Uno de los efectos psicológicos más pronunciados del confinamiento es la tristeza, el desánimo... Para combatir la falta de vitalidad y la apatía se pueden llevar a cabo pequeñas acciones a lo largo del día que ayuden a centrarse en el presente, recuperar la energía y verle un mayor sentido a lo que se hace.

Te proponemos ideas sencillas para elevar el ánimo en el día a día. ¡Muchas se pueden realizar en solo 15 minutos!

Un masaje revitalizante con limón tras la ducha

Tras una ducha caliente –que conviene acabar con unos segundos de agua fría para activarse–, date un masaje vigoroso con limón. Esto favorece el inicio de la actividad intelectual y física tras el descanso nocturno, ya que el limón tonifica y procura un agradable olor corporal y una sensación de bienestar que se prolongan varias horas.

Se precisan un cuenco grande de agua tibia, 5 gotas de aceite esencial de limón, un limón a rodajas y una crema hidratante corporal con aroma de este cítrico.

Se disponen la esencia y el limón en el cuenco y se deja en él un paño en remojo. Al finalizar la ducha, se escurre el paño y se frota con él todo el cuerpo, empezando por los pies y subiendo hacia el corazón a fin de estimular el retorno venoso. Luego se seca la piel y se aplica la crema.

Un gesto para recuperar la energía

Los mudras son gestos sagrados que se realizan con los dedos de las manos y que se usan con fines curativos en la India desde hace milenios.

Algunos pueden activar ciertos puntos energéticos, previniendo los estados emocionales de decaimiento. El que sugerimos a continuación actúa como un estimulante sin poner nervioso.

  1. Se frotan enérgicamente las manos entre sí y se entre cruzan los dedos, girando las palmas hacia fuera.
  2. Se inspira y, al hacerlo, se estiran bien los brazos por encima de la cabeza con los dedos de ambas manos entrecruzados.
  3. Al espirar se colocan las manos con las palmas sobre el pecho, aunque si se está agotado mentalmente también se pueden poner con el dorso detrás de la cabeza o sobre la frente.

Leer algo que nos motive

Cuando un libro atrapa se desea tener la mínima ocasión para volver a sumergirse en su lectura y disfrutar del avance de la trama, de su capacidad para entretener o del mensaje que quiere transmitir el autor. Durante esta cuarentena se pueden aprovechar esos momentos para vibrar con la lectura.

Además de novelas convertidas en best-sellers, u obras cumbre de la literatura universal, se puede recurrir a títulos de autoayuda o espiritualidad capaces de elevar el ánimo a través del mensaje como estos:

  • Los estados de ánimo, de Christophe André
  • El libro tibetano de la vida y de la muerte, de Sogyal Rimpoché
  • Fluir, de Mihaly Csikszentmihalyi
  • Después del éxtasis, la colada, de Jack Kornfield
  • Las cosas importantes las aprendí en el parvulario, de Robert Fulghum

Escuchar música

Ciertas músicas tienen el poder de transmutar el espíritu y de volver la alegría. Puede ser un tema que traiga gratos recuerdos o una música que invite a salir de los pensamientos circulares haciendo cambiar el humor.

Solo hay que ponerse unos auriculares y empezar a disfrutar. Luego puede desconectarse el aparato y apreciar los sonidos del entorno.

Realizar una buena obra

"Oh, Divino Maestro, haz que no busque tanto ser consolado como consolar; ser comprendido, como comprender; ser amado, como amar. Porque es al dar cuando se recibe, es al perdonar cuando se es perdonado y es al morir cuando nacemos a la vida eterna, decía san Francisco de Asís.

En efecto, dejar atrás las quejas y volcarse en los demás propicia experiencias enriquecedoras. También se puede contribuir a crear armonía en el trabajo o en casa, sonreír a quienes se cruzan en nuestro camino o donar ropa, juguetes, electrodomésticos o muebles que ya no se usan. Estos gestos ayudan a sentirse útil activo, más implicado en crear mayor justicia social y, por todo ello, más alegre.

