Actualmente se calcula que en España alrededor de un 20% de la población general es alérgica. Sin embargo, algunos de los afectados no han sido diagnosticados como alérgicos o ni tan siquiera lo saben, ya que los síntomas pueden confundirse fácilmente con los del resfriado común: estornudos, picor de nariz, ojos llorosos..

El tipo de alergia más frecuente es la polinosis, una afección inflamatoria de las vías respiratorias causada por los pólenes. No son infrecuentes tampoco las reacciones de hipersensibilidad frente a ácaros, al pelo de ciertos animales, a alimentos, a fármacos o incluso a la exposición solar.

¿Por qué hay cada vez más alergias?

En las últimas dos décadas la incidencia de cuadros alérgicos se ha duplicado. Los expertos nos advierten que en un futuro no muy lejano la proporción va a ir en aumento, y pronostican que en 2050 el porcentaje se elevará al 50%. Si las previsiones se cumplen se podría clasificar la situación de una auténtica epidemia.

Pero, ¿a qué obedece ese incremento exponencial? Se han postulado teorías diversas, y todas ellas de una aparente coherencia científica.

Es conocido, por ejemplo, el factor hereditario en las alergias, no tanto por su posibilidad de transmisión genética como por el aumento de predisposición de hijos con progenitores afectados.

También hay quien considera que los cambios sociales bruscos que se han experimentado con la dieta actual, pobre o exenta de alimentos frescos, sin manipular, así como de productos cultivados en el propio territorio del individuo que los consume, han hecho que cada vez estemos más expuestos a distintas sustancias, lo que alteraría la forma de reaccionar de nuestro sistema inmunitario.

Está también estudiado el efecto de las partículas del gasóleo ambiental, que deterioran las membranas de los granos de polen y favorecen la reacción alérgica.

Para muchos investigadores, el exceso de limpieza al que actualmente los cánones nos han acostumbrado es el principal motivo que explicaría el aumento de cuadros alérgicos.

Los defensores de esta teoría argumentan que la falta de exposición del niño a microorganismos potencialmente patógenos (la esterilización del material con el que se entra en contacto ya a cortas edades, los productos de la limpieza doméstica, el uso masivo de antibióticos, las vacunas inoculadas en fases excesivamente tempranas...) impiden que el sistema inmunitario madure debidamente.

Así, las defensas naturales, más inactivas, acaban respondiendo a otros estímulos, en este caso alérgenos (polen, ácaros), que no suponen una amenaza infecto-contagiosa como antaño, pero que sí desencadenan una reacción inflamatoria impropia frente a esa sustancia.

De todos modos, estas teorías no acabarían de explicar por qué hay personas con especial predisposición a padecer alergia y otras que nunca la experimentarán.

Un tratamiento a medida de cada paciente

Muchos de estos pacientes han recurrido a la homeopatía, no solo por tratarse de un método terapéutico sin reacciones adversas, sino sobre todo por su alto grado de eficacia.

La medicina homeopática trata de recetar para cada persona y momento el fármaco más adecuado, tanto en el plano físico como en el mental y el emocional. De hecho el objetivo máximo de la homeopatía es devolver al paciente su autonomía.

Por eso, a pesar de que existen una serie de remedios homeopáticos que se utilizan con mayor frecuencia en cuadros alérgicos agudos, lo ideal es que el médico busque en cada caso la similitud máxima del tratamiento en función de la individualidad del paciente.

Marcos fue uno de los primeros casos de rinitis alérgica primaveral que acudió a mi consulta. Sus incesantes estornudos con los que se levantaba a primera hora de la mañana, seguidos de una intensa e irritante secreción acuosa nasal, le habían traído en búsqueda de una alternativa a la sensación permanente de somnolencia que le provocaban los antihistamínicos.

Llamaba la atención que el efecto secundario de estos fármacos ya le había ocasionado algún susto durante la conducción, pero no le hacía sufrir tanto el riesgo de su propia integridad al volante como el hecho de que un posible accidente impidiera que en algún momento no pudiese cumplir con su trabajo.

Al prescribirle Nux vomica, Marcos empezó a mejorar, logró dejar su medicación convencional y, con el tiempo, ha conseguido vivir la primavera como una estación agradable y llena de sensaciones frescas y estimulantes. Tanto su rinitis como su hiperactividad mental e irritabilidad asociada son hoy fruto del pasado.

Es probable que la administración de Allium cepa, Arsenicum album o Kalium iodatum hubiese aminorado temporalmente los síntomas de la rinitis alérgica que describía, pero lo que se pretende afinando el tratamiento al máximo con el paciente es precisamente que este pase a formar parte del grupo de personas sin predisposición.

Es decir, no solo que disminuyan o desaparezcan los síntomas durante esa primavera, sino modificar de tal modo su capacidad de reacción individual que ya no presente esa tendencia en adelante. Esto también evitará que se vayan desarrollando alergias a otras sustancias, que es otro de los problemas que nos encontramos en este tipo de enfermos.

¿Cuánto tarda en actuar el tratamiento homeopático?

Por supuesto siempre que sea posible hay que intentar evitar la exposición al alérgeno específico si este es conocido.

