Pocas veces somos conscientes de nuestros pulmones y de la respiración. En cambio, este órgano fundamental para la vida merece que le demos la atención que se merece para favorecer su vitalidad. De la estructura del pulmón se desprende la importancia de realizar ejercicio, de adoptar una postura corporal correcta y de mantener un estado mental consciente y tranquilo a fin de que pueda llevar a cabo todas sus funciones.

Una postura que encorve la espalda de manera excesiva y continuada –como en el caso de algunos estudiantes o personas que están muchas horas frente al ordenador– puede mermar de forma notable la función respiratoria. Y un estado mental agitado o estresado puede ser la causa de una respiración corta y arrítmica.

Anatomía respiratoria

A partir de la laringe la tráquea se divide en dos bronquios, uno hacia cada pulmón; a su vez los bronquios principales se van subdividiendo en bronquiolos cada vez más pequeños, hasta llegar a un callejón sin salida redondeado: el alveolo pulmonar.

Es en esta unidad funcional, rodeada por capilares sanguíneos, donde tiene lugar el intercambio gaseoso respiratorio; es decir, donde se toma el oxígeno que hemos inspirado de la atmósfera a fin de metabolizar la energía y se elimina el dióxido de carbono producido por las células en ese proceso.

El interior de los bronquios está tapizado a su vez por una capa de células mucosas, que contienen cilios, unas estructuras filiformes, como "pelos" microscópicos, dotadas de movimiento. Los cilios tienen la importante función de generar un movimiento similar a las olas del mar. Eso permite que vaya ascendiendo la capa de moco protector que de forma natural se produce en los bronquios, junto a todos los elementos que han quedado adheridos a él, para ser expulsada al exterior.

Los pulmones están protegidos exteriormente por una doble membrana lubricada –la pleura– y están limitados inferiormente por el diafragma, un músculo en forma de paraguas que, con su contracción, facilita la respiración. Están separados uno de otro por abundantes ganglios linfáticos y por el mediastino, la cavidad en que se ubica el corazón.

La forma pulmonar piramidal hace que sean más activos en la parte media e inferior, donde hay más capacidad, que en el vértice superior. Sin embargo, las personas que practican algún deporte utilizan también la zona apical, lo que propicia un mejor funcionamiento cardíaco.

Si enferma el pulmón

Tras la gripe y los resfriados banales de nariz y garganta, la bronquitis es la enfermedad más frecuente del aparato respiratorio. La terminación itis significa inflamación, en este caso de los bronquios, y eso sucede normalmente por causas infecciosas.

Cuando una bacteria coloniza la mucosa bronquial, esta se inflama, lo que causa tos, expectoración mucosa de color amarillento o verdoso, y fiebre. Sin embargo, esta inflamación también puede deber se a causas ambientales o tóxicas.

Así, el consumo de tabaco es motivo frecuente de bronquitis, pero también lo es respirar gases procedentes de zonas industriales o aire urbano contaminado. Una bronquitis suele resolverse bien en unos 7-10 días.

Ahora bien, si la mucosidad generada obstaculiza su propio drenaje y se acumula en bronquios y alveolos, puede sobreinfectarse fácilmente y ocasionar una pulmonía. En estos casos es probable que el tratamiento naturista clásico surta efecto; es decir: reposo en cama, envolturas de hidroterapia, infusiones de flor de saúco, zumo de limón con agua caliente y miel, vahos de eucalipto o romero... y tal vez ayuda homeopática.

La acupuntura puede resultar asimismo eficaz, con la colocación de las agujas en puntos dotados de una función especial de eliminación. En personas muy debilitadas, ancianos o niños pequeños, quizá sea preciso recurrir puntualmente al tratamiento convencional a base de antibióticos o incluso a agentes broncodilatadores, habida cuenta del riesgo, siempre presente, de que la situación evolucione hacia una neumonía.

Alergia y problemas de índole emocional

A veces el pulmón no está enfermo por una causa infecciosa, ni por agentes contaminantes o tóxicos, y en cambio la persona sufre de tos, quizá muy intensa o incompatible con una actividad cotidiana normal. Así sucede por ejemplo en cuadros de alergia, en que el pulmón reacciona de forma exagerada ante un agente microscópico externo, como el polen de una planta o los ácaros.

