La granada (Punica granatum L.), originaria de Persia, se cultiva desde la India hasta California y México. Al abrirla, solemos comernos solo sus bellos granos color tinto y desechar la cáscara y la pielecilla blanca que los separa por su sabor amargo.

Sin embargo, es en la piel donde se concentran la mayoría de sus componentes activos: ácidos fenólicos, flavonoides, taninos hidrolizables así como punicalaginas, las moléculas más antioxidantes que se conocen. De ahí que el consumo del zumo y del extracto (que incluyen todas las partes de la fruta) sea aún más beneficioso que el del alimento fresco.

Uso medicinal de la granada

Además de ser antioxidante, se ha comprobado que la granada actúa como un potente bactericida frente a resistentes infecciones hospitalarias y reduce el marcador DAS28 (Disease Activity Score), que mide el dolor y la inflamación en 28 articulaciones en pacientes con artritis reumatoide.

Esto hace al extracto muy recomendable como adyuvante en la prevención y el tratamiento de las siguientes patologías:

  • Artrosis y artritis reumatoide. Al neutralizar radicales libres y moléculas proinflamatorias, e inhibir varias enzimas, reduce la degradación del cartílago y ralentiza la progresión de la enfermedad.
  • Enfermedades degenerativas. Contiene fitoquímicos antitumorales y protectores celulares. Además, ejerce un efecto citotóxico y antiproliferativo de las células neoplásicas y debilita las señales que favorecen su migración y, en consecuencia, las metástasis.
  • Hipercolesterolemia. Inhibe la oxidación del colesterol LDL o "malo", pero también del HDL o "bueno", con lo que aumenta la capacidad de este último para eliminar el exceso de lípidos de la arterias. La punicalagina, por su parte, disminuye la síntesis de triglicéridos en un 40%.
  • Infecciones. Combate las infecciones tanto víricas como bacterianas. Algunos estudios han mostrado su eficacia junto con la vitamina C y algunos metales como el cobre para combatir el MRSA (Staphylococcus aureus resistente a meticilina), una bacteria que afecta principalmente a pacientes hospitalizados y que es muy resistente a los antibióticos.
  • Problemas cardiovasculares. Reduce la peroxidación lipídica y protege las paredes arteriales.

Cómo se toma el extracto de granada

El extracto de granada se elabora con el fruto entero. Se comercializa en cápsulas de unos 450 mg y la dosis habitual es de 2 o 3 cápsulas al día antes de las comidas junto con un gran vaso de agua, aunque se puede incrementar si el médico lo considera pertinente. Una cápsula equivale a 100 ml de zumo de granada.