La tauromaquia agoniza y tiene los días contados.

Las últimas encuestas hablan de un rechazo hacia los espectáculos taurinos de más del 80% de la población y ante esta realidad que nos habla de la imparable tendencia hacia su desaparición, el sector y sus defensores continúan lanzando todo tipo de mentiras a las que se agarran desesperadamente.

Argumentos falsos a favor de la tauromaquia

Mientras tanto, el mundo taurino sigue mintiendo y basta consultar algunos datos para comprobar que sus argumentos son incapaces de sostener la cruda realidad de la tauromaquia.

Vamos con algunas de sus mentiras más habituales:

1. La tauromaquia genera empleo

En el profundo análisis del sector taurino realizado por José Enrique Zaldívar, Presidente de AVATMA (Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y el Maltrato Animal, compuesta por más de 400 profesionales veterinarios) para El Caballo de Nietzsche sobre información oficial y del propio sector taurino, encontramos datos tan contundentes como que durante el año 2016 el 77% de las ganaderías de lidia no vendieron ningún animal para su lidia en un coso taurino y el 92,61% de los inscritos como toreros, rejoneadores y novilleros no torearon.

También que en el histórico 2007-2016, los festejos taurinos sufrieron un descenso de 56,24%.

“El empleo fantasma de la tauromaquia” es el título del informe de AVATMA sobre la situación en españa de los profesionales taurinos y las ganaderías de lidia.

Efectivamente el empleo generado por el sector no es más que una ilusión. La de unos pocos.

2. La tauromaquia es un negocio rentable

La gran mayoría de los espectáculos taurinos se financian con dinero público y dependen en buena medida de las subvenciones para mantenerse. Principalmente son las Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos quienes costean la financiación de espectáculos taurinos, aunque afortunadamente, en los últimos años, son numerosos los municipios que han retirado estas ayudas.

Entre algunos ejemplos recientes tenemos la partida de 35.000 euros para la Fundación Toro de Lidia, dedicada al fomento de la tauromaquia, dentro del proyecto de los Presupuestos Generales del Estado o el beneficio fiscal otorgado a la tauromaquia con la reducción del iva del 21% al 10% para su promoción como elemento “cultural”.

3. El toro se extinguiría

No, como nos explica AVATMA, la “raza” de lidia está reconocida en el BOE como autóctona y se encuentra bajo protección estatal.

Argumentar que únicamente de la tauromaquia depende su conservación, sería como proponer que empezásemos a lidiar linces ibéricos como medida para evitar su extinción.

Sin duda la cuestión reside en la voluntad política de articular los mecanismos necesarios para garantizar la protección y supervivencia de estos animales sin supeditarla a su utilización en espectáculos taurinos donde son cruelmente maltratados hasta la muerte.

4. Desaparecerían las dehesas

No hay razones para pensar que de la ganadería de toro de lidia dependa en absoluto la sostenibilidad del ecosistema de dehesa.

De hecho, consultando el citado informe de AVATMA, según datos recientes de la Unión de Criadores de Toro de Lidia, hay explotaciones ganaderas destinadas a este fin en 280.000 hectáreas, siendo el total de ellas en España de 2.700.000-3.000.000.

Es decir, solo el 10% de las dehesas se destinan actualmente a la cría de toros de lidia, por lo que una adaptación en su uso no supondría de modo alguno un peligro para la conservación de las mismas.

5. Peor lo pasan las vacas en las granjas y mataderos

Este argumento que se plantea a favor de la tauromaquia es, en realidad, un argumento a favor del veganismo.

Efectivamente, el sufrimiento de las vacas en las granjas industriales es terrible y su agónica muerte en los mataderos es tan injusta como la de cualquier animal que desea vivir.

La tauromaquia hace de ello, además, un espectáculo y prolonga la agonía de los animales provocándoles una muerte lenta y dolorosa como eje central del mismo.

Por tanto, nos encontramos ante dos situaciones donde los animales son maltratados y cuyo sufrimiento es evitable: la tauromaquia y la explotación de los animales para consumo humano.

En este caso, es de agradecer que los defensores de la tauromaquia pongan siempre sobre la mesa que nos acordarnos también de las vacas, de las granjas y de los mataderos.

La abolición de la tauromaquia y la sustitución de la carne y productos animales en nuestra alimentación son dos claves fundamentales para construir una sociedad más justa y menos violenta.

También dicen que el toro no sufre pero creo que no es necesario explicar lo que supone para un mamífero ser pinchado, apuñalado y atravesado por espadas hasta desgarrar todos sus órganos internos. Cualquier ser humano que haya llegado ya al siglo XXI comprende que esto es maltrato animal y por eso las leyes impiden que hagamos este tipo de cosas con otros animales, solo el toro padece esta vergonzosa excepción.

Tauromaquia es violencia y la vamos a parar.