Lavarse los dientes no solo es agradable y mejora la sonrisa; es una de las acciones más eficaces que existen para prevenir la caries. Junto con una alimentación rica en fibra y una buena masticación e insalivación, el cepillado promueve el equilibrio bacteriano de la boca.
Las técnicas de cepillado ayudan a:
- Prevenir la placa microbiana.
- Eliminar restos de alimentos.
- Estimular el tejido de las encías.
Existen diferentes técnicas para cepillar los dientes. Cada boca es única, por lo que cada uno debe comprobar qué técnica le deja los dientes más limpios.
Una forma de hacerlo es utilizando reveladores de la placa –de venta en farmacia– para ver si esta desaparece con el cepillado.
¿Cómo lavarse los dientes?
En contra de lo que pudiera parecer, el cepillado no es un invento actual. Otras culturas se frotaban los dientes con sustancias o cortezas astringentes.
Para cepillarse bien no basta con abordar las zonas visibles; hay que adentrarse también en las zonas más recónditas de la dentadura. Estas son las técnicas más eficaces:
L técnica de Bass para cepillar los dientes consiste en sujetar el cepillo como un lápiz, hacer movimientos vibratorios horizontales de 10 a 15 segundos por área. Las cerdas deben mirar hacia la encía, en un ángulo de 45º. Es necesario también limpiar la zona que mastica y la lengua.
- Técnica de Fones (rotación)
Es la técnica de cepillado más conocida. En este caso, las cerdas se colocan contra la superficie de los dientes. En los superiores, las cerdas se rotan hacia abajo y en los inferiores, hacia arriba. Los costados de las cerdas cepillan así la encía y los dientes en un movimiento arqueado. La superficie de los premolares y molares se cepilla con un movimiento de frotación.
Aúna las dos técnicas anteriores. Se realiza primero la de Bass y luego se barren encías y dientes con la rotación.
En este caso, la técnica consiste en mover las cerdas del cepillo dirigiéndolas desde la encía hacia la punta del diente y realizando movimientos vibratorios.
La técnica de Chartes se inicia con las cerdas en el borde de la encía, formando un ángulo de 45º y apuntando hacia la punta de los dientes. Primero, se realizan movimientos vibratorios en los espacios interproximales para limpiarlos bien.
Luego, se cepilla la superficie horizontal realizando movimientos de rotación y presionando las cerdas en surcos y fisuras. Con el cepillo vertical se limpia la cara interna de los dientes anteriores.
Estimular la saliva
Además de recurrir a una buena técnica de cepillado después de comer, podemos cuidar nuestros dientes mientras comemos.
Disfrutar de masticar, ensalivar y saborear los alimentos, y de la sensación de limpieza en la boca tras el cepillado hace segregar más saliva, lo que ayuda a proteger de la caries.
En general, es bueno masticar alimentos duros (como trozos de zanahoria) para fortalecer los dientes. El movimiento de las mandíbulas al masticar estimula la la secreción de saliva, que lubrica los dientes y contribuye así a limpiarlos.
Además, el simple masticar ejerce un suave masaje sobre las encías, lo que mejora el riego sanguíneo en la zona y eso mantiene los dientes fuertes.