El reciente accidente en el vertedero de Zaldívar en Vizcaya, que ha costado la vida a dos trabajadores y cuyas emisiones contaminantes al agua y al aire podrían afectar a las poblaciones de Ermua, Zaldibar y Eibar, ha llamado la atención sobre los riesgos para la salud y para los ecosistemas.

En España hay más de 1.500 vertederos ilegales

En España existen más de 200 vertederos legales como el Zaldívar, que teóricamente cumplen condiciones de seguridad, pero el drama mayor es que existen más de 1.500 vertederos ilegales completamente descontrolados, según la Unión Europea. La situación ha llevado a que la Comisión amenace con multas a España, tanto por los vertederos legales con deficiencias como por los ilegales.

Todos emiten metales pesados, dioxinas, furanos y otros compuestos tóxicos que contaminan el aire y el agua. Como están incontrolados, es imposible conocer el alcance de la intoxicación del medio ambiente. La única información que pueden tener los ciudadanos sobre cómo puede afectarles son los análisis de las aguas en las plantas de potabilización y en las estaciones de control de calidad del aire en las ciudades.

Ecologistas en Acción denuncia que, a pesar de todos los contenedores separados y las campañas de reciclaje, el 70% de los residuos generados por los municipios acaba en vertederos (en principio, en los legales) y en incineradoras.

Son millones de toneladas de basura que incluyen materiales que se podrían reciclar y residuos orgánicos que se han colocado en los contenedores de rechazo –donde tiramos en torno al 80% de las basuras domésticas– y que no se pueden reaprovechar.

Gases con efecto invernadero y tóxicos

Estos vertidos, controlados o incontrolados, emiten gases con efecto invernadero como el metano, 34 veces más potente que el dióxido de carbono. Los más de 200 vertederos legales emiten 145.000 toneladas de metano al año, a las que hay que sumar las de los ilegales.

Por otra parte, no es raro que en los vertederos incontrolados haya incendios que liberan a la atmósfera sustancias como metales pesados, óxidos de nitrógeno y dioxinas, que son cancerígenas.

Respecto a las aguas que salen de los vertederos, los lixiviados, están cargadas de contaminantes que, en teoría, deberían ser recogidos y tratados para evitar que contaminen las aguas. En los vertederos legales esto debería ser así, pero en muchas ocasiones se han registrado deficiencias, según Ecologistas en Acción. En los ilegales esos lixiviados acaban tal cual en los cursos de agua subterráneos o superficiales.

¿Cuáles son las consecuencias para la salud?

Un informe del Instituto de Salud Carlos III pone de manifiesto que se da un riesgo estadísticamente más elevado de morir de todos los tipos de cánceres en los municipios situados cerca de plantas de tratamiento de residuos peligrosos e incineradoras.

Esta investigación, publicada por la revista Environmental International, recoge además que hay un mayor exceso de padecer tumores en el estómago, el hígado, la pleura, los riñones y los ovarios.

No existen estudios sobre los efectos en la salud de los vertederos legales o ilegales donde llegan residuos no clasificados como peligrosos. Pero la propia calificación de "ilegal" hace imposible conocer el efecto en las poblaciones de los vertidos que allí se realizan.

En el caso de Zaldívar, era un vertedero de residuos no peligrosos, pero con autorización para recibir algunos de manera controlada. De todos modos, allí acabaron más de 16.000 toneladas de amiando cancerígeno.

Ecologistas en Acción cree que el actual sistema de tratamiento de las basuras no funciona y hay que cambiarlo por uno orientado hacia el residuo ceroy la eliminación de los vertederos. Para ello, habría que reducir la cantidad de basura que se produce y transformar totalmente su modo de procesamiento.