Granada

Partir una granada es como abrir un cofre del tesoro. Sus granos rojos poseen nutrientes tan valiosos que conviene aprovechar el otoño para beneficiarse de sus propiedades mientras se disfruta de su exquisito sabor.

La granada es la fruta carnosa del granado (Punica granatum), un árbol pequeño de no más de cinco metros de altura que se aclimata muy bien a zonas semiáridas del Mediterráneo como el olivo o el naranjo.

La visión de un granado en flor es tan hermosa que hasta se ganó el privilegio de formar parte de los famosos jardines colgantes de Babilonia, una de las siete maravillas del mundo antiguo.

Tiene el aspecto de una fruta soñada. Quizá por eso aparece en el cuadro de Salvador Dalí Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar.

Pero el pintor surrealista sólo continuó una larga tradición. Desde tiempos remotos, la granada, una de las primeras frutas cultivadas, ha simbolizado el nacimiento, la vida eterna, la fertilidad y la muerte, quién sabe si por su abundancia de semillas y su facilidad para «sangrar». También se ha asociado con el deseo y estaba consagrada a Afrodita. 

Se cree que el granado es originario de Irán, unas tierras que durante siglos fueron el sustento de la antigua civilización persa, y que su cultivo se remonta a tiempos prehistóricos.

España es uno de los principales productores mundiales, después de la India e Irán, y el mayor exportador europeo. Esta producción se concentra principalmente en Alicante y Murcia, donde se dedica cada vez más territorio al cultivo de granadas ecológicas para responder a la creciente demanda de países como Alemania e Inglaterra.

Perfil nutricional de la granada

La granada es una fruta de muy bajo valor calórico debido a su escaso contenido en hidratos de carbono (17%).

El componente mayoritario es el agua (80%) y, en cuanto a nutrientes, destaca su aporte de potasio (259 mg).

Popularmente se ha recomendado a adolescentes, embarazadas y personas anémicas por su supuesto contenido en hierro, aunque es en realidad mínimo (0,3 mg).

Otros nutrientes presentes en la granada en cantidades significativas son la vitamina A (5 mcg), el calcio (3 mg) y el fósforo (8 mg). 

Propiedades de la granada

Pero lo que hace de la granada una fruta singular, con unas propiedades incomparables, es su riqueza en fitoquímicos como flavonoides, antocianinas y elagitaninos. La mayoría de estas sustancias son pigmentos naturales con la función de proteger la planta frente a la luz ultravioleta, las bacterias o los parásitos.

Los antioxidantes de la granada han sido objeto de muchos estudios. Las conclusiones positivas de la mayoría de ellos ha convertido su zumo en un apreciado producto, a la altura del té verde o el arándano.

Expertos del Laboratorio de Investigación sobre Lípidos de Haifa (Israel) y de la Universidad de Nápoles (Italia) demostraron que beber un vaso diario de zumo de granada reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. La razón es que tiene más antioxidantes que la mayoría de frutas y tres veces más que el vino o el té verde.

Estos antioxidantes –sobre todo un compuesto polifenólico llamado ácido elágico y las antocianinas– mejoran el estado de los vasos sanguíneos, regulan la presión arterial, reducen a la mitad el endurecimiento de las arterias causado por la oxidación del colesterol y disminuyen la retención de la variedad mala (LDL), que si está alta incrementa el riesgo de sufrir un infarto. Estos antioxidantes protegen a tejidos y órganos frente a enfermedades degenerativas.

Estudios realizados en Estados Unidos, Japón y Cuba mostraron que la granada protege frente a los cánceres de piel, mama y colon. Más recientemente se comprobó que un vaso diario de su zumo enlentece la evolución de tumores recurrentes en personas operadas de cáncer de próstata con niveles ascendentes de antígeno PSA y que se puede atribuir a la granada un efecto preventivo del cáncer de próstata en personas sanas.

Los taninos, de efecto antiinflamatorio sobre la mucosa digestiva, la hacen indicada para la diarrea. Y su ácido cítrico desinfecta, alcaliniza la orina y potencia la acción de la vitamina C (100 g aportan 6 mg) y el ácido málico.

