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Guisantes

¿Quién no tiene una bolsa de guisantes en el congelador? Si no la tienes, deberías.

Aparte de servir para ponértelo allá donde te hayas dado un golpe, los guisantes congelados te arreglan rápidamente un montón de platos. Pastas, arroces, guisos, estofados, ensaladas… No es necesario descongelarlos antes de usarlos, los puedes echar directamente a la sartén o a la olla. Se descongelan y cocinan muy rápido.

Por ejemplo puedes hacer rápidamente un arroz integral frito con guisantes, unos garbanzos con guisantes, setas salteadas con guisantes… y si los hierves durante unos minutos te sirven también para ensaladas y ensaladillas.

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Espinacas

También son un clásico del congelador. Las venden en bloques y trozos, en bolsas de hasta 2 kilos.

No es necesario descongelarlas antes.

Una de las cosas más rápidas que puedes hacer es unos garbanzos con espinacas… ¡con leche de coco! Si tienes una lata de leche de coco, unos garbanzos cocidos y espinacas congeladas, solo tienes que poner ambas cosas en la sartén hasta que se doren los garbanzos, añadir la leche de coco y dejar que reduzca. Plato exótico en cero coma.

Puedes añadir unas porciones de espinacas a cualquier plato que estés preparando, especialmente si son cremas, sopas, guisos, potajes, arroces, etc.

Como las espinacas congeladas vienen cortadas y empacadas, no tendrán la misma textura que las frescas, tenderán a deshacerse con la cocción. Aprovéchalo para darle color a cualquier preparación que incluya agua o caldo.

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Judías verdes

Si no eres nada fan de quitar hebras, cortar y blanquear, son tu solución perfecta. Las judías verdes congeladas son super útiles y se usan igual que los guisantes o las espinacas. No es necesario descongelarlas. Las variedades más finas y pequeñas se hacen en un momento y las puedes usar para cualquier salteado, arroces, platos de pasta, etc.

Por supuesto también para ensaladas y platos fríos. Para estos platos puedes dejarlas descongelar en la nevera o hervirlas o hacerlas al vapor unos minutos, lo justo para que se descongelen y estén tiernas.

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Coliflor

La coliflor es de esas hortalizas que aguantan muy bien el congelado porque contienen menor contenido en agua que, por ejemplo, el brócoli o las espinacas.

La coliflor congelada suele venir en floretes ya cortados, por lo que solo es abrir la bolsa y usar. Una de las mejores formas de hacerla es a la sartén con otras verduras, setas, champiñones, legumbres, cereales cocidos, etc.

También te sirve para hacer cremas de verduras, basta con añadirla con el resto de ingredientes, que con la cocción se descongelará y se reblandecerá rápidamente.

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Mix de setas

Lo mejor de estas bolsas es que vienen muchos tipos de setas que frescas pueden ser difíciles de conseguir si no son de temporada. Lo malo es que suelen tener muchísima agua y se nos quedan en nada.

Cuando hacemos setas congeladas a la sartén es normal que salga un montón de agua. Esto también provoca que las setas queden más cocidas que doradas, por lo que la textura puede no gustarnos mucho. Para evitarlo podemos hacer dos cosas: dejarlas descongelar en la nevera y escurrirlas muy bien, o ir escurriendo la sartén conforme vayan sacando líquido. De esta forma se dorarán y quedarán muy buenas, sin la textura blanda de la cocción.

También podemos aprovechar esta característica para hacer platos con caldo o melosos, como arroces (piensa en los risottos por ejemplo), potajes o pastas con salsas cremosas.

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Menestra de verduras

Es un recurso muy útil cuando no tenemos verduras frescas y queremos aportar colorido y variedad a algún plato, unos tropezones a un caldo o hacer una ensaladilla.

En las menestras de verduras suelen venir patatas, zanahorias, judías verdes, guisantes y poco más (en algunas de ellas no vienen judías verdes). Son pocas verduras pero vienen hechas, y las patatas por ejemplo son de esas que necesitan un rato largo de cocción para comerlas.

La menestra no es necesario descongelarla antes de usarla salvo que queramos hacer con ella una ensaladilla rusa, en ese caso es conveniente dejarla descongelar en la nevera y escurrirla muy bien (y secar con papel de cocina para evitar charquitos de agua).

Para complementar cualquier plato sirve con saltearla, blanquearla o hacerla al vapor o al horno unos minutos.

También puedes usarla tal cual como ensalada de verduras y hortalizas. Compleméntala con unos encurtidos, maíz, brotes frescos y hierbas frescas.

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Edamame

Es más fácil encontrar edamame congeladas que frescas, así que poca opción hay.

Lo mejor del edamame es su sabor, sobre todo cuando lo tostamos. A mí me gustan mucho más con cáscara, ya que al hacerlas a la plancha, con una pizca de aceite y semillas de sésamo, cogen un sabor ahumado muy especial.

Pueden convertirse en un básico en tu cocina, al fin y al cabo son legumbres. Se hacen muy rápido y no es necesario descongelarlo.

Haz edamame como picoteo, para ver series y para acompañar comidas. Están geniales tanto calientes como fríos.

Básicos para tener siempre en el congelador

Volver de vacaciones muchas veces significa tener la nevera y la despensa vacías. Así es fácil recurrir a preparados y procesados malsanos que además salen mucho más caros.

Puede que no te apetezca nada volver a la rutina, ir a la compra y cocinar a diario, pero si te organizas mínimamente bien no tiene por qué ser tan doloroso.

Una de las cosas que te pueden facilitar la vida son los congelados. Puedes comprar básicos congelados para ir tirando y despreocuparte durante unos días. Así puedes comer variado sin necesidad de cargar con la compra de todo un mes.