¿Estás pensando en quedarte embarazada? ¿Lo estás intentando ya y no llega? Algunos hábitos de la vida actual lo hacen más difícil, pero con una planificación y ayudas adecuadas será mucho más fácil y saludable.

Mejora tu fertilidad naturalmente en 3 meses

Si empezamos a trabajar 3 meses antes de empezar a intentar concebir tendremos el tiempo mínimo necesario para limpiar y reforzar el cuerpo de la pareja, tanto física como mentalmente.

Para ella

  • Ve al médico y hazte una analítica: antecedentes ginecológicos, tiroides, hierro y ferritina o colesterol. Estos parámetros pueden influir en tu fertilidad y te conviene conocerlos.
  • Toma suplementos prenatales: ácido fólico, vitamina D, DHA (y vitamina B12 si eres vegana). Si tomas otros suplementos, ponlo en conocimiento de tu médico y deja de tomarlos.
  • Consume a diario una abundante cantidad y variedad de verduras de hoja verde, de esta manera sabrás que estás aumentando también tus niveles de ácido fólico con la dieta.
  • Aumenta las grasas fértiles. Incluye en tu dieta diaria aguacate, aceite de coco, nueces, almendras crudas, semillas de lino y chía o aceite de oliva de primera presión en frío.

Para él

  • Consume un batido verde cada día, para aumentar los antioxidantes, disminuir los radicales libres y proteger el material genético de los espermatozoides y mejorar su calidad.
  • Incluye 1 cucharada de semillas (chía, lino, girasol, sésamo tostado…) en tus comidas, para aumentar los niveles de selenio y zinc, fundamentales para la síntesis de los espermatozoides.
  • Toma suplementos de coenzima Q10 en el desayuno (unos 100-200 mg), para mejorar la calidad y la motilidad del esperma. También se halla en los alimentos de origen vegetal.
  • No uses el portátil sobre tus piernas porque el exceso de calor en los genitales afecta a la calidad y cantidad de espermatozoides. No pases más de 2 horas con el portátil en esa posición.

Para ambos

  • Hay plantas adaptógenas, como la ashwagandha, que ayudan a reducir el estrés y ansiedad que genera un bebé que no llega. Se recomiendan 300-500 mg/día, mejor por la mañana.
  • Reducid la cafeína a no más de un café al día, dejad de fumar y evitad los ambientes cargados de humo, no consumáis nada de alcohol y comprometeos a dormir 8 horas cada día.
  • Hidrataos. El agua es fundamental para el cuidado de nuestras células. Si olvidáis beber a diario cread un recordatorio en el teléfono móvil cada 2 o 3 horas. Lo ideal es tomar 8 vasos al día.
  • Haced ejercicio. Comenzad al menos 3 meses antes de buscar al bebé. Y hacedlo como mínimo 3 horas/semana. Intentad que las actividades no sean competitivas.

Vitamina D, ¡no olvides tomar el sol!

La vitamina D es conocida por su importancia en la mineralización ósea debido a su función metabólica del calcio y fósforo.

Varios estudios, no obstante, han mostrado que también modula los procesos reproductivos convirtiéndola en un factor relevante en terapias de infertilidad en mujeres y hombres. Las mujeres y los hombres con niveles inferiores de vitamina D en sangre suelen tener dificultades para concebir, según Journal of Human Reproductive Sciences.

La hormona antimulleriana es responsable del mantenimiento más prolongado de la reserva ovárica (los óvulos disponibles que tiene cada mujer) y la vitamina D actúa sobre su producción.

La calidad del semen, así como los niveles de testosterona están asociados positivamente con la obtención de suficiente vitamina B.

Los alimentos que contienen vitamina D (pescado graso, huevos y en menor cantidad los productos lácteos y algunas setas) son muy pocos. Afortunadamente, cuando nuestra piel está expuesta durante 20 minutos a la luz del sol en invierno y 5 minutos en verano es capaz de fabricarla. Aún así, es recomendable la suplementación, sobre todo en invierno, ya que no solemos alcanzar la dosis de 2.000 unidades diarias solo tomando sol.

Caminar contra el estrés

Cuando las mujeres decidimos abrirnos a la maternidad, lo hacemos tras décadas de anticoncepción (hormonal o de barrera) y en ocasiones desconocemos la importancia de introducir cambios positivos en nuestros hábitos de vida meses antes de comenzar la búsqueda de un embarazo.

Además, al estrés cotidiano de la vida urbana sumamos el estrés que genera un bebé que tarda en llegar. Esta situación se traduce bioquímicamente en un aumento de la concentración de adrenalina y cortisol circulantes, que pueden ocasionar desequilibrios en los niveles de estrógenos.

Un hábito tan sencillo como caminar a paso ligero unos 30 minutos cada día rebaja esos niveles hormonales en sangre y mejora nuestras condiciones para la fertilidad