¿Te han diagnosticado artritis? Si es así, debes saber que, además de la medicación, hay otros recursos que pueden ayudarte a mejorar tu salud. La alimentación es uno de ellos. Evitar ciertos alimentos de acción inflamatoria y optar por una dieta antiinflamatoria puede ser de gran ayuda para mejorar tu calidad de vida.
¿Qué relación hay entre dieta y artritis?
La artritis reumatoide es una afección que se incluye dentro de las denominadas autoinmunes, en las que el cuerpo se agrede a sí mismo.
Existen muchas hipótesis al respecto. Desde la medicina naturista se trabaja sobre todo con la idea de que el aumento de la permeabilidad intestinal, debido principalmente a una flora microbiana inapropiada, producto de una dieta excesivamente rica en productos animales, hace que entren en la circulación sanguínea pequeñas fracciones de proteínas que al ser consideradas extrañas son atacadas por nuestros anticuerpos.
El problema es que si son muy parecidas a las proteínas humanas, y se repite a diario esta provocación, pueden confundir al sistema inmunitario y hacer que éste lesione sus propias proteínas
, generando así la enfermedad autoinmune.
Desde esta perspectiva los alimentos que aportan las proteínas más parecidas a las humanas son las carnes obtenidas de mamíferos, en especial las de cerdo. Aquí también incluimos la proteína de la leche animal.
Existe relación demostrada (puesto que el cuadro reumatoide mejora al suprimirla), entre la leche de vaca y esta enfermedad.
En la albúmina de la leche hay fracciones de proteína algo distintas a la albúmina humana, y por eso nuestros anticuerpos la atacan. Pero por otra parte son muy parecidas al colágeno humano, una proteína presente en nuestras articulaciones, con lo cual se produce la confusión y éstas son agredidas por los propios anticuerpos.
Después, por orden de mayor a menor semejanza, y siguiendo la escala filogenética, estaría la carne de ave y el pescado.
En base a este planteamiento es esencial para una persona con una afección autoinmune seguir una dieta estrictamente vegetariana. Con las fracciones de proteína de frutas y verduras es imposible la confusión.
Qué alimentos evitar para reducir la inflamación
Entre los alimentos que tienen un efecto inflamatorio destacan:
- El gluten y el trigo. Se pueden tomar cereales sin gluten (mijo, maíz, arroz, quinoa, trigo sarraceno decorticado...).
- El azúcar.
- Los lácteos.
- Los alimentos refinados, como harinas, sal y aceites.
- Las grasas transformadas: las hidrogenadas y las parcialmente hidrogenadas.
Además, conviene retirar de tu pauta de alimentación los pimientos, los tomates, las berenjenas y las patatas por su contenido en solanina, una sustancia que favorece la inflamación articular y la pérdida de masa ósea. Sobre todo, no los tomes fuera de su temporada (que es típicamente el verano), ni tampoco crudos o con piel. Lo mejor es consumirlos cocidos y pelados.
Es esencial evitar asimismo el café y el alcohol.
Da prioridad a los alimentos antiinflamatorios y antioxidantes
Los alimentos y productos que debes priorizar son los de efecto antiinflamatorio y antioxidante. En líneas generales, puedes seguir las siguientes recomendaciones:
- Aumenta el consumo de grasas vegetales saludables como el aguacate, el aceite de oliva virgen extra, el de lino de primera presión en frío, las semillas, etc.
- Como alimentos antioxidantes tienes los frutos rojos, toda la familia de las coles, las cebollas y el ajo, los alimentos naranjas (zanahorias, calabazas…) y el té verde. También las manzanas y las uvas. En general, las verduras y las hortalizas son beneficiosas para tu enfermedad.
- No debes obviar la acción antiinflamatoria de las plantas aromáticas y las especias, como la cúrcuma, el jengibre, la canela de Ceylan, el romero, la albahaca o el cilantro. Añádelas a tus infusiones, cremas y ensaladas.
Tratamiento naturista para las crisis de artritis
En fases agudas se recomienda un ayuno.
Como tratamiento sintomático se puede acudir a plantas y preparados fitoterapéuticos (uña de gato , harpagofito, sauce, ulmaria, onagra... ), que alivian la inflamación y el dolor y reducen la toma de fármacos, que pueden producir efectos secundarios.
Los baños de vapor húmedos también son eficaces.