En otoño los collados y matorrales secos de la mitad oriental de la Península, por encima de los 800 metros de altitud, se cubren de azul al florecer una mata leñosa muy aromática: el hisopo (Hyssopus officinalis).

De delicada fragancia, muy apreciada en jardinería, perfumería y aromaterapia, era bien conocida por los antiguos sabios, que la tenían casi por una panacea. Decía Dioscórides que tiene la virtud de adelgazar y calentar, y proponía un remedio, con higos, ruda y miel, para la estrechura de pecho, la tos antigua, el asma y el catarro.

Con fines medicinales, se cosechan las sumidades floridas. Además de aceite esencial, con tuyona, canfona y alfa pineno, contiene ácido málico, ácidos fenólicos, hesperidina, flavonoides y principios amargos como la marrubiína y taninos.

Destaca como expectorante, mucolítico, antitusivo y antiséptico, pero también es aperitivo, digestivo, carminativo, vermífugo, antiespasmódico y venotónico.

Los efectos terapéuticos del hisopo

  1. Tu aliado frente a los resfriados: se usa ante todo para aliviar afecciones respiratorias, desde simples resfriados a gripes, faringitis, bronquitis, sinusitis, alergias respiratorias con rinitis y procesos asmáticos leves. Fluidifica las secreciones, lo que ayuda a expectorar, reblandece la tos y elimina focos de infección.
  2. Aliviar las varices: combinado con plantas que refuercen su acción, como rusco o vid roja, se indica para estimular la circulación y tratar varices y flebitis. También se incorpora a fórmulas con espino albar y valeriana para controlar la tensión arterial.
  3. Mejores digestiones: tradicionalmente se ha usado como bálsamo digestivo frente a indisposiciones estomacales, digestiones pesadas, hinchazón abdominal, gases y flatulencias, o bien para recuperar el apetito tras un episodio de enfermedad o debilidad. En los pueblos de montaña era costumbre tomar decocciones densas de esta mata para ayudar a expulsar parásitos intestinales.
  4. Buen amigo de la piel: por vía externa resulta astringente, antiséptico y cicatrizante. Se usa para desinfectar heridas, sobre úlceras de la piel y quemaduras leves, en lavados, baños y compresas frías.

Cómo utilizarlo

La forma más usual es la infusión, simple o mezclada con otras plantas, pero hay otras.

  • En infusión: tiene un sabor agradable, aunque algo intenso, que no complace a todos. Prepárala con unos 30 g por cada litro de agua y toma hasta 3 tazas al día.
  • Un jarabe para las vías respiratorias: toma una cucharada tres o cuatro veces al día (hasta 60 g a lo largo del día).
  • El extracto líquido: dilúyelo en agua o zumo de cítricos y toma hasta 50 gotas al día, repartidas en tres dosis.
  • En cápsulas: la dosis es de 1 a 3 cápsulas de 50 mg al día.
  • En uso externo: puedes recurrir al aceite esencial puro –que solo debe utilizarse por vía tópica– añadiéndolo al baño o aplicándotelo con un ligero masaje para aliviar problemas respiratorios o digestivos. También puedes aplicar la infusión sobre heridas y quemaduras en baños o friegas o bien empapar con ella compresas frías. Para los dolores musculares y reumáticos, usa el oleato o el hisopo macerado en alcohol de 90°.

Precauciones

Si se toma muy seguido, conviene combinar el hisopo con plantas mucilaginosas como malva o llantén para evitar irritaciones gástricas.

El aceite esencial debe evitarse por vía oral: en dosis altas puede provocar convulsiones y conatos epilépticos. Por vía externa puede causar reacción en personas alérgicas, con dermatitis y picores.

Úsalo en la cocina

El hisopo es una de las plantas que se incluye en las llamadas hierbas provenzales, como la salvia o el tomillo. Tiene un aroma alcanforado, penetrante, algo picante y herbáceo, que sienta bien a la pasta, las sopas y las menestras. Puedes añadirlo también a unos huevos revueltos o a tus verduras y pescados al vapor.

Prueba a macerarlo en aceite o vinagre, al aliñar las ensaladas y las verduras les darás un toque diferente. También puedes utilizarlo para elaborar un licor de hierbas. Conviene, en cualquier caso, optar por la planta fresca, pues ya seca pierde parte de su fragancia.

Cultívalo en el jardín o el balcón de casa, se multiplica por esquejes, pero también por semillas, y es muy resistente tanto a sequías como a heladas.

Infusión contra la alergia para respirar mejor

Ingredientes

  • Hisopo
  • Brotes de pino silvestre
  • Perpetua
  • Malvavisco
  • Regaliz

Preparación

Mezcla todas las plantas a partes iguales. Hierve una cucharada sopera colmada de la mezcla por taza de agua durante 3 minutos, tápala, déjala reposar otros 10 y cuélala.

Cómo tomarla

Puedes tomar dos o tres tazas al día, ligeramente calientes, con estevia o con miel de tomillo o azahar.