Contactar con un amigo o con familia

Llamar por teléfono a un amigo o con la familia otorga al día un carácter especial. La cita rompe la rutina con algo placentero. Además, este gesto permite ponerse al día con la otra persona, contarle las penas y alegrías, escuchar las suyas y compartir.

Si se pasa por un buen momento se contagia la felicidad; si se tienen problemas, verbalizar los ayuda a ver los con mayor distancia y a recibir apoyo emocional.

Pintar un mandala

Los mandalas son símbolos sagrados en forma de círculo que pueden contener figuras geométricas en su interior u otros motivos: animales, árboles, laberintos… Los han usado desde antiguo los pobladores de los cinco continentes, desde los aborígenes australianos a los nativos americanos y las culturas orientales para representar el absoluto o la relación del hombre con el cosmos.

Por ello, dibujar o pintar un mandala, aparte de constituir un excelente ejercicio de relajación y creatividad, ayuda a plasmar el estado anímico y la relación con uno mismo y con el mundo, así como a entrar en contacto con la propia esencia, a modo de meditación activa.

Se puede pintar de fuera adentro, si se desea buscar el propio centro, o de dentro a fuera, si lo que se necesita es exteriorizar emociones. Los colores y las formas se eligen intuitivamente. Basta con dedicarle cada día un rato, sin prisas, hasta finalizarlo.

Visualizar un logro o la resolución de un problema

Imaginarse alcanzando un objetivo o resolviendo un problema ayuda a confiar más en las propias capacidades para superar un obstáculo, aporta información subliminal para conseguirlo y permite prevenir el desánimo.

Muchos momentos bajos son fruto de las propias frustraciones o de conflictos no resueltos con uno mismo o con las personas que nos rodean. Una buena manera de acabar con esos problemas es enfrentarse a ellos a base de imaginar una salida o resolución positiva que ayude asentirse más preparado para ponerla en práctica y más optimista con el resultado.

Puede llevarse acabo esta visualización:

  • Elegir el objetivo. Se piensa en un objetivo importante a corto o medio plazo(tiene que ser realista) o en un problema que se desee resolver.
  • Concretarlo en palabras. Se escribe ese objetivo tan claramente como se pueda con una sola frase. Si se ha elegido un problema, se piensa en cómo quiere resolverse intentando expresar la resolución en forma de objetivo.
  • La resolución ideal. Se anota debajo:"situación ideal",describiéndola exactamente como se querría que fuese cuando la meta se haya alcanzado plenamente. Se describe esa situación en tiempo presente (no futuro), como si ya existiera y con el máximo de detalles.
  • Afirmar el éxito. Al terminar, se escribe al pie: "Esto o algo mejor se hace realidad ahora de un modo satisfactorio y armónico para bien de todas las personas que se ven afectadas". Pueden añadirse otras afirmaciones acorde con lo que se desee o con las que uno se sienta más identificado. Se firma el escrito.
  • Visualizar. Ahora, sentado tranquilamente, se visualiza esa situación ideal en un estado de meditación, realizando afirmaciones constructivas.
  • Releer y revisar. La situación descrita se conserva en un cuaderno que se tiene a mano día y noche. Se lee a menudo introduciendo los cambios necesarios.Con el tiempo, ese pequeño sueño puede acabar cumpliéndose, pues se está poniendo lo necesario para que así sea.

Tomar una infusión vivificante

A media tarde u otro momento del día, prepararse una infusión estimulante ayuda a mantenerse despierto y vital el resto de la jornada. En tiendas de té y herbolarios se pueden encontrar muchas mezclas para tisana.

Sugerimos rooibos con especias como canela, cardamomo, pimienta negra, clavo o jengibre, que proporcionan una estimulación gradual sin los efectos adversos de la cafeína. Además, sabe delicioso y aporta calor al cuerpo, lo que contribuye a paliar los catarros y enfriamientos típicos de esta época.

