La Sensibilidad Química Múltiple (SQM), que es una hipersensibilidad que algunas personas desarrollan ante bajas dosis de químicos presentes en el medio ambiente, es una patología adversa relacionada con la contaminación ambiental.

La SQM es multisistémica y los síntomas que provoca son muchos y variados: alteración del sueño, problemas gastrodigestivos, otorrinos, hormonales, neurológicos, psiquiátricos, cognitivos y de dolor.

Muchos creen que se trata de una enfermedad rara pero, en realidad es una alteración que se relaciona con la presencia de sustancias químicas en el aire, el agua, los alimentos y la ropa. También productos no considerados tóxicos (como el papel, las fragancias o la tinta de los bolis) pueden desencadenar procesos reactivos.

El desconocimiento que existe sobre esta alteración ha llevado a la CONFESQ, Coalición Nacional de FM, SFC/EM, SQM y EHS a celebrar una charla en el marco de la Cumbre Social de la COP 25, en Madrid, para evidenciar los daños de una patología que avanza afectando sobre todo a mujeres.

Infradiagnóstico de una enfermedad en aumento

El investigador Theron Randolph describió la SQM en Estados Unidos durante los años 50. En concreto, observó que algunas personas desarrollaban una hipersensibilidad ante bajas dosis de químicos presentes en el medio ambiente comunmente tolerados.

A pesar de este hallazgo, muchos médicos defienden que las dosis de químicos en el medio ambiente no tienen efectos adversos. ¿Por qué? El problema es que solo se está haciendo un toxicología regulatoria y no de prevención. No se mide la tolerancia de las mujeres y de los niños al os tóxicos, no se tiene en cuenta el efecto cóctel de cada producto dentro del organismo y tampoco se calculan sus metabolitos.

El desconocimiento actual sobre esta alteración es evidente: muchos médicos en España no conocen ni saben diagnosticarla y siguen mandando a muchas mujeres al psiquiátrica o considerándolas somáticas.

Mientras tanto, esta implicación de los químicos en nuestra salud sigue en aumento, ya que somos la primera generación expuesta a tantos químicos sintéticos y la primera en consumir una dieta inferior.

¿Está reconocida la existencia de esta enfermedad?

En España la SQM se recoge desde 2011, cuando se alcanzó un documento de consenso con el Ministerio de Sanidad. Pero solo desde 2018 los hospitales se están acogiendo a un protocolo para atender a sus afectados, también en intervenciones quirúrgicas y por urgencias. Ante cualquier duda, se recomienda contactar con CONFESQ.

En Madrid, la Dra. Pilar Muñoz Calero está formando en el hospital de Móstoles, La Paz, el Clínico San Carlos y Gregorio Marañón. Pero en la Enciclopedia Práctica de Medicina del Trabajo consta desde 2018 en el volumen II de alergología laboral, endocrinología y neumología laboral, ya que la política preventiva laboral hace que aumente principalmente su incidencia. Las empresas tienen la obligación de proteger a los trabajadores considerados “trabajadores especialmente sensibles” para reducir su número de crisis y recaídas.

Paralelamente, las publicaciones científicas siguen publicando datos sobre la relación entre la contaminación y la SQM. Por ejemplo, la revista canadiense CMAJ publicó en 2015 sus reflexiones sobre la falta de conveniencia de llevar perfumes dentro de un hospital ya que un 30% las personas con SQM reaccionaban a ellos.

Por otro lado, General and Applied Toxicology dedica en el cap. 92 unas 50 páginas a la SQM, siendo una obra de referencia y de rigor. También la aborda la Enciclopedia Británica de Psiquiatría, explicando que no es una patología psiquiátrica sino orgánica debida a la contaminación.

El Parlamento Europeo en 2008 aceptó su causa fruto de la contaminación ambiental y la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa pide reconocer y apoyar la medicina ambiental como una nueva especialidad que la trata.

¿Qué se puede hacer ante los síntomas de la SQM?

La mayoría de personas con SQM tienen alterada la microbiota lo cual afecta a su función inmune. Si la microbiota falla, puede dificultar la absorción de nutrientes o crear metabolitos nocivos para la SQM.

En la Sensibilidad Química Múltiple es común tener déficit de los nutrientes necesarios para detoxificar y que esa carga tóxica vaya incrementando el problema. Por ello, lo que principalmente hay que hacer en estos casos es bajar la carga tóxica, a menudo compuesta por metales pesados como el mercurio de las amalgamas dentales, el plomo y el aluminio.

Algunas de las sustancias detoxificadas pueden reactivarse, por lo que siempre debe mantenerse la carga tóxica baja, ya que los tóxicos deshabilitan algunas rutas metabólicas para competir con nutrientes. Por eso la malnutrición es una constante en esta enfermedad.

La SQM tiene una reacción compleja incluso a dosis bajas y se solapa con otras patologías como la FM (Fibromialgia), SFC (Síndrome de Fatiga Crónica) y EHS (Electrohipersensibilidad). Además cursa con infecciones, inflamaciones y otros procesos ya que desencadena una cascada de procesos químicos y orgánicos.

Ante la sospecha de que una persona tiene algún Síndromes de Sensibilización Central (SSC) –SQM, Fibromialgia, Síndrome de Fatiga crónica– debe someterse a analíticas que muestren su intoxicación química, aunque detrás de muchas SQM está también la enfermedad de Lyme.