Algunos aditivos alimentarios son completamente inocuos y cumplen funciones interesantes. Se suelen encontrar en productos naturales, no precisan grandes transformaciones y, si son sintéticos, nuestro organismo los tolera bien.

Aditivos seguros en la comida

Estos son los aditivos que no deben preocuparte cuando los encuentres en la lista de ingredientes.

1. Vitaminas antioxidantes

Algunos aditivos son nutrientes, aunque no se añaden por este motivo, sino por su función antioxidante o colorante. Son ejemplos las vitaminas C y E. La primera es una copia sintética bien asimilada por el cuerpo. La segunda suele encontrarse en una forma (gamma-tocoferol, E308) que no se asimila con tanta eficacia como la vitamina E natural (alfa-tocoferol, E307), pero no tiene efectos secundarios.

2. Plantas y minerales

Muchos aditivos se obtienen de plantas y minerales mediante poca o ninguna transformación. Por ejemplo, el agar (E406) es la fibra de algas de los géneros Gelidium o Gracilaria y se extrae con agua caliente. También se extraen de algas los alginatos sódico y potásico (E401 y E402), usados por los chefs «moleculares» en sus preparaciones. O el carbón vegetal o medicinal (E153), que sirve de colorante negro.

3. En alimentos ecológicos

La normativa europea de la producción ecológica autoriza la utilización de 47 aditivos con «número E». En la práctica totalidad de los casos su origen es natural y se consideran muy seguros. Una excepción es el carragenano (E407), obtenido de las algas rojas, del que algunos estudios señalan que puede tener efectos inflamatorios sobre el intestino y sobre el sistema inmunitario.

4. Certificación Demeter

Es el aval privado de los alimentos producidos con los criterios de la agricultura biodinámica. Es más estricta que la ecológica y solo permite 17 aditivos de origen completamente natural, no sintético y no transgénico, obtenidos si es posible de forma ecológica. Algunos de los autorizados son la pectina (E440 a), el citrato sódico (E331) y el ácido cítrico (E330).