Muchos de nosotros viajamos durante el verano para irnos de vacaciones, o quizás tienes un trabajo que requiere constantemente subir y bajar del avión (como yo, cruzando de un lado al otro de Atlántico) y lidiar con los cambios de horarios.

Cómo reducir el jet-lag

Si eres de los que tienes que ponerte a trabajar nada más aterrizar aquí comparto contigo alguna de mis rutinas para recuperarme de la energía que nos quitan los famosos jet-lags.

1. Meditación y yoga

Empieza el día con una pequeña meditación (aunque soy consciente que tienes mil y una cosas por hacer, parar un segundo a meditar, te ayudará a organizar la mente y verlo todo más claro, a no agobiarte).

Practica yoga en casa. Una práctica suave, con muchas poses en el suelo, con los pies firmes en la tierra y torsiones del tronco, como las posiciones de guerrero, o vaca-gato. Asanas donde trabajas y contraes tu Mula Bandha, bloque energético según las prácticas yoguinicas situado en la zona genital. Mula significa raíz en sánscrito, así que practicar ejercicios que lo estimulan nos ayudará a enraizarnos de nuevo a nuestro hogar.

Es importante ser suaves con nuestro cuerpo, no hacer posturas demasiado bruscas o rutinas de ejercicios demasiado duras nada más llegar, ya que tu cuerpo está en proceso de adaptación y no quieres desgastarlo más.

Para ajustar las horas de sueño, practicar yoga nos puede ir muy bien en dos sentidos, para relajarnos y ayudarnos a conciliar el sueño antes, o estimular nuestra energía si necesitamos mantenernos despiertos hasta más tarde.

Si te cuesta dormir métete en la cama con un libro, pon música de meditación y usa unas gotitas de aceite esencial de lavanda en tu almohada para relajarte.

Si debes aguantar despierto, sal fuera, pasea, realiza actividades al aire libre y no te quedes en casa.

2. Dieta contra el jet-lag

Debemos preparar platos muy simples. Queremos que las digestiones sean lo más fáciles posibles para enfocar toda nuestra energía en la recuperación y depuración del viaje. No nos damos cuenta pero estamos expuestos a mucho agentes contaminantes cuando viajamos, (radiaciones, humos de carburantes, tabaco, comidas de aeropuerto y aviones o carretera…).

Será importante enseguida respetar los horarios locales de la comida e intentar no pica demasiado entre horas.

Chica Bebe Agua

LECTURA RECOMENDADA

¡Que no te falte el agua!

Es posible que no tengas ingredientes frescos en la nevera pero sí algún cartón de leche vegetal de almendras o arroz. Prepárate un buen batido energético y proteico mezclando la leche vegetal con una cucharada de semillas de chía y otra de semillas de cáñamo. La semillas de chia también nos ayudarán a regular el tránsito intestinal algo que suele verse muy alterado cuando viajamos y cambiamos de hábitos.

Ve a comprar en cuanto puedas. Llena tu cesta de productos frescos y no olvides tus hojas verdes y germinados, para así poder prepárate tu zumo o batido verde en algún momento del día.

Si tienes hambre entre horas come fruta fresca muy rica en agua como la sandia, alimento muy liviano que ahora tenemos en temporada.

Busca el equilibrio

Las cremas y sopas me encantan ya sea invierno o verano. Son un plato muy fácil de digerir y normalmente le ponemos raices vegetales como patata, boniato, nabo, calabaza, remolacha o zanahoria. Todos ellos alimentos de tierra que nos ayudan a enraizarnos una vez más.

Cuando volamos, según la medicina tradicional Ayurvédica, recibimos mucha energía Vatta (aire), y para compensarlo debemos comer alimentos con una naturaleza más Kappa (tierra y agua), así que la sopa es una opción perfecta para el equilibrio.

3. Hidratación

Volar deshidrata mucho el organismo así que debemos rehidratarnos tomando agua de manantial, agua de coco, aguas saborizadas con limón, o infusiones.

El día después de volar es un día para no darnos demasiado caprichos con la comida, sino ser muy conscientes de lo que le ofrecemos a nuestro cuerpo.

4. Date un capricho

Ahora bien, un capricho que sí nos mereceríamos es un buen masaje corporal. Un masaje que nos ayude a estimular el sistema linfático.

Cuando viajamos, ponemos mucho estrés en el cuerpo, musculatura y nervios, y el sistema nervioso esta directamente relacionado con el sistema hormonal e inmunológico, así que pídete hora para un buen masaje o qué mejor, que tu pareja te sorprenda con uno.

Hasta aquí solo me queda decirte una cosa ¡Bienvenido a casa!