A pesar de ello, la homeopatía a veces nos da sorpresas muy agradables. Marta, por ejemplo, acudió a la consulta porque presentaba repentinas crisis de ansiedad con relativa frecuencia. En la segunda visita, además de contarme de su mejora clínica, me relató que por fin se había decidido a ir a vivir a casa de su novio, ya que desde hacía unas semanas la presencia de su gato ya no le provocaba molestias en los ojos ni en la nariz.

Pero en la mayoría de los casos el tratamiento de una enfermedad prolongada como suele ser un caso crónico de alergia requiere sin duda también del compromiso y paciencia del afectado. Se estima que se necesitará de media un mes de tratamiento por cada año transcurrido desde el inicio de los síntomas para poder llegar a curar una alergia.

Lo que cabe esperar de un tratamiento homeopático adecuado es una paulatina disminución de la frecuencia y la intensidad de los síntomas. En algunos casos, antes de eso se observará un empeoramiento transitorio y breve de los mismos.

Otra posibilidad también inicial pero que nos alerta de la idoneidad del proceso curativo es la aparición de síntomas que hacía tiempo que el individuo no padecía. En las personas que padecen alergias que afectan a las vías respiratorias bajas, como por ejemplo cuadros de asma, es frecuente observar que existen antecedentes de problemas de piel, eccemas atópicos en su mayoría. Al iniciar el tratamiento pueden reaparecer esas lesiones cutáneas que años atrás habían causado tanto picor y malestar.

Ese fue el caso de Joana, una mujer a la que traté por un cuadro de asma extrínseco y que al realizar su historia clínica no recordó mencionarme que de pequeña había presentado eccema en las partes flexoras de brazos y piernas. Fue precisamente a los pocos días de administrarle Sulphur cuando me llamó para advertirme que le habían rebrotado unas lesiones descamativas iguales a las que ya había tenido veinte años atrás, y que en aquel momento fueron borradas de su piel mediante cremas a base de corticoides.

Entendemos esta expresión como una fase de detoxificación dentro del proceso curativo global, y por tanto no prescribí de nuevo esas cremas sino algunas gasas impregnadas de infusión de manzanilla una vez enfriada para calmar el prurito. En pocas semanas las lesiones desaparecieron por puecompleto y los ataques de asma fueron cada vez menos agresivos.

El mecanismo de eliminación a través de piel y mucosas muchas veces nos indica la idoneidad y el buen funcionamiento del tratamiento homeopático.

Ayudará en estos casos una dieta equilibrada que no sature el hígado, principal órgano depurador. Para ello habrá que moderar el consumo de grasas de origen animal, de alcohol y café, así como de todos aquellos alimentos que contengan conservantes de difícil eliminación.

El objetivo del profesional de la salud debería ser, siempre que las condiciones del enfermo lo permitan, la recuperación total de la persona. Para alcanzar tan digno cometido no hay que pretender resultados inmediatos, sino más bien dejar que la propia capacidad curativa actúe según sus tiempos naturales. Si está dañada, la homeopatía es un arma contrastada y eficaz para devolverle al organismo esa capacidad perdida.

Homeopatía para las crisis alérgicas agudas

En la fase aguda de un cuadro alérgico puede ser necesaria la introducción de algunos remedios que alivien momentáneamente los síntomas.

Remedios adecuados para la rinoconjuntivitis

  • Allium cepa. Abundante secreción nasal líquida, transparente e irritante precedida habitualmente de lagrimeo. Se acompaña de irritación laríngea. Los síntomas empeoran con el calor o en una habitación caldeada.
  • Euphrasia. Lagrimeo constante, copioso y ardiente con párpados muy hinchados. Se acompaña de secreción nasal acuosa sin tanto componente irritativo y dolor de cabeza al anochecer.
  • Nux vomica. Estornudos en salva, en especial al levantarse, con sensación inicial de sequedad en las fosas nasales. Frío interno que no mejora al arroparse.

Tratamientos de homeopatía para el asma

  • Kalium carbonicum. Tos seca o con expectoración grisácea, gran dificultad respiratoria y mucha debilidad. El ataque asmático interrumpe el sueño a media noche. El paciente tiene que inclinar su pecho hacia delante para respirar mejor.
  • Ipeca.Tos espasmódica y gran dificultad de expulsar mucosidad, que acaba provocando el vómito. antimonium tartaricum Intenso ruido de moco pulmonar que el paciente no expulsa por estar agotado, cianosis labial, aleteo nasal. Gran somnolencia.
  • Carbo vegetabilis. Tos con ardor en el pecho; mucha debilidad. Rostro cianótico, azulado.

Soluciones homeopáticas para la urticaria

  • Urtica urens.Lesiones rojizas con habón en el centro, extremadamente pruriginosas. Empeoran al mínimo contacto, incluso con aplicaciones frías.
  • Apis mellifica. Erupción rojiza de la piel, con sensación de tener agujas clavadas en la piel afectada. Es característica la aparición de edema (hinchazón) subcutáneo. Mejora con el frío y empeora con el calor.

Medicamentos isoterápicos: las "vacunas" antialérgicas de la homeopatía

La medicina convencional recurre en ocasiones a la desensibilización vacunal, y administra por vía subcutánea el mismo polen o alérgeno al que el