Consumir verduras de hoja verde, bayas, hortalizas de color naranja oscuro y rojo, y beber zumo de naranja reduce la pérdida de memoria y protege las habilidades intelectuales, según un artículo publicado en Neurology, la revista de la Academia Americana de Neurología.

Changzheng Yuan, investigador de Universidad de Harvard, explica que él y su equipo han analizado durante un periodo de 20 años a 27.842 hombres, todos ellos profesionales de la salud, que respondieron cada cuatro años a cuestionarios sobre cuántas raciones de frutas, verduras y otros alimentos estaban consumiendo.

Consumir muchos vegetales frescos reduce el riesgo de perder la memoria

Los participantes del estudio también respondieron a determinadas preguntas para evaluar el estado de su memoria y sus habilidades cognitivas. Después de 20 años, el 55% de los participantes tenía buena memoria y capacidad cognitivas; el 38%, moderada, y en el 7% se había deteriado significativamente.

Los datos recogidos permitían establecer una asociación entre la alimentación y la evolución del estado mental. Para ello se dividió a los participantes en cinco grupos en función de la cantidad de raciones de hortalizas y frutas que consumían.

Los investigadores pudieron observar que los hombres que consumían más vegetales frescos tenían un 34% menos de probabilidades de sufrir una mala evolución de su memoria y sus habilidades intelectuales.

El zumo de naranja, rico en vitamina C, protege la memoria

Destaca la protección conferida por el zumo de naranja: las personas que lo toman todos los días tienen un 47% menos probabilidades de perder su memoria.

Otros alimentos que parecen proporcionar una protección especial son las verduras de hoja verde (abundan en ácido fólico y vitamina A), las bayas (vitamina C y antocianinas antioxidantes), las hortalizas de color naranja oscuro (como las zanahorias, la calabaza o los albaricoques, todos ellos ricos en betacaroteno o provitamina A) y rojo (tomates, pimientos, etc, abundantes en licopeno y betacaroteno).

Una de las principales conclusiones del estudio es que conviene comenzar a consumir verduras y frutas en abundancia cuanto antes, pues las más protegidas eran las personas que consumían cantidades mayores al principio de la investigación.