Beneficios de la granada

La peculiar composición de la granada se asocia con una serie de importantes beneficios para la salud.

  • Ayuda a prevenir el cáncer. Las antocianinas de la granada disminuyen la acción de los receptores de estrógeno, lo que ayuda a prevenir cánceres como el de mama. Este efecto lo causan asimismo los flavonoides y es reforzado por la acción sinérgica de otros antioxidantes que evitan el desarrollo de células tumorales. La granada también se considera útil en la prevención del cáncer de próstata.

  • Protege el corazón. El consumo habitual de granada, tanto en forma de zumo como si se consumen sus deliciosos granos, es una buena forma de reducir el riesgo cardiovascular, ya que previene la concentración y la oxidación del colesterol "malo" (LDL) y mejora la elasticidad de las arterias. También beneficia al corazón y al sistema cardiovascular su abundancia en potasio que contribuye a regular la tensión arterial.

  • Es ligera, digestiva y depurativa. Es una fruta hipocalórica, debido a su abundante agua y bajo aporte en hidratos de carbono. Esta cualidad es muy útil en dietas de adelgazamiento, cuando se quiere reducir la ingesta de calorías, pero también en ayunos que tengan como objetivo activar los mecanismos naturales de limpieza del organismo. Aunque en menor cantidad que la manzana o la pera, la granada también contiene pectina, una fibra soluble que participa en su efecto depurativo. Además, sus deliciosos granos son una notable fuente de fibra no soluble, que sacia y favorece el tránsito intestinal.

  • Ayuda en caso de diarrea. Su riqueza en taninos hidrolizables ayuda a desinflamar las mucosas del intestino, y su contenido en ácido cítrico la convierte en un buen desinfectante, útil en caso de diarrea infecciosa.

  • Es afrodisiaca y mejora la fertilidad. En la antigua Grecia se atribuía a Afrodita la plantación del primer granado, por lo que su fruta se vinculaba al deseo e incluso se le atribuían poderes afrodisiacos.  Además, la granada, como otras frutas con abundantes semillas, ha sido sobre todo un símbolo de fecundidad y en muchas culturas se ha regalado a los recién casados, una costumbre que aún perdura en algunas regiones de China. Un estudio de la Universidad de Edimburgo ha comprobado que el zumo aumenta los niveles de testosterona un 30%. Tanto hombres como mujeres notaron un mejora del deseo sexual y del estado de ánimo. Otros estudios la relacionan con una mejora de la función eréctil, y un aumento de la cantidad y movilidad de los espermatozoides.

La granada en la cocina

Comer sus granos es una experiencia única, pues al masticarlos estallan en la boca inundándola de un jugo agridulce muy distinto al de cualquier otra fruta.

Los brillantes granos carmesíes son excelentes para decorar ensaladas o coronar un postre, un helado o incluso un pastel salado de verduras.

A los niños les encanta en macedonias con frutas como la pera, el melón u otras más neutras como la manzana. Estas macedonias se pueden enriquecer con unas frambuesas y jugo de naranja o piña.

También son ideales para pincelar de color un muesli, sobre todo si se prepara con dátiles o almendras.

En muchos países árabes es bastante habitual emplear el zumo en la preparación de salsas o utilizar los granos como relleno de diversos guisos. Otras veces se sirven de esta fruta para recubrir algunos pasteles dulces, especialmente de mazapán.

Un ejemplo es la salsa libanesa muhammara, con zumo de granada, pimiento rojo, nueces, ajo, aceite de oliva y pimentón. Esta salsa, muy mediterránea, es tan buena para bocadillo como para mojar bastoncitos de vegetales crudos, como zanahoria o apio.

Cómo desgranarla

Una forma fácil de hacerlo es partir un ejemplar en dos. Se aprieta cada mitad un poco para que se aflojen los granos, se sostiene cada mitad sobre un plato o un cuenco y, con la parte convexa de una cuchara o el mango de mortero grande, se golpea la piel para que se vayan desprendiendo los granos.

