La humanidad tiene una nueva referencia científica para alimentarse de acuerdo con las necesidades del cuerpo y las capacidades de los ecosistemas y del planeta. 37 expertos de 16 países han trabajado durante tres años para diseñar una dieta sostenible para toda la humanidad y el resultado es una alimentación esencialmente vegetal que se diferencia mucho del modelo actual de alimentación en los páises más ricos.

Los científicos fueron convocados por el EAT Forum (una organización no gubernamental) y la revista médica Lancet. Uno de los colíderes del grupo es Walter Willet, el nutricionista más citado en el mundo y catedrático en la Universidad de Harvard. El otro es Johan Rockström, del Centro para la Resiliencia de Estocolmo (Suecia) y del Instituto Postdam para la Investigación sobre el Cambio Climático (Alemania).

"Hace falta un cambio radical"

El informe de la Comisión EAT-Lancet (puedes leerlo aquí) dice que hace falta un "cambio radical" para alimentar la creciente población mundial (se prevé que alcanzará los 10.000 millones de personas en 2050) sin provocar un daño catastrófico al planeta y a la salud de las personas.

La producción de alimentos debe tener en cuenta las necesidades de las personas, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el uso de la tierra y el agua, así como los ciclos de fósforo y de nitrógeno, dicen los científicos.

Continuar como hasta ahora no es una opción, "lo estamos haciendo muy mal",afirman. Tim Lang, profesor de la Universidad de Londres, explica que necesitamos cambiar el sistema alimentario mundial de una manera nunca vista hasta ahora y hacerlo de manera que se adapte a las circunstancias de cada país.

Objetivos de la dieta sostenible: reducir la carne y aumentar los vegetales

El informe propone los siguientes objetivos para 2050, que permitirían a su verz cumplir con los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la ONU y el Acuerdo de París sobre Cambio Climático:

  • Reducir a la mitad el consumo mundial de carne roja y azúcar. Esta meta exigirá cambios más grandes en los países más consumidores. Por ejemplo, en Estados Unidos se consume una media de 6,5 veces la cantidad recomendada de carne roja. Para cumplir el objetivo necesitarían reducir un 84% su consumo. Un europeo medio debería disminuir un 77% la presencia de carne en sus menús.
  • Multiplicar por dos el consumo de frutos secos, legumbres y hortalizas.
  • Reducir a la mitad los alimentos desperdiciados.

Con estos cambios, no solo se reduciría la presión sobre los recursos del planeta y los ecosistemas, sino que mejoraría la obtención de nutrientes y la salud de la población, pues un mayor consumo de ácidos grasos mono y poliinsaturados y de menos grasas saturadas prevendría entre 10,9 y 11,6 millones de muertes prematuras.

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Los autores proponen a las autoridades mundiales que adopten medidas para promocionar las dietas basadas en alimentos vegetales nutritivos e inversiones en infrastructuras para mejorar la disponibiliad y el acceso a los alimentos sostenibles. También proponen que se introduzcan limitaciones a la publicidad de alimentos no recomendables.

Más frutos secos que carne roja

El informe no llega a proponer una dieta 100% vegetal, pero deja muy claro el lugar que deben ocupar los alimentos de origen animal y los vegetales en una dieta sostenible.

Así, propone un irrisorio consumo medio de 14 g diarios de carne roja. En cambio, recomienda 75 g (peso en seco) de legumbres y soja, y 50 g de frutos secos.

Estas recomendaciones están basadas en las evidencias que muetrasn los estudios epidemiológicos más importanes realizados hasta la fecha. Como el expresamente citado en un párrafo del informe para subrayar las bondades de la dieta vegetal:

"En una revisión, la Comisión de Recomendaciones Alimentarias del gobierno de los Estados Unidos concluyó que para las personas mayores de 2 años de edad, una dieta vegetariana equilibrada puede ser un patrón alimentario sano. En el estudio prospectivo más grande sobre dietas vegetarianas, las personas que siguen dietas veganas, vegetarianas, pescatarianas o semivegetarianas tienen una riesgo de muerte un 12% menor que las personas omnívoras".

Además la dieta para salvar el planeta del EAT Forum se ha inspirado y es compatible con los modelos alimentarios tradicionales que han mostrado sus ventajas para la salud de las poblaciones a lo largo de muchos años, como la dieta mediterránea o la dieta de Okinawa.

Es necesaria una revolución agrícola mundial

"Diseñar e implementar un nuevo sistema alimentario mundial requiere nada menos que una nueva revolución agrícola mundial", afirma el profesor Johan Rockström, colíder de la comisión de expertos.

Los cambios necesarios no solo afectan a la selección de alimentos. También debe modificarse la manera en que se producen. Los agricultores deben reducir hasta cero sus emisiones de dióxido de carbono, conservar la biodiversidad, no aumentar la extensión de las tierras cultivadas, reducir la contaminación con fósforo, metano y óxido de nitrógeno, y mejorar drásticamente el uso del agua.

La introducción de estos cambios en la producción, así como la incorporación de los costes ambientales a través de impuestos a la carne, por ejemplo, significará un incremento de los precios de los alimentos. Por eso es necesario proteger a los grupos de población con rentas más bajas.

Desperdicio de alimentos

Los investigadores han tenido en cuenta la incidencia del desperdicio de alimentos desde la cosecha hasta que salen de las despensas. Según la FAO, actualmente se pierde un tercio de los alimentos producidos. Esta proporción debería reducir por lo menos hasta la mitad en 2050. Para ello son necesarias más inversiones en infrastructuras, tecnologías y educacion.

Apoyo a la agricultura ecológica

El informe de The Lancet es, por tanto, un espaldarazo a los métodos ecológicos.Así lo han entendido las organizaciones ecologistas y de agricultores ecológicos. Uno de las recomendaciones del informe a los lectores dice:

"Considera realizar elecciones que proporcionen beneficios añadidos para la salud humana y para el medioambiente apoyando, por ejemplo, la agricultura ambiental y socialmente responsable".