Los pies son una parte de nuestro cuerpo que muchas veces olvidamos y que no incluimos en nuestra rutina de belleza y cuidado diario.
Además de darnos estabilidad corporal, son las extremidades sobre las que nos apoyamos durante todo el día y sin las cuales perderíamos el equilibrio, porque absorben y amortiguan el impacto que el cuerpo recibe del suelo al andar, a la vez que facilitan la adaptación al terreno.
Ellos revelan nuestra actitud ante la vida, hablan no con palabras sino con otro idioma, mediante arrugas, la textura áspera o suave, rigidez o flexibilidad, manchas, temperatura... Los pies son el reflejo del cuerpo, la mente, las emociones.
En torno a este cuidado existen varios puntos importantes que tenemos que tener en cuenta.
Cuidado diario...
Al llegar a nuestra casa, es importante descalzarnos y andar sin zapatos, para relajar la musculatura de nuestros pies que a lo largo del día se haya podido contracturar por el uso de tacones, bailarinas o zapatos de horma dura.
Si es posible, el realizar unos pequeños estiramientos y masajes en la planta del pie, ayuda a mejorar el estado de relajación.
Sumergir nuestros pies en pediluvios con sal marina, del Himalaya o sales de Epsom para relajar y drenar y con un par de gotas de aceites esenciales como lavanda, hierbabuena o árbol de té, es un magnífico ritual para ayudar a descongestionar. Es importante que el agua esté templada y de preferencia siempre un poco más fría de lo habitual, sobre todo en verano, cuando la hinchazón y la mala circulación son uno de los principales problemas.
Si estás embarazada, debes de evitar las sales de Epsom y utilizar una sal marina común con unas gotitas de aceite esencial de lavanda.
Cuidado semanal...
Exfoliar y limar asperezas son algunos consejos que siempre doy, ya que con el tiempo se convierten en excesos de piel y pueden llegar a formar callosidades y mal formaciones, que pueden llegar a influenciar y a modificar nuestra pisada y por consiguiente nuestro equilibrio corporal.
Este desequilibrio con el tiempo se puede volver en dolencias crónicas de rodillas, caderas e incluso hombros.
Cualquier exfoliante corporal de grano grueso, funciona bien para tus pies y piernas, pero aquí te doy una receta sencilla y casera por si te apetece realizarlo en tu casa.
La función del exfoliante es la de retirar piel muerta y la única manera de conseguirlo es haciendo algún tipo de fricción para poder levantar esta piel y posteriormente retirarla.
La sal es un mineral excelente para realizar una buena exfoliación, pero también se puede realizar con azúcar o con café en polvo.
Receta de exfoliante con sal o azúcar
Ingredientes
- 4 cucharadas de sal o azúcar blanco o moreno
- 2 cucharadas de aceite vegetal (oliva, girasol, almendras, sésamo…)
- 4 gotas de aceite esencial de menta piperita, árbol de té o de lavanda (este último sería adecuado si estás embarazada)
- ½ limón: ayudará a blanquear tus uñas y manchas en las mismas.
Si lo utilizas en verano no debes de exponerte al sol hasta pasado un tiempo y limpiar bien tus manos y pies; ya que el limón mancha la piel con la exposición al sol
Utensilios
- 1 cuenco
- 1 mortero o procesador de alimentos
- 1 cuchara para mezclar
- 1 cuenco de pediluvio
- Piedra pómez natural o pala antidurezas
- 1 lima de uñas
- Toallas (las puedes humedecer y dejar enfriar en el congelador en verano un par de horas antes de utilizarlo)
Modo de Preparación
- Triturar la sal o el azúcar con el mortero o el procesador de alimentos. También puedes usar la sal y el azúcar mezclados a partes iguales.
- Mezclar todos los ingredientes en un cuenco (lo puedes dejar en el refrigerador para utilizarlo más frío en épocas como el verano).
- Lima tu uña dándole una forma cómoda para tu tipo de dedo y uña.
- Coloca un cuenco con agua templada, sumerge los pies y déjalos reposar.
- Aplica tu exfoliante en un pie y masajéalo. Por la parte de la planta de pie y con el exfoliante ayúdate de la piedra pómez o de la pala anti durezas para retirar cualquier exceso de callosidades o piel.
- Aclara tu pie con abundante agua y sécalo muy bien con toalla para evitar la aparición de hongos, pie de atleta y otras alteraciones.
Siempre aconsejo tener a mano aceite de árbol de té, ya que es el mejor aliado contra hongos en las uñas, pie de atleta y alteraciones cutáneas en los pies.
Si ves que sufres alguna de estas alteraciones, es importante que te apliques con un algodón y directamente a la piel aceite esencial del árbol de té antes de dormir. ¡En pocos días y con constancia verás resultados!
Por las Noches…
La hidratación es básica para mantener nuestra piel hidratada y evitar las formaciones de grietas en los talones y uñas quebradizas.
Por las noches siempre recomiendo aplicar o bien una hidratante en los pies y piernas o bien un aceite vegetal. En invierno se puede aplicar y masajear y posteriormente ponerse calcetines para tener un mayor efecto, pero en verano no hay problema de aplicarlo y dejarlo absorber por nuestra piel al aire libre.
Siempre un buen aceite de cutículas o bien vitamina E (lo encuentras en tu herbolario), es imprescindible para mantener una uña bien hidratada y sana. También existen mantecas vegetales, como el karité, que potencian aún más la hidratación de la piel y de las uñas.
Aquí os doy una pequeña receta de un hidratante potente a base de manteca vegetal de karité, manteca vegetal de cacao y aceite de aguacate, que os servirá como un hidratante potente para los pies y uñas.
Crema hidratente de manteca de Karité
Ingredientes
- ¼ de taza de manteca de karité
- ¼ de taza de manteca de cacao
- 2 cucharadas de aceite de aguacate
Utensilios
- 1 sartén o cazo para calentar agua
- 1 cuenco para baño María
- 1 cuchara para mezclar
- 1 recipiente con tapa para colocar la mezcla
Modo de Preparación
- Colocar en la sartén agua para calentar.
- En el cuenco poner la manteca de karité y la de cacao y derretirla a baño María.
- Aplicar la cucharada de aceite de aguacate y mezclar perfectamente.
- Vaciar nuestra mezcla en nuestro recipiente y destapado refrigerarlo durante dos horas aproximadamente.
- Retirar y batirlo hasta crear una pasta sedosa y untuosa.
- Tapar y guardar en un lugar seco y sin luz.
Aplícatela cuando lo creas necesario.
Duración: hasta 4 meses.
Espero que te sirvan mis consejos y que poco a poco los incluyas en tu rutina diaria. Estoy segura de que notarás un cambio importante en tu día a día y de que te sentirás mucho mejor.
Hasta el próximo post, ¡cuidaos y mimaos desde la raíz!