la combinación del cloro con materia orgánica. pocas calorías,

Menos calorías, más nutrientes

Tenemos mucha suerte, ya que el grueso de la investigación anti-aging actual se centra en la nutrición (la cirugía, la nano y la biotecnología son otras estrategias, pero alejadas de lo natural).

Además de las propiedades de los antioxidantes, los estudios indican –aunque las conclusiones no son definitivas– que una cierta restricción calórica reduce el riesgo de desarrollar diabetes de tipo dos y aterosclerosis, entre otras alteraciones de la salud.

En muchas culturas encontramos perlas de sabiduría que nos advierten contra los peligros de la glotonería –"el hombre cava su tumba con los dientes"– o que aconsejan la moderación. No te llenes del todo.

Un ejemplo lo encontramos en el norte de la isla japonesa de Okinawa, una de las comunidades más conocidas por sus saludables, longevos y centenarios habitantes, que todavía mantienen dietas y costumbres ancestrales.

Estas comunidades no solo evitan comer ad libitum, sino que aconsejan quedarse con algo de hambre en las comidas, siguiendo la máxima confucionista hara hachi bu, que significa "come hasta estar lleno al 80%".

En resumen, el antídoto inmediato contra el envejecimiento es eliminar al máximo los alimentos procesados de nuestro día a día , refinados o preparados de manera inconsciente, así como los ambientes y situaciones tóxicas.

Debemos recordar que no solo los alimentos nos nutren o "desnutren", sino que también las experiencias que vivimos nos afectan.

Por otro lado, introduciremos más alimentos ricos en nutrientes, en especial antioxidantes.

Los prepararemos de manera consciente y no nos olvidaremos de hacer ejercicio a diario, estar hidratados, tomar el sol de manera moderada, descansar bien y en horario adecuado, estar en contacto con la naturaleza y rodearnos de buena compañía