El sol, sobre todo durante el verano, puede ser peligroso. Las quemaduras aumentan el riesgo de cáncer de piel. Pero en su justa medida, el sol es beneficioso para la piel y para la salud.

Si comenzamos a ponernos morenas en primavera, poco a poco, nuestra piel aumentará su protección natural y el riesgo se reduce. Además la exposición al sol es necesaria para sintetizar vitamina D, que regula la inmunidad y beneficia al sistema músculo-esquelético.

Zanahorias y otros alimentos anaranjados, rojos y verdes

¿Broncearse rápidamente con betacaroteno? Algunos fabricantes de píldoras anuncian que sus cápsulas de betacaroteno hacen maravillas. Según ellos, podrás obtener un bonito bronceado desde dentro y al tiempo protegerte de la radiación ultravioleta.

La realidad es que puedes conseguir el mismo efecto consumiendo diariamente alimentos ricos en esta provitamina, muy abundante en las zanahorias, el mango, la calabaza, los albaricoques, el repollo cocido, el brócoli y otros muchos alimentos anaranjados, rojos y verdes. Además estos alimentos proporcionan fibra y muchos otros micronutrientes, cosa que no hacen las cápsulas.

El betacaroteno natural además es muy antioxidante, por lo que combate los radicales libres que pueden perjudicar la piel y el tejido conectivo que la mantiene tersa.

No esperes que los alimentos ricos en betacaroteno produzcan un efecto inmediato. Se estima que su efecto se puede demorar unos 10 días, pero no hagas cálculos: cómelos todos los días del año porque son saludables. Que te ayuden a ponerte morena solo es un motivo más para hacerlo, entre otros muchos.

Además de elegir los alimentos adecuados debes hidratarte en abundancia. Sin el agua suficiente, en la piel no se producirán correctamente las reacciones químicas que te protegen del sol y te ponen morena.

Cómo ponerse morena de forma rápida y saludable

Para que no acabes con la cara roja o los hombros quemados, aquí tienes los mejores consejos sobre cómo conseguir un bronceado saludable y perfecto de forma natural.

1. Empieza despacio, disfruta más tiempo

Los primeros rayos del sol primaveral finalmente llegan y te atraen al exterior. Pero incluso cuando el aire todavía es frío, el sol ya puede dañar tu piel. Es importante que la exposición al sol sea gradual:

  • Elige la mañana (entre las 9 y las 11) o la tarde (entre las 4 y las 7) para tomar tus baños de sol.
  • Toma el sol durante 10 minutos (puedes hacerlo una vez por la mañana y otra por la tarde)
  • Aumenta cada día 1 minuto la duración del baño de sol hasta llegar a los 20 minutos.

2. No te expongas a los rayos del mediodía

El sol está en su punto álgido entre las 11 y la 15h. Es en esta franja horaria cuando tienes un riesgo alto de sufrir quemaduras solares. Por lo tanto, conviene tomar el sol fuera de este tiempo si quieres broncearte de forma saludable.

Una vez tú piel se ha bronceado con el sol de la mañana (9 a 11) puedes exponerte brevemente a la radiación más intensa de las horas centrales del día, pero no más de 20 minutos.

3. Aprovecha al máximo tu tipo de piel

No todos los tipos de piel pueden tolerar la misma cantidad de sol. Hay cuatro tipologías diferentes en función de su tolerancia al sol.

  1. Las personas con piel muy clara, ojos claro, con cabello rubio a rojizo y más tendencia a ponerse rojo que a broncearse, puede desarrollar el primer enrojecimiento dañino de la piel después de solo 5 a 10 minutos al sol del mediodía sin protección solar.
  2. El segundo tipo tiene características externas similares, pero se le puede ver un ligero bronceado en verano. Este tipo de piel puede resistir unos 20 minutos al sol.
  3. El tercer tipo tiene la piel más oscura, ojos claros u oscuros y cabello castaño bastante oscuro. Puede resistir 30 minutos hasta que aparece el eritema.
  4. La cuarta tipología es la de personas de piel oscura con cabello y ojos oscuros, que se broncean rápidamente al tomar el sol y rara vez o casi nunca se queman. Estas personas pueden tomar el sol durante 45 minutos sin crema.

4. Elige un protector solar natural

Si vas a pasar el día fuera de casa al aire libre o vas a realizar un actividad durante varias horas, es imprescindible el uso de protector solar, pero debe ser natural, es decir, con filtros minerales físicos, no químicos. La mayoría de los filtros químicos son disyuntores endocrinos.

6. Eige el factor de protección correcto

Para encontrar el protector solar adecuado debes fijarte en el factor de protección solar. Un producto con un factor de protección solar de 20 debería extender la protección natural para tu tipo de piel 20 veces. Sin embargo, ten en cuenta que éste es solo un valor ideal determinado en el laboratorio, que nunca es tan exacto en la realidad.

Como regla general, los expertos recomienda reducir en un tercio el tempo calculado de protección. Por ejemplo, en teoría, si tu piel sin protección resiste 30 minutos sin enrojecerse, con un factor de protección 30 aguantará hasta 10 horas. Pero tampoco te fíes mucho de este cálculo porque en la práctica la aplicación sobre la piel nunca es uniformemente perfecta y pueden quedar zonas sin suficiente protección. Los roces de la ropa, el sudor y, por supuesto, el agua, también van eliminando la crema y por tanto la protección.

Los autobronceadores no son siempre recomendables

La publicación alemana Öekotest ha analizado de cerca la composición de los autobronceadores y los efectos de los ingredientes sobre la salud y el medio ambiente. Desafortunadamente, muchos de ellos han resultado muy poco satisfactorios.

El motivo es que estos ingredientes consiguen un rápido bronceado de la piel a través del DHA. El DHA (dihidroxiacetona) es un azúcar que se une a la piel a través de aminoácidos desencadenando un proceso químico y bronceándonos. El mayor problema es que con el tiempo y con una temperatura alta el DHA puede convertirse en formaldehído y esto ocurre en muchos productos antes de consumirlos.

Sin embargo, un autobronceador de calidad con certificado ecológico puede ser una buena opción, según Öekotest.