Los celos son un sentimiento natural y universal: los sentimos en todos los países del planeta, en todas las etapas de nuestras vidas y los sienten también los animales. Los celos vienen del miedo a perder parte de la atención y los cuidados de una persona a la que queremos o del miedo a perder a esa persona.

Lo cierto es que a casi todo el mundo le cuesta compartir los afectos con los demás y que nuestras inseguridades nos llevan a sentir que somos poca cosa si nos prestan menos atención.

Sin embargo, hay un tipo de celos que son patriarcales. Los aprendemos e interiorizamos desde nuestra más tierna infancia, en nuestro proceso de socialización y educación y a través de los cuentos que nos cuentan.

Analiza de dónde vienen tus celos

Si te reconoces en alguno o varios de los siguientes casos, entonces te toca trabajarte los celos porque significa que son patriarcales. Necesitas liberarte de ellos para que no te hagan daño y para que no hagan daño a los demás: para no coartar la libertad de tu pareja, para poder disfrutar de tus relaciones sin miedos e inseguridades.

  1. Si los usas como instrumento de control sobre la otra persona. Tus celos son patriarcales cuando pretenden coartar la libertad de la otra persona, cuando te sirven como coartada para vigilar a la otra persona, y para pedirle que nos rinda cuentas de lo que hace, como, cuando, donde y con quién.
  2. Cuando se expresan desde la ira y la rabia te llevan a portarte mal con otras mujeres a las que sientes como rivales. Cuando los celos te empujan a compararte y a competir con ellas. Cuando compararte te hace sentir menos o más que las otras o baja tu autoestima a niveles escandalosos.
  3. Cuando son celos imaginarios que te montas para hacerte autoboicot a ti misma, para torturarte e impedirte disfrutar de una relación.
  4. Son patriarcales cuando crees que todas quieren quitarte el novio porque es el ser más guapo, sexy y atractivo del mundo. Y lo mismo le pasa a los hombres cuando se ponen agresivos con los hombres de los que sienten celos y cuando se ponen agresivos también con sus compañeras.
  5. Cuando eres incapaz de aceptar que tu pareja tiene su propia red socioafectiva, cuando quieres ser el epicentro de su vida, cuando quieres aislar a tu pareja de su gente querida, cuando no estás dispuesto o dispuesta a compartirle con nadie. Sí, son patriarcales cuando exiges a la otra persona que rompa sus vínculos –o que se distancie de sus amigos, amigas o familiares– o cuando haces todo lo posible para conseguirlo aunque no lo exijas.
  6. Cuando los utilizas para pedir amor y para obtener reconocimiento en escenas dramáticas en las que te sitúas como víctima. Cuando utilizas el chantaje emocional y pretendes causar daño a la otra persona para que sufra lo mismo que tú.
  7. Son patriarcales cuando actúas de una forma egoísta y egocéntrica. Hay gente que llega a un extremo absoluto: es incapaz de compartir afectos de su amada o amado con nadie. Cree que recibirá más amor si es el centro de la vida de la otra persona y si no hay nadie más alrededor. Y sin embargo, es justo lo contrario: los afectos se multiplican, tienen un potencial maravilloso para hacernos más felices, más cariñosos y mejores personas.
  8. Cuando intentas que tu pareja sienta celos también. Cuando utilizas a alguien para que tu pareja se sienta insegura. Cuando disfrutas haciendo que tu pareja se sienta celosa para tú sentirte poderoso: para minar su autoestima, despertar sus inseguridades y hacerle sufrir para tenerla a tus pies.
  9. Cuando eres incapaz de entender que a todas las personas nos pueden gustar otras personas y que eso no significa que queramos acostarnos con ellas.
  10. Cuando estás celoso pero no puedes hablar de ello de forma asertiva, cuando ocultas tus celos pero te pones agresivo y cuando no puedes expresarte sin utilizar la violencia verbal.

Los celos son patriarcales cuando nacen en una relación basada en la falta de honestidad, la desconfianza, las luchas de poder y los miedos. Solo podemos trabajarlos cuando nuestra relación está basada en la sinceridad y la confianza, cuando nos sentamos cuidadas y queridas. Debemos trabajar nuestra autoestima y cuidarnos a nosotras mismas.

Pero no olvides que los celos no se pueden trabajar en las relaciones en las que nuestra pareja no es honesta. No es posible hacerlo cuando él tiene problemas con su masculinidad y necesita conquistar decenas de mujeres, cuando miente una vez tras otra o cuando traiciona los pactos a los que ha llegado contigo.