Así como el organismo necesita alimentos sanos y nutritivos para funcionar bien, también la piel necesita "comer" alimentos que le aporten nutrientes fundamentales. Esa es la función de las mascarillas nutritivas y reparadoras, que en cosmética natural incluyen a menudo ingredientes de la despensa.

No hay que olvidar que lo que es bueno para dentro es bueno para fuera. Las verduras, los jugos de frutas, los cereales o las infusiones son algunos de esos ingredientes, y con ellos podemos elaborar también las mascarillas en casa. A lo largo de los siglos las mujeres han inventado mascarillas de frutas, leche, avena o mijo para embellecer su piel y mantenerla joven.

En la preparación de mascarillas caseras se pueden emplear muchos alimentos, aunque es preferible que sean ecológicos para que no tengan restos químicos. Están indicadas sobre todo en pieles secas, sensibles, frágiles y maduras.

Ingredientes para cosméticos caseros

Los cereales como la avena, la cebada o el trigo (el grano cocido y triturado, o la harina) aportan suavidad y firmeza gracias a sus mucílagos. Entre las frutas y verduras las posibilidades son múltiples. Aportan vitaminas antioxidantes y minerales como el potasio o el magnesio, esenciales para la piel.

Las infusiones permiten beneficiarse del efecto medicinal de ciertas plantas, mientras que los aceites –como los de oliva, almendras o sésamo– aportan a la piel las grasas que necesita junto a vitaminas liposolubles y antioxidantes.

Haz tu propia mascarilla para la piel

Se pueden elaborar de forma muy sencilla según cada tipo de piel:

  • Antiarrugas de levadura de cerveza. Para regenerar la piel y retrasar la aparición de arrugas. Se mezcla en un bol una cucharada de levadura de cerveza en copos y una cucharada de aceite virgen de oliva.
  • De cereales. Para suavizar e hidratar la piel sensible. Se puede emplear el grano entero, cocido y triturado, de cereales como el trigo, la cebada, el mijo, el arroz o la avena, o bien su harina. Se mezclan dos cucharadas del cereal triturado o su harina con dos cucharadas y unas gotas de aceite de manzanilla.
  • De jugos de frutas. Aporta minerales y vitaminas esenciales para todo tipo de piel. Se mezcla medio aguacate maduro con una cucharadita de zumo de pepino y una cucharadita de zumo de limón.
  • De patata y leche vegetal. Para la tendencia a la descamación y la sensibilidad extrema. Se tritura una patata hervida, se mezcla con infusión de manzanilla y leche hasta lograr la consistencia adecuada y se añaden unas gotas de aceite de almendras.
  • De arcilla vitaminada. Para pieles grasas y delicadas, limpia en profundidad, regula el sebo y nutre. Se mezclan dos cucharadas de arcilla con una de jugo de verduras (alcachofa, cebolla y limón) y una cucharadita de aceite de almendras.
  • Refrescante de papaya. Limpia todos los tipos de piel. Se mezclan 50 gramos de papaya triturada con dos cucharadas de yogur vegetal y unas gotas de aceite de oliva. En todos los casos se aconseja preparar la cantidad que se vaya a usar y aplicar la mascarilla de inmediato. La ventaja es que, si sobra algo de las que solo contienen alimentos, se puede comer.

Cómo aplicarse una mascarilla

Aplicar una mascarilla en el rostro es muy sencillo, aunque conviene seguir estos pasos para obtener buenos resultados:

  1. Reservarse media hora en la que se pueda estar tranquilo y relajado, preferiblemente tumbado.
  2. Limpiarse por completo la piel del rostro y el cuello. Se puede aprovechar para realizar una suave exfoliación que elimine las células muertas y prepare los poros para recibir los nutrientes.
  3. Pasarse sobre la piel una toalla húmeda templada o bien realizar un baño de vapor para abrir bien los poros.
  4. Aplicar la mascarilla con la mano o una brocha formando una capa uniforme y evitando la zona de los ojos y los labios.
  5. Acto seguido cubrir los párpados con una compresa empapada en infusión de tila o manzanilla.
  6. Dejar actuar la mascarilla de 15 a 30 minutos, retirar con agua tibia y aplicar una crema nutritiva.