Elaborar un paté vegetal resulta una tarea sencilla y es una muy buena forma de incluir en nuestras comidas alimentos vivos con una consistencia cremosa. Es una de las técnicas básicas del raw food.

Los patés más sanos, hechos solo con vegetales

El origen del paté se remonta a la Edad Media, cuando se preparaba a base de carne picada, hígado o grasas animales. Hoy en día, con la tendencia vegetariana, cada vez más en auge, tenemos muchas otras opciones culinarias.

La amplia oferta de patés vegetales en el mercado representa una buena opción de comida rápida que podemos tener en nuestra nevera y consumir en cualquier momento del día. La mayoría de patés que se venden, sin embargo, se hacen a base de tofu y otras preparaciones no tan frescas.

Además, muchos están pasteurizados y su aporte nutricional es casi nulo. Si vamos a comprar un paté ya elaborado, yo recomendaría mirar los ingredientes para asegurarnos de que sean naturales y no contengan colorantes, conservantes ni otros aditivos.

Yo te propongo elaborar tus propios patés vegetales usando alimentos frescos, vivos.

Cómo preparar tus crudipatés veganos

En realidad, hacer un paté de este tipo es como preparar una ensalada en forma de crema untable. Las posibilidades son infinitas, y los ingredientes también.

Podemos elaborar patés con uno o muchos ingredientes: frutos secos, semillas, aceitunas, verduras, algas, especias, setas, grasas vegetales… Combinándolos bien obtenemos preparaciones exquisitas.

Para hacerlos necesitamos una máquina procesadora manual o eléctrica, de mano o de vaso. Según la potencia que tenga obtendremos un paté más fino o más rústico.

El procedimiento es tan simple como triturar todos los ingredientes juntos. Elaborar un paté no deja de ser una fácil y práctica técnica de cocina.

Sugerencias para hacer patés más nutritivos y creativos

Cuando usamos frutos secos o semillas como base del paté es aconsejable remojarlos en agua previamente entre 4 horas y 12 horas. El hecho de remojarlos hace que los frutos y semillas se activen nutricionalmente, y sobre todo que se ablanden para que así sea más fácil triturarlos.

Podemos hacer un paté solo de frutos secos o semillas, como uno de anacardos con aceite de oliva, sal y orégano. O combinar frutos secos o semillas con vegetales crudos y aportar así más frescura, agregando por ejemplo apio o zanahoria a este mismo paté de anacardos.

Al ser cremoso, el aguacate resulta ideal. Basta con pisarlo con un tenedor para obtener un paté delicioso y nutritivo, sin la necesidad de ningún otro ingrediente adicional. A partir de ahí podemos preparar el famoso "guacamole", el cual también podríamos categorizar como un paté.

El humus que todos conocemos es un paté igualmente. Lleva como base garbanzos cocidos, condimentados y triturados.

Yo hago un humus a partir de garbanzos germinados, triturados y mezclados con pipas de girasol. Luego condimento con comino, curry, tahini, limón, ajo y aceite de oliva. Toda una riquísima explosión de sabor para el paladar.

Existen muchas combinaciones de paté posibles, pues el reino vegetal es muy abundante tanto en sabores como en colores, texturas...

Cómo sacarle partido al paté ya hecho

El paté vegetal ya hecho se conserva durante días en la nevera, en un recipiente hermético. Según los ingredientes aguantará más o menos.

Aparte de comerlo tal cual, podemos untar crackers, acompañar crudités o rellenar alimentos como crepes, tomates, champiñones, calabacines… Incluso podemos ponerlo dentro de un sándwich.

Si agregamos algo de agua,podemos convertir el paté en una salsa, o si le añadimos más agua aún, en una sopa fresca. ¿No os parece divertido?

3 recetas para empezar a probar

Espero con este artículo que os animéis a probar esta sencilla técnica y podáis sorprender a vuestros invitados con creaciones originales. Como hay muchas combinaciones posibles, te invito a investigar.

  • Pero para empezar, si lo deseas, puedes probar este crudipaté de champiñones y pipas de girasol o bien alguna de estas dos combinaciones, muy ricas en antioxidantes:
  • Un paté de zanahoria con 600 g de esta raíz rallada. Tritúrala junto con 60ml de agua, 60 ml de aceite de oliva, 1 diente de ajo y sal.
  • Otro de remolacha con 150 g de remolacha rallada, 200 g de pipas de girasol ya remojadas, el zumo de un limón, 60 ml de tamari, aceite de oliva y comino en polvo.