Si tenías un resfriado o una gripe, antes del 1 de septiembre de 2013 era muy frecuente que salieras de la consulta del médico de la seguridad social con una receta de Fluimucil o Flumil, medicamentos cuyo principio activo es la n-acetilcisteína.

Esta sustancia es una forma estable del aminoácido natural l-cisteína, que se encuentra en los alimentos, y se prescribía porque favorece la eliminación de la mucosidad y previene complicaciones.

Pero a partir de aquella fecha, el gobierno, a la búsqueda de dónde ahorrar, decidió que no era un medicamento lo suficientemente eficaz en las afecciones respiratorias leves como para estar incluido en la seguridad social con esta indicación. Desde entonces los pacientes que lo consideran útil cuando se resfrían se lo tienen que pagar de su bolsillo (se vende sin necesidad de receta).

La n-acetilcisteína reduce un 80% la agresividad de algunos tipos de cáncer

La semana pasada nos enteramos de que la n-acetilcisteína es un potente anticancerígeno.

Una investigación dirigida por el profesor Michael Lisanti, de la Universidad de Salford (Reino Unido), ha probado que la administración de n-acetilcisteína reduce hasta un 80% los marcadores de agresividad de algunos tipos de cáncer de mama (un 80% en el caso del marcador MCT4 y un 25 del marcador Ki67).

El aminoácido actúa como un antioxidante que drena nutrientes de las células enfermas, de manera que su desarrollo se ve frenado. Y lo consigue sin toxicidad ni efectos secundarios destacables.

Lisanti explica que el resultado del estudio es muy esperanzador, ya que al reducirse los niveles de marcadores de agresividad se puede prever que mejoren las probabilidades de supervivencia de los pacientes.

“Inhibir la expresión de la proteína MCT4 y hacerlo de una manera no tóxica es un enorme paso adelante”, ha manifestado. Además se trata de un medicamento muy barato.

El ensayó administró n-acetilcisteína a 12 pacientes con cáncer de mama en primera fase antes de que fueran operadas. Recibieron una dosis semanal intravenosa y dos dosis orales diarias durante 19 días. Luego se analizaron las muestras de los tumores extirpados y se comprobaron los efectos beneficiosos sobre los biomarcadores de agresividad, con los resultados explicados.

Las propiedades sorprendentes de la n-acetilcisteína

Existen muchos estudios en marcha sobre las propiedades de la n-acetilcisteína. Su efecto más conocido es el mucolítico, es decir, su capacidad para reducir la viscosidad de las mucosidades, lo que hace más fácil su eliminación. Por ello se emplea en casos de fibrosis quística, neumonía y bronquitis.

Aunque no pertenece a la familia de los antibióticos, posee una interesante acción bactericida y antivírica.

Otra propiedad, muy importante, es la desintoxidante. Tiene la virtud de asociarse a agentes tóxicos y favorecer su eliminación. Por esta razón está indicada en intoxicaciones por monóxido de carbono, acetaminofén (paracetamol) o metales pesados.

También posee acción antiinflamatoria y antioxidante. La n-acetilcistína repone las reservas de glutatión, un potente agente antioxidante que produce el propio organismo. Investigadores como Tory Hagen, de la Universidad Estatal de Oregon, sugieren que esta propiedad la hace interesante como agente antienvejecimiento.

Su efecto beneficioso general ha motivado que se investigue su potencial en el tratamiento del colesterol alto, la resaca y una amplia variedad de trastornos mentales, entre ellos la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo, la esquizofrenia y las adicciones.

Estas indicaciones psiquiátricas están relacionadas con un posible efecto regulador de las cantidades de los neurotransmisores glutamato y dopamina en el cerebro.

Es un medicamento que se vende sin receta médica

Las propiedades e indicaciones como desintoxicante le han valido figurar en la lista de “medicamentos esenciales” de la Organización Mundial de la Salud. Se puede adquirir en farmacias sin necesidad de receta médica y existen presentaciones como suplemento alimentario en parafarmacias y herbodietéticas.

La n-acetilcisteína es un medicamento seguro. Aunque algunas personas pueden presentar algún efecto secundario, como picor, diarrea o náuseas, no se asocia con efectos graves ni toxicidad, incluso en dosis altas.

Su precursor, la l-cisteína, es un aminoácido no esencial que el cuerpo puede sintetizar a partir de la metionina y la serina que obtiene de los alimentos. Para que la síntesis se produzca con éxito se necesita la participación de otros nutrientes, especialmente de la vitamina B12 y el ácido fólico. Alimentos que aportan pequeñas cantidades de l-cisteína ya formada son, además de la carne, los derivados de la soja, las semillas de girasol y los cereales integrales.

La dosis máxima recomendada para personas mayores de 7 años es de 600 mg diarios. En cualquier caso es aconsejable no tomarla durante largos periodos y hacerlo bajo control médico, pues puede estar contraindicada si se sufren determinadas afecciones, como asma o úlcera digestiva, o se toman algunos medicamentos (como la nitroglicerina).

A la hora de elegir una presentación comercial, vale la pena fijarse en la composición y elegir aquella que no incluya edulcorantes sintéticos como el aspartamo o colorantes. Se halla en forma de granulado, pastillas efervescentes o cápsulas.