Los ambientados que encuentras en el supermercados están repletos de sustancias químicas artificiales que pueden ser irritantes, alergénicas o interferir con el sistema endocrino.

Las varitas de incienso parecen una alternativa natural y saludable, pero no siempre lo son. Algunos expertos afirman que en ocasiones su humo puede ser peor que el del tabaco.

No todo son riesgos. El aroma que desprenden las varitas naturales de incienso o lavanda actúa sobre los sistemas nervioso y endocrino con efectos relajantes y antidepresivos.

Por eso se utilizan desde hace miles de años, a menudo en entornos religiosos y terapéuticos.

El incienso se asocia con la percepción de lo sagrado, con el incremento de la conciencia, con la experiencia de comunidad, con la concentración, la motivación y la creatividad.

Cómo elegir una varita de incienso que no sea perjudicial

Si quieres encender una varita para crear una atmósfera agradable y relajarte durante tu sesión de yoga, mientras lees o celebras una cena con tus seres queridos, antes tienes que haberla elegido bien, pues las diferencias entre fabricantes y productos son enormes.

Para ello te ofrecemos algunos criterios que conviene seguir.

¿Naturales o sintéticas?

Las varitas de buena calidad se componen únicamente de ingredientes naturales. Son mezclas de plantas aromáticas, aceites, flores y resinas.

Las varitas baratas con ingredientes sintéticos son mucho peores. Pueden contener, por ejemplo, formaldehído, un conservante irritante y potencialmente cancerígeno, y aromas que se comportan como disruptores endocrinos.

No obstante, incluso las varitas más naturales emiten partículas finas que irritan los pulmones, así como compuestos tóxicos. El humo nunca es inocuo.

En sus volutas se encuentran hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), como el benzopireno, similares a los que se respiran en cruce de tráfico denso en la ciudad.

Ventila siempre

Pero una sola varita en una habitación no produce tantos HAP como para que debamos preocuparnos, siempre que la exposición no dure más de 2 o 3 horas y después ventilemos el espacio.

Piensa que el problema lo tienen en los templos budistas donde se queman cientos de varitas a la vez, tantas que el humo que generan impiden verse con claridad.

¿Artesanales o de producción masiva?

Las varitas se pueden elaborar hoy como hace miles de años. Pueden ser un producto artesanal. Pero la mayoría de las que encuentras en las tiendas se han fabricado con máquinas y son las que más probablemente contienen aditivos indeseables.

La alternativa la encuentras en las tiendas de comercio justo que distribuyen los productos elaborados artesanalmente por cooperativas en países empobrecidos.

Eligiendo estas varitas te aseguras además de que no se han fabricado en una planta con mano de obra infantil. El comercio justo garantiza que los elaboradores trabajan en condiciones dignas y no son explotados.

¿Cuál es el país de origen?

Si no vas a una tienda de comercio justo, el "made in…" te puede dar algunas pistas interesantes, aunque no son definitivas.

  • En la India se producen tanto varitas naturales de una calidad excelente como productos sintéticos fabricados en las peores condiciones.
  • Las de China, Tailandia, Bangladesh e Indonesia son probablemente de poca calidad (el precio es otra buena pista).
  • Las de Japón, Nepal y Tíbet suelen ser mejores.

¿Ofrece alguna certificación?

Es difícil, pero se pueden encontrar varitas con certificación ecológica (como ICEA o ECOCERT) que ofrecen todas las garantías en cuanto a la calidad de la composición.

Existen, incluso, varitas con certificación Demeter de la agricultura biodinámica, más exigente que la ecológica.

¿Y si al final no quiero una varita?

Puedes elegir una alternativa para ambientar sin consecuencias, como los difusores de aceites esenciales a base de ultrasonidos, con agua o en seco.

También puedes recurrir a las flores y a las plantas. Algunas especies son incluso capaces de absorber contaminantes y todas aportan una dosis de naturaleza que mejora tu estado de ánimo y tu salud general.