También en estos casos se puede optar por un tratamiento naturista, a base de regular la dieta, una gestión más consciente de las emociones y la tonificación de la energía vital mediante hidroterapia, acupuntura y plantas estimulantes del sistema inmunitario.

El tratamiento homeopático individualizado puede resultar muy eficaz en la alergia. Y también en esas situaciones en que, por ejemplo, una persona presenta tos, cansancio, poco apetito, acaso durante meses, mientras las exploraciones (análisis, radiografías, TACs...) no detectan nada.

Escudriñando a fondo las circunstancias, a menudo se observa un estancamiento emocional, acaso una profunda tristeza, en parte camuflada, que parece haber dejado su impronta en el pulmón. Tos, tos y más tos, con o sin expectoración, y no se sale de ahí. Es entonces cuando hay que indagar las posibles causas emocionales de tal situación y cuando la psicoterapia o la homeopatía movilizan recursos valiosos.

Un factor esencial para tonificar el pulmón y mejorar la capacidad pulmonar y el aprovechamiento del oxígeno respirado es practicar ejercicio físico.

El ejercicio como terapia

Un factor esencial para tonificar el pulmón y mejorar la capacidad pulmonar y el aprovechamiento del oxígeno respirado es el ejercicio físico. El entrenamiento en un deporte adecuado a nuestros gustos, aptitudes físicas y tiempo disponible ejercita la capacidad pulmonar de forma excelente.

Si además se realiza al aire libre, la acción benefactora se completa con la exposición a la luz solar (síntesis de vitamina D), disminución de la presión arterial y de los niveles de glucemia, normalización de las cifras de colesterol y mayor bienestar mental y emocional.

Ir en bicicleta, correr, nadar, bailar, esquiar o simplemente pasear de forma vigorosa al aire libre tonifica la capacidad pulmonar e inyecta oxígeno a las células. Con ello no solo se ven beneficiados los músculos, sino también los órganos internos y especialmente la piel.

Todo esto se refleja en mayor capacidad para realizar esfuerzos y en una mejoría de las funciones digestivas, renales, inmunitarias, endocrinas, el estado de ánimo, el sueño y las funciones mentales superiores.

El ejercicio también disminuye los niveles de adrenalina –la hormona del estrés– y eleva los de endorfinas y otras sustancias cerebrales que alivian la tensión emocional y mejoran el ánimo.

Un secreto del yoga

El yoga aporta un ejercicio que reúne todos estos beneficios, denominado kapalabhati –en sánscrito, kapala significa cráneo y bhati, brillante–. Pertenece al pranayama (técnicas para controlar el prana o energía vital), y también es uno de los principales ejercicios de limpieza (kriyas).

De la misma manera que cada mañana, al levantarnos, ventilamos las habitaciones de la casa, también sería útil realizar este ejercicio para airear nuestros pulmones. Kapalabhati se practica sentado, con la espalda recta, y consiste en una serie de contracciones rítmicas del abdomen, que ponen la atención en una serie de espiraciones forzadas, seguidas de una inspiración profunda y retención del aliento.

Las contracciones abdominales son las responsables de la sensación de limpieza de los pulmones, y la retención del aliento del aumento de la energía a nivel general.

Este sencillo ejercicio, realizado de forma constante, limpia de dentro afuera el aparato respiratorio, disipa los espasmos de los bronquios (mejora el asma y las bronquiectasias), elimina el exceso de mucosidad acumulada, masajea los órganos internos, fortalece los músculos abdominales, irriga a fondo el cerebro e induce un estado de mayor autoconciencia y paz mental.

Después de realizarlo será más fácil disfrutar de una respiración plena, tomando cada vez el aire que necesitemos y vaciando bien los pulmones.

3 plantas para el pulmón

1. Gordolobo

Forma parte de todas las fórmulas para tratar la bronquitis y la tos con expectoración.

2. Saúco

La infusión de sus flores favorece la sudación, facilita la expulsión de moco y desinflama las vías respiratorias.

3. Tusílago

Es un expectorante excepcional, que calma tanto la tos productiva como la irritativa.