Para acabar se retiran los pequeños trozos de membrana blanca, de sabor amargo, que se hayan podido desprender.

Consejos de compra

Las granadas empiezan a aparecer en el mercado a mediados de septiembre, pero es en otoño cuando se encuentra en su máxima plenitud y se pueden adquirir los ejemplares más jugosos y económicos.

Se puede saber que son jugosas si se sienten pesadas para su tamaño y tienen la piel bien tersa, de un color vivo con matices marrones.

El zumo de granada, un poderoso antioxidante

España es el mayor productor de granadas de Europa pero exporta gran parte de la producción, y el zumo, aunque se envasan marcas nacionales de excelente calidad, llega a menudo en forma de concentrado de otros países, sobre todo de Estados Unidos. Allí el estudio de sus propiedades ha despertado un gran interés. 

Y es que se ha comprobado que el zumo de la granada posee hasta tres veces más antioxidantes que el té verde o el vino tinto. Protege las paredes arteriales, estimula las defensas e inhibe la circulación de las células cancerosas.

La piel amarga que separa los granos –que se desecha al comer el fruto– es la que contiene más componentes activos: ácidos fenólicos, flavonoides, taninos hidrolizables y punicalaginas. De ahí que el zumo, que incluye la piel, el mesocarpio y los arilos del fruto, se considere más terapéutico. A algunos zumos, además, se les añade extracto de granada, que con fines medicinales también se emplea por separado.

Cómo exprimir y tomar el zumo de granada

Se puede utilizar el clásico exprimidor manual de naranjas y luego colarlo, ya que los utensilios eléctricos, como las batidoras, rompen en exceso la estructura de los granos, y podrían dejar un sabor amargo.

Este zumo se puede tomar tal cual, con un poco de limón u otros jugos como el de manzana, uva o zanahoria. Además sirve para preparar salsas, helados o gelatinas con agar-agar.

Con él también se puede preparar la clásica granadina, un jarabe de granada más o menos espeso que se elabora reduciendo al fuego una mezcla de jugo con azúcar y un poco de zumo de limón.

La granadina se puede tomar como refresco, diluida con agua fría o con hielo picado, o emplear para regar macedonias o preparados de repostería y ensaladas.

Beneficios para la salud del zumo de granada

El consumo regular del zumo puede resultar de ayuda en problemas de salud relacionados con el estrés oxidativo de las células:

  • Problemas cardiovasculares. Sus polifenoles reducen el riesgo, intensidad y consecuencias del infarto de miocardio, además de proteger la pared de las arterias y mejorar la perfusión cardiaca en un 50%.
  • Colesterol. Inhibe la oxidación del colesterol malo (LDL) y bueno (HDL), lo que ayuda a eliminar el exceso de lípidos de las arterias. Además, la punicalagina inhibe la síntesis de triglicéridos en un 40%.
  • Hipertensión. Aparte de favorecer la diuresis, atenúa la presión arterial inhibiendo la ECA (enzima convertidora de la angiotensina).
  • Trastornos digestivos. Por su acción astringente y antiinflamatoria sobre el tracto digestivo mejora las diarreas de la gastroenteritis y la colitis y puede aliviar los síntomas de la enfermedad de Crohn.
  • Artrosis. Ayuda a reducir la degradación del cartílago articular gracias a su efecto inhibidor de varias enzimas.
  • Infecciones. Aumenta la resistencia a la gripe y combate bacterias como la salmonella y parásitos del intestino.
  • Enfermedades bucales. El enjuague previene la placa. Inhibe las bacterias que causan la gingivitis y la periodontitis.
  • Cáncer. Contiene sustancias fitoquímicas antitumorales que contribuyen a combatir el cáncer de mama y de próstata.

Con el zumo, al tratarse de un alimento, no hay riesgo de sobredosis, ni tampoco contraindicaciones.

En trastornos graves se aconseja beber entre 0,5 y 1 litros de zumo al día o bien de 500 a 2.500 mg si se prefiere tomar el extracto. Como complemento antioxidante de mantenimiento basta un vaso de zumo al día o una cápsula de 250 mg.

 

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