Jugar con los niños

Algo que llama poderosamente la atención de los niños es su curiosidad, su capacidad de vivir el presente, de asombrarse, experimentar,imaginar y recrear los más maravillosos escenarios desde sus ojos inocentes, para los que cualquier cosa es aún posible.

Jugar con ellos en algún momento del día –a pillar, al escondite, a cantar, a hacerse cosquillas, a montar un puzzle…–, lejos de ser un tiempo perdido, es un tiempo de recreo, en el que como dice Stuart Brown, psiquiatra y autor del libro ¡A jugar!, publicado por Urano, la persona se recrea a sí misma, reencontrándose con el niño que fue y renovándose con ello.

Aparte de liberarse de las tensiones del día y de contagiarse de las risas y de la ternura de los niños, cuando se les dedica un tiempo libre, aunque sea pequeño, se está alimentando su memoria y también la propia, de momentos felices.

Aromaterapia

Las moléculas volátiles de los aceites esenciales, al penetrar en la nariz, se disuelven en la mucosa nasal y entran en contacto con los cilios, células encargadas de enviar las señales olfativas al sistema límbico cerebral, que controla el estado de ánimo.

Esta acción directa sobre el centro de las emociones convierte a estos remedios naturales en aliados muy efectivos ante los vaivenes del ánimo. Poner a quemar unas gotas de esencia de bergamota, naranja, eucalipto, mandarina, geranio, incienso o vetiver en un recipiente para ambientar la casa revitaliza e infunde optimismo.

El romero favorece la concentración, mientras que el cedro del Atlas, con su agradable fragancia a madera, crea un ambiente que relaja y propicia el equilibrio.

Cantar el sonido de "Ah"

Los mantras son palabras o sonidos usados desde antiguo en meditación con un propósito de unión entre cuerpo, mente y espíritu, y como recurso para aquietar el flujo de pensamientos y acción que genera la mente.

Cuando esta se concentra en repetir un mantra, los pensamientos se van desvaneciendo hasta que la mente queda libre y en calma. En este ejercicio se propone entonar en algún momento del día el mantra "Ah", del que, según el budismo, provienen los demás sonidos.

Para llevarlo acabo, hay que sentarse cómodamente sobre una alfombra en la posición del loto o semiloto, o en una silla, y centrarse en la respiración. En cada exhalación se canta en alto el sonido "ah" y, en la inhalación, se escucha ese sonido en la mente.

Pronto se percibe cómo una energía armoniosa y cálida vibra por todo el cuerpo aportando tranquilidad y felicidad.

Llenar la casa de flores y plantas

Una buena forma de alegrarse la vista y dar más luz y vida a la casa es disponer de plantas o flores frescas, mejor en macetas, pero también en jarrones. Llegar a casa y observar una jardinera florida de narcisos o ciclámenes en el alféizar de la ventana llena el alma, aunque también se puede recurrir a la poinsetia, espléndida con su color rojo intenso, al cactus o a las bellas azaleas.

Lo idóneo es colocar las plantas en puntos estratégicos (recibidor, despacho, habitación…), de modo que al verlas nos iluminen y conecten con la naturaleza.

Contemplar la puesta de sol

Esta es una forma diferente de acoger la noche y tomar mayor conciencia del paso del tiempo y de la importancia de estar vivos. Contemplar cómo el cielo va cambiando de color y el sol va desapareciendo hasta ocultarse invita a detenerse, a no hacer, a no planificar, a no luchar ni reaccionar.

En ese momento solo se es silencio, en fusión con la belleza del sol, las nubes, el cielo, la brisa, la tierra que nos sustenta… Durante ese rato, se puede meditar dando gracias al sol por ofrecer su luz y su calor, cada día, pues sin su presencia la vida no existiría.