A veces el currysolo se emplea para despertar el paladar y resaltar el sabor del resto de los ingredientes, aunque lo más habitual es que se lleve todo el protagonismo del plato y deje de ser un simple condimento para convertirse en un ingrediente básico de nuestros platos.

Pero esta mezcla de especias es mucho más que un recurso culinario, porque cada vez que imprimimos sabor con ella a una receta aumentamos sus beneficios, reducimos la formación de gas intestinal y facilitamos la digestión de las grasas.

El clavo de olor, la cúrcuma, la pimienta, el comino o cualquiera de las muchas especias que incluyen las mezclas de curry están repletas de moléculas antioxidantes, antiinflamatorias o antisépticas que ayudan a protegerse de los radicales libres, previenen problemas circulatorios y mejoran la eficacia del sistema inmunitario.

 

Hacer el curry en casa es la mejor opción

En el mercado podemos hallar curry en polvo, pero es difícil que tenga la frescura y personalidad de una buena mezcla casera, preparada con amor e ingredientes seleccionados. Además, algunos de los preparados contienen sal o saborizantes poco recomendables, como el glutamato monosódico.

Lo importante es buscar el equilibrio y la armonía de sabores. Y con un poco de práctica lo conseguiremos.

Para preparar una receta clásica de curry se cubren los ingredientes principales en un líquido especiado y se cocinan, a fuego lento, hasta que se impregnan de los aromas.

Como líquido sirve cualquier caldo vegetal, pero quedará más sabroso con salsa de tomate, leche de coco o de almendras. Para darle más consistencia puedes usar yogur de soja, crema de frutos secos o algo de tahini.

La mayoría de recetas mejoran con las horas, por lo que son ideales para preparar de un día para otro.

Tanto el aceite de oliva como el de sésamo son excelentes para cocinar recetas de curry. Es importante saltear las especias, también a fuego lento, antes de incorporarlas a la receta. Así sueltan toda su fragancia.

Una vez molidas, es aconsejable guardar las especias en un recipiente de vidrio bien cerrado, en un lugar fresco y oscuro. Las pastas es mejor conservarlas en la nevera.

Receta de curry en polvo de Chennai (Madrás)

Esta receta de curry es originaria de la ciudad de Chennai, al sur de la India. Tal como ocurre en la mayoría de currys populares de la India, existen múltiples variantes siendo esta una de ellas.

Ingredientes para 4 personas

  • 3 cucharadas de semillas de cilantro
  • 2 cucharadas de semillas de mostaza negra
  • 2 cucharaditas de granos de pimienta negra
  • 2 cucharadas de cominos
  • 2 cucharaditas de fenogreco
  • 1 cucharadita de jengibre molido
  • 1 cucharadita de chile en polvo
  • 2 cucharaditas de cúrcuma en polvo

Preparación 5 minutos

  1. En una sartén de hierro o antiadherente un poco caliente, echa los granos y semillas de cilantro, mostaza negra, pimienta negra, cominos y fenogreco, y tuéstalos a fuego medio removiendo sin parar.
  2. Cuando exhalen aroma, retíralos y déjalos enfriar.
  3. Luego, tritúralos en un molinillo hasta obtener un polvo fino.
  4. Añade el jengibre, el chile y la cúrcuma, y mezcla bien.

 

Desde India hasta el Caribe: infinidad de variedades de curry

Las diferentes mezclas que se suelen emplear ahora son el resultado de la influencia de muchas culturas y países como Gran Bretaña, Portugal, Arabia…

Pero la fórmula original nació, siglos atrás, de la mano de la medicina ayurvédica, un sistema holístico de tratamiento que identifica cada sabor con una energía y un valor terapéutico.

Gracias a la ciencia moderna de la nutrición, ahora sabemos que la combinación de algunas especias, así como su proporción, no es fruto de la casualidad. Así, cuando la cúrcuma se mezcla con pimienta mejora su absorción y su poder antiinflamatorio.

En la India hay tantas variedades de curry como familias, que conservan estas recetas como un valioso legado. Cada región tiene sus características, desde los más picantes de Sri Lanka, con semillas de mostaza, a los más suaves y afrutados del norte, donde se usa cardamomo o anís.

Sin embargo, no es un ingrediente exclusivo de la India, ya que lugares como Tailandia, Indonesia, Malasia o el Caribe lo usan generosamente en sus recetas.