Las lasañas son una preparación de lo más apetitosa que cunden mucho si hacemos una buena cantidad. Siempre apetecen y son fáciles de guardar y llevar. La típica lasaña vegetal hecha con pasta, soja texturizada, salsa de tomate y bechamel vegetal es siempre un acierto, pero si queremos variar sin dejar de lado esa exquisita estructura de capas cremosas podemos hacerlo cambiando algunos ingredientes (o todos).

Os doy unas ideas muy sencillas para variar vuestras lasañas y que siempre queden fantásticas con ingredientes vegetales:

En lugar de pasta de lasaña...

1. Calabacín

Corta el calabacín en lonchas finas a lo largo con un pelador de verduras o una mandolina y úsalo en lugar de las placas de pasta. El calabacín tarda poquito en hacerse, así que no habrá problema de texturas ni de sabores. Eso sí, no te pases de grosor.

Para un extra de sabor, antes de poner las lonchas, dóralas al grill o a la sartén con una pizca de sal.

2. Berenjena

Igual que el calabacín, se corta en lonchas y se usa como "pasta". Si usas berenjenas grandes negras o rayadas, deja las lonchas reposar en una fuente, espolvoreadas con sal, al menos media hora. Después lávalas para eliminar buena parte de los compuestos amargos de la berenjena.

Con las berenjenas largas chinas y japonesas no es necesario, no suelen tener ese amargor.

Si quieres que las capas de berenjena queden extratiernas y sedosas, puedes dorarlas a la sartén o al grill unos minutos y asegurarte de que el relleno sea más cremoso que seco. Así absorberán parte del líquido y se pondrán más blanditas aún.

3. Boniato

El boniato también sirve como placa para lasaña. Córtalo en lonchas grandes, finas, con una mandolina y ásalas o dóralas ligeramente antes de ponerlas en la lasaña. El boniato tarda más tiempo en hacerseque el calabacín o la berenjena (tarda más o menos como la patata), así que es mejor que lo pongamos medio hecho (o hecho del todo) y así
nos evitamos partes duras o láminas de boniato crudo.

En lugar de bechamel...

1. Crema de anacardos

Usa preferiblemente anacardos crudos. Déjalos en remojo con abundante agua unas horas (o de un día para otro), escúrrelos y bátelos con la batidora, añadiendo agua o bebida vegetal (la que quieras pero sin azúcar y sin sabores) hasta que se forme una crema fina y espesa. Añádele sal y una pizca de nuez moscada, pimienta molida, etc.

Esta crema funciona igual que la bechamel, como salsa para nuestra lasaña, y podemos hacerla más o menos espesa añadiendo agua o bebida vegetal. Si usas, además, bebida de soja, se dorará mucho mejor al gratinarlo por el contenido en proteínas de la salsa.

2. Crema de coco

Si te gustan los sabores exóticos, prueba a cambiar la bechamel por crema de coco. Utiliza crema de coco comprada o bien latas de leche de coco refrigeradas. Si usas latas, ábrelas y con una cuchara recoge solo los sólidos. Añádele sal y las especias que quieras y úsalo como crema en lugar de la bechamel.

Para más sabor a coco añade un poco del agua de coco de la lata y mézclalo bien.

La crema de coco tiende a deshacerse más con el calor, así que si quieres que quede contundente después de horneada, añádele unas cucharadas de harina integral y una pizca de agua antes de verterlo sobre la lasaña.

3. Crema de aguacate

Basta con pasar por la batidora la carne de un aguacate grande junto con bebida vegetal (que sea sin edulcorar y sin sabores), sal, nuez moscada y pimienta negra molida. La crema de aguacate es verde, no blanca, pero queda estupenda en la lasaña.

Gratina muy bien y tiene una textura muy agradable, además de un sabor suave. Eso sí, llena bastante (como la de anacardos más o menos). Si lo prefieres puedes hacer una crema "mixta" de aguacate y bechamel o aguacate y crema de coco.

Para el relleno

1. Boloñesa de lentejas

Se puede hacer una boloñesa exquisita usando lentejas cocidas y escurridas en lugar de soja texturizada o similares. Por supuesto sirven las lentejas de bote, que vienen ya hechas. Una de las ventajas de hacer una lasaña con este relleno es que estás metiendo legumbres donde seguramente ni pensabas que podían encajar.

Sigue este mismo ejemplo con otras comidas y verás lo fácil que es incorporar legumbres en cualquier plato.

2. Boloñesa de coliflor

Ralla coliflor con un rallador de agujeros grandes y hazla a la boloñesa como harías la soja texturizada fina ya hidratada. La coliflor así hecha, rallada y dorada a la sartén, queda estupenda para las lasañas y para cualquier plato de pasta, ya que no se parece a la coliflor cocida o hervida pero sí a la soja texturizada fina.

3. Verduras a la boloñesa

Exactamente igual que en los casos anteriores, pero usando verduras picadas finas. Usa zanahoria, remolacha, chirivía, pimientos, cebolla, calabacín, berenjena, apionabo, repollo, judías verdes, acelgas, espinacas frescas… Procura que no haya trozos demasiado grandes y preferiblemente comienza con un sofrito para que aporte más sabor.

Puedes añadir también guisantes congelados, habitas, setas, champiñones o restos de otros platos que tengas en la nevera (una tacita de arroz cocido con verduras, de quinoa o de otros cereales o legumbres).

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4. Espinacas con tofu

En lugar del típico relleno con base de tomate como la boloñesa, corta tofu duro en daditos pequeños (o desmígalo con las manos) y hazlo a la sartén con una buena cantidad de espinacas (congeladas también valen, por supuesto) con una pizca de sal, pimienta, nuez moscada y otras especias que te gusten. Ponle un puñado de piñones si tienes y que se dore todo junto.

5. Revuelto de setas con tofu

Parecido al relleno de espinacas pero usando setas y champiñones y más cantidad de tofu. Para esta versión sí que es más recomendable desmigar el tofu y añadirlo con las setas cortadas en trozos medianos o pequeños para que se dore todo junto.

Puedes usar mezclas de setas o las que tengan en la verdulería. Recuerda que reducen bastante, así que tendrás que poner una buena cantidad si vas a hacer una lasaña grande.