La osteopatía no está regulada en España, aunque sí que está reconocida por la Organización Mundial de la Salud. Los profesionales que la practican usan una amplia gama de técnicas manuales suavescon un enfoque global del bienestar.

Ante el paciente, el osteópata busca limitaciones de movilidad: los nudos en una articulación, un hombro, la restricción de un órgano, del cerebro, de movilidad en una arteria, un ligamento… Si hay restricción, la estructura no funciona bien. Toca el cuerpo con manipulaciones suaves para hallar las restricciones y desbloquearlas. Todo es importante en su trabajo, que moviliza la capacidad de autocuración del cuerpo.

De ello hablamos con Karl Doric, que ejerce en Barcelona y está especializado en osteopatía intrapélvica. Atraído por la biología y la anatomía, y con ganas de ayudar a las personas, se formó en osteopatía durante cinco años en el centro Atman, el más veterano de Francia en esta disciplina médica. En 1999 comenzó a ejercer su profesión en París y desde hace diez años atiende también en Barcelona y Palamós.

Desentrañando los mensajes del cuerpo con Karl Doric

A lo largo de su carrera Karl Doric ha cosechado un prestigio en tratamientos de fertilidad y ginecológicos. Su proyecto inmediato es realizar un estudio con el Departamento de Ginecología del Hospital de Sant Pau de Barcelona sobre los dolores pélvicos en el postparto y su tratamiento con osteopatía.

Le preguntamos sobre ello, pero también sobre los dolores de espalda, uno de los problemas más habituales con los que acuden los pacientes a las consultas de osteopatía.

—Si me duele la espalda a la altura de las costillas, ¿de qué problema oculto le puede estar hablando ese dolor?
—Puede ser una somatización del estrés, aunque habría que verlo. Encuentro casos similares a diario en mi consulta.

Hace dos días, sin ir más lejos, entró en la consulta un paciente totalmente doblado; le costaba mucho respirar. Con una manipulación de las vértebras dorsales, D9 y D12, donde hay una interacción con el diafragma, pudo comenzar a respirar y a expandirse. La gran cantidad de estrés que arrastraba le había provocado un bloqueo.

—¿La espalda sigue siendo el problema que más reclama atención?
—Sí, sin duda. Las mujeres más por cervialgias y los hombres por lumbalgias, dorsalgias… Cuando hay dolor lumbar, por ejemplo, es que estás viviendo algo que no te va bien.

Lo explicaré de una manera muy simple para que se pueda entender: si tienes estrés, generado por un conflicto con tu madre, con tu profesión, con tu pareja… dentro de tu cuerpo hay contracciones, en el diafragma, en diferentes músculos que tenemos al fondo del vientre contra la columna vertebral.

Poco a poco esos músculos se contraen, lo cual acaba generando dolor. El cuerpo aprieta diferentes estructuras; aprieta los nervios, y entonces te duele la espalda. Si esto sigue ocurriendo, puede cronificarse y dar lugar a una hernia discal.

—¿Y cómo trata un dolor en cuyo origen está el estrés?
—Lo más importante es eliminar la contracción, que viene de lo que vivimos. En osteopatía ayudamos a la estructura porque es lo más importante. Pero si no damos al paciente la posibilidad de entender lo que le ocurre, al final se queda con su problema, y este se cronifica.

—O sea que un dolor de espalda puede no estar originado en la columna…
—Si lo analizamos a nivel anatómico, si tienes una contracción en una zona determinada, por ejemplo, el riñón, este funcionará mal, y la uretra también. Hay una mala vascularización de la zona del riñón. Y esta mala vascularización provoca una mala vascularización de los músculos.

Si tenemos un dolor de espalda muchas veces no es culpa de la espalda, sino de tensión a nivel visceral, del riñón, de la uretra, a nivel de las tripas, del mesenterio (la estructura que mantiene el intestino)…

—Su tesis iba sobre eso, en concreto sobre la lumbalgia, ¿no?
—Sí. Hice una tesis sobre la relación entre el mesenterio y la lumbalgia. Un estudio que demostraba que, al final, el dolor de espalda viene del intestino. El problema viene de delante, o del vientre o del fondo del vientre. Lo de detrás es el barómetro. Y casi siempre se trata de una restricción de movilidad. Si hay un bloqueo, nada circula.

Fortalecer la zona no es lo más importante. Lo más importante es cómo vives las cosas que te ocurren.

—También trata con éxito problemas de fertilidad. ¿Recuerda algún caso?
—Una mujer de 35 años vino a verme porque no podía tener hijos. Tenía una obturación en las trompas de falopio que le imposibilitaba quedarse embarazada. En tres sesiones de osteopatía pudimos mover las trompas y el intestino para hacer circular los fluidos corporales y liberamos una de las dos trompas. Conseguimos drenarla y que volviera a ser permeable. Al poco tiempo la mujer me llamó para darme la buena noticia de que estaba embarazada.

—En cuestiones de fertilidad ¿dónde se suele encontrar el problema?
—Puede que haya una mala posición de útero, diferentes fibrosis, restricción de movilidad dentro de la pelvis que puede afectar a la vascularización del ovario o del endometrio, un problema de la tiroides, que fabrica hormonas que ejercen una acción en el equilibrio hormonal del cuerpo…

También tenemos que ver al hombre, ya que hay problemas de una baja motilidad de los espermatozoides, toxemia, mala alimentación…

Pero en ocasiones tenemos un factor bastante fácil, que es una retroversión importante, que impide la entrada de los espermatozoides. En estos casos, la osteopatía funciona muy bien porque liberamos la estructura para que todo fluya.

—¿Y en qué otros problemas ginecológicos puede ayudar la osteopatía?
—En incontinencia urinaria del esfuerzo, en reglas dolorosas o abundantes, en ciclos irregulares, en relaciones sexuales dolorosas, en postpartos complicados, en episiotomías dolorosas… Cuando se da incontinencia en mujeres de 40 años es muy recomendable el trabajo con osteopatía porque, si no, al cabo de viente años esa mujer tendrá que recurrir a la cirugía.

—También tratan la migraña…
—Tenemos varios tipos de dolor de cabeza: migrañas, cefaleas, migrañas de origen hormonal… En estos problemas hay un factor de estrés, y también de alimentación. Sabemos que muchas personas que dejan de ingerir ciertos alimentos consiguen que su migraña o su cefalea desaparezcan: los productos lácteos, el café con leche, el cortado, el gluten…

—Las alergias y problemas crónicos como rinitis, sinusitis u otitis, ¿remiten con osteopatía?
—Estos problemas los tratamos comenzando por cuidar la dieta también.

Para los problemas del aparato respiratorio, en niños con mucosidad crónica, alergias, otitis… comenzamos por eliminar los productos lácteos y, normalmente, en algunos meses esos problemas están fuera. Luego miramos si hay alguna afección craneal a nivel del temporal, si el niño tiene otitis, o al nivel del timo, si hay bronquitis, para reforzar el sistema inmunitario.

—¿Trata a muchos niños?
—Sí, sobre todo bebés, y si el parto fue difícil. También cuando el bebé tiene un test de Apgar menor de 10; cuando llora mucho o cuando presenta una pequeña deformación en el cráneo, que se puede corregir.

La osteopatía también es efectiva cuando el bebé no gira bien la cabeza, cuando siempre la mantiene en una misma posición. Esto significa que puede haber un bloqueo a nivel de la primera cervical, lo cual puede provocar luego problemas mayores, como escoliosis. Y son problemas que tienen una fácil solución, pero se tienen que tratar pronto.