¿Es más natural, cómodo y sano no llevar sujetador? Son preguntas que vuelven cíclicamente, esta vez con ocasión de la campaña Free The Nipple ("libera el pezón"), de la activista y cinesta Lina Esco, que aboga por liberar al pecho femenino de las censuras.

Las mujeres –como la modelo Cara Delevingne o la cantante Rihanna– que se han liberado del sostén dicen que se sienten más libres (no solo físicamente), más cómodas y más sexys. ¿Pero es más sano?

La polémica entre médicos sobre el uso del sujetador

Uno de los médicos que ha sido más claro sobre la cuestión es Jean-Denis Rouillon. En una conferencia en la Universidad de France-Comté en Besançon defendió que los sujetadores no son necesarios y que su uso debilita la musculatura natural de las mamas, provocando su caída y flacidez.

La teoría de Rouillon parece lógica, pues se puede imaginar que el sujetador se comporta como una prótesis que sustituye la función de la musculatura, como si fueran unas muletas o una silla de ruedas para el caso de las piernas.

¿Favorece el pecho caído?

Sin embargo, aparte de las observaciones personales de Rouillon, no existen estudios científicos que asocien el uso de sujetador con el pecho caído.

Otros expertos en anatomía afirman que no llevarlo también puede hacer que los ligamentos y tejidos se estiren por efecto de la gravedad y los movimientos, sobre todo si los pechos son grandes.

El doctor Andrew Weil, reconocido experto en medicina integrativa, ha opinado sobre el tema y considera que no hay pruebas definitivas en contra del sujetador. Para reforzar la musculatura de los pechos recomienda hacer flexiones de brazos en plancha o cualquier otro ejercicio que tonifique los pectorales.

No provoca cáncer de mama

Por internet circula la idea de que los sujetadores provocan cáncer de mama. La noticia se remonta a la década de los 90. En 1991, un estudio halló que las mujeres que no usaban sujetador tenían un riesgo algo menor de sufrir cáncer de mama. Y en 1995, los médicos Sydney Ross Singer y Soma Grismaijer publicaron el libro Vestida para matar, donde explicaron que la presión del sujetador reducía la eficacia del sistema linfático para eliminar toxinas, lo que aumentaba el riesgo de desarrollar cáncer.

Pero ninguna organización de médicos y ninguna autoridad sanitaria ha respaldado esa afirmación. Uno de los estudios más recientes, realizado en 2014 en el Fred Hutchinson Cancer Research Center de Seattle (Estados Unidos), zanjó la cuestión al afirmar que la teoría de Ross y Grismaijer no tiene base científica y que la pequeña reducción de riesgo del estudio de 1991 no era significativa y podía deberse a que las mujeres que usan menos el sujetador son las delgadas, por lo que el factor en juego podría ser el peso, no el sujetador.

¿En qué situaciones sí es recomendable el sujetador?

El cuerpo de la mujer es perfecto tal como es, pero la ginecóloga Kiel Doris Scharrel dice que hay que reconocer que la civilización y el sedentarismo tienen consecuencias: la mayoría de mujeres tiene un tejido conjuntivo débil, por lo que el uso del sujetador le parece recomendable incluso en jóvenes, sobre todo si hacen deporte.

Cuando se practica un ejercicio físico con cierta intensidad, la musculatura y los tejidos del pecho pueden sobrecargarse. La revista Runner's World realizó un curioso estudio que probó que al realizar una carrera de un kilómetro los pechos se desplazaban 84 m al sumar los recorridos hacia arriba y hacia abajo.

De todos modos, Doris Scharrel recomienda obedecer las propias sensaciones y ponerse o no el sujetador en función de la comodidad.

En el caso de los pechos sean muy grandes y pesados, que tiran del tronco hacia adelante y a la larga pueden provocar problemas posturales, puede ser muy recomendable. Además el tejido conjuntivo tiende a estirarse.

Como dice la doctora, el uso de un sujetador descansa los hombros y la columna vertebral, de esta manera puede evitarse algún que otro dolor de cabeza causado por la tensión en la nuca.

Cómo elegir un buen sujetador

Un buen sujetador deportivo tiene sentido, pero no es sencillo de encontrar. Los mejores modelos son aquellos en que las tiras convergen en el centro de la espalda (modelo "luchador") y no pueden deslizarse por los hombros.

Además debe tener un ancho suficiente por debajo del pecho para que toda la responsabilidad del sostenimiento no caiga sobre los tirantes.

Una manera de probar si el ancho es adecuado es ponerse el sujetador y bajar los tirantes: el cuerpo del sujetador no debería moverse.

El sujetador puede provocar dolor

Si el sujetador es demasiado pequeño, la copa está mal construida o el ancho por debajo del pecho es muy pequeño, puede producir dolor.