Más de cien hormonas conocidas dirigen, en buena medida, el organismo. Del flujo de estas sustancias depende que se conserven la salud y el bienestar, o que nos deslicemos hacia la enfermedad y las alteraciones asociadas a un envejecimiento prematuro.

Unas medidas naturales, sencillas de llevar a la práctica, pueden favorecer el equilibrio del sistema endocrino, especialmente en las mujeres a partir de los 30, los 40 y los 50 años.

Las hormonas suelen definirse como unas sustancias mensajeras que desencadenan multitud de procesos fisiológicos, como la regeneración ósea o la ovulación. También regulan la distribución del líquido en el cuerpo, la acumulación de grasa o las respuestas físicas y anímicas en periodos de estrés.

Incluso están relacionadas con la manera en la que se reacciona frente a los olores.

Son secretadas por distintos tipos de glándulas –pineal, páncreas, tiroides, hipotálamo, ovarios– o por células especializadas y localizadas en tejidos internos y pueden actuar sobre células vecinas o sobre lugares del cuerpo alejados, donde llegan a través de la sangre.

Su producción responde a mecanismos complejos, muchos de los cuales todavía no se conocen bien, aunque se sabe que algunos comportamientos cotidianos pueden disparar o inhibir la secreción hormonal. También se sabe que adoptar algunos sencillos hábitos de vida puede ayudar a controlar sus niveles.

Alteraciones hormonales en la mujer

Una mujer joven genera oxitocina al mantener relaciones sexuales, al amamantar o tras una conversación agradable con la persona amada. Esta hormona –que también es secretada por los hombres– aumenta la generosidad, la empatía y la confianza en uno mismo y en los demás, y disminuye el miedo social.

Sin embargo, no todas las hormonas tienen efectos tan bonitos ni se pueden activar mediante comportamientos tan concretos. En una mujer, un ligero exceso de testosterona –hormona masculina– hace que la piel muestre impurezas en forma de granitos.

Un estilo de vida armonioso que satisfaga las necesidades físicas y anímicas facilita que las hormonas recuperen el equilibrio o no lo pierdan.

Y una deficiencia de la misma sustancia provoca que la piel se repare con menos eficacia, lo que la lleva a presentar un aspecto envejecido. También puede estar relacionada con un aumento de los niveles sanguíneos de colesterol LDL o "malo". Entre las mujeres muy activas son frecuentes los picos de adrenalina y cortisol, las hormonas del estrés.

Una ansiedad crónica puede acabar alterando su producción y agravar los síntomas nerviosos. Por su parte, la carencia de melatonina –la hormona que se libera durante el descanso nocturno– aumenta los fallos en los procesos de reparación celular, lo que favorece la aparición y el desarrollo de diferentes enfermedades.

Cómo recuperar el equilibrio hormonal

Siendo los efectos de las hormonas tan importantes, cabe pensar si no se podrían administrar como medicamentos en forma de pastillas o inyecciones. En algunos casos se ha demostrado que puede ser eficaz y seguro, como la insulina que se inyectan los diabéticos para regular los niveles de azúcar en la sangre. Sin embargo, la mayoría de hormonas no se pueden administrar de esta manera porque no provocan el efecto deseado, o porque las reacciones adversas son graves.

La buena noticia es que determinados alimentos, plantas y terapias naturales pueden favorecer la producción de algunas hormonas y el equilibrio entre ellas. Estos son algunos consejos:

  • Duerme y descansa mejor

Es frecuente que las mujeres jóvenes duerman poco debido a las ocupaciones laborales y familiares, y también por su vitalidad, por sus ganas de sacar el máximo partido a las horas. Pero el descanso es importante.

Dormir un mínimo de 7 u 8 horas seguidas aumenta la circulación de melatonina. Para incrementar su producción por la glándula pineal se puede preparar un sueño de calidad reduciendo la intensidad de la luz desde dos o tres horas antes de irse a la cama –por ejemplo, utilizando solo velas– y realizando alguna técnica de relajación, como ejercicios de respiración o escuchar música de ritmo lento.

De esta manera se puede aumentar hasta cien veces la liberación de melatonina, lo que no solo permite levantarse más descansado, sino que mejora el estado de la piel irritada, reduce la aparición de arrugas y, sobre todo, previene numerosas enfermedades, incluido el cáncer.

  • Practica la relajación

Para prevenir el exceso de hormonas del estrés conviene practicar técnicas de relajación y de control de la ansiedad, así como tomar algunas medidas nutricionales.

Los alimentos ricos en vitaminas del grupo B –los cereales integrales, las legumbresy la levadura de cerveza– favorecen el equilibrio en la producción de estas importantes hormonas que influyen sobre el comportamiento. En cuanto a las prácticas de relajación, son eficaces la meditación, la técnica de relajación progresiva o el entrenamiento autógeno.

Una técnica de digitopuntura para reducir el flujo de cortisol y que se puede realizar en medio de la jornada laboral consiste en hacer presión con los dedos índice y anular sobre el plexo solar, justo debajo del esternón. Se repite la presión cinco veces mientras se respira lenta y profundamente.

  • Ejercita tu músculos

Hacer pesas u otro ejercicio de tipo anaeróbico, que exige un esfuerzo a la musculatura, favorece la síntesis de hormona del crecimiento. Esta es una sustancia muy compleja y muchas de sus funciones aún se desconocen, pero se sabe que incrementa la retención de calcio y la mineralización ósea.

Además aumenta la masa muscular, reduce el tejido graso y estimula el funcionamiento del sistema inmunitario. Con una producción apropiada de hormona del crecimiento, las mujeres jóvenes puede prevenir la osteoporosis al tiempo que mejoran su condición física y su sensación de vitalidad.

  • Recurre al sauzgatillo

El sauzgatillo es la planta medicinal más eficaz para combatir el síndrome premenstrual que en mayor o menor medida, y con más o menos frecuencia, afecta al 95% de las mujeres.

No está claro si las molestias son la consecuencia de un aumento de los estrógenos o de un déficit de serotonina, pero esta planta parece influir de alguna manera sobre el equilibrio hormonal, porque alivia la hinchazón y la hipersensibilidad de los pechos y previene los cambios en el estado de ánimo.

Puede tomarse la decocción de sus frutos (tres veces al día) o en cápsulas (300 mg tres veces al día) durante los quince días previos al periodo.

Salud hormonal en hombres

Los hombres también sufren cambios hormonales a lo largo de la vida. Seguir algunas pautas favorece el equilibrio.

  • La testosterona aumenta con la pubertad, pero sus niveles empiezan a decaer entre un 0,3 y un 1% al año a partir de los treinta años de edad aproximadamente. Este descenso puede provocar molestias muy diversas, como irritabilidad, insomnio, depresi��n, cansancio, disminución de la libido y de la potencia sexual, piel seca o problemas circulatorios.
  • Ciertos alimentos contienen sustancias similares a la testosterona o estimulan su producción. El apio es uno de los alimentos más recomendables porque contiene androstenol que, junto con la 3-cetona, funciona como una testosterona suave. Estas mismas sustancias se encuentran en la chirivía y las trufas. Por otra parte, otra sustancia presente en el apio, la apigenina, inhibe la conversión de testosterona en estradiol.
  • Otro alimento indicado para los hombres maduros es el maíz. El licuado de granos de maíz dulce estimula la producción de la hormona luteinizante, que a su vez favorece la síntesis de la hormona testosterona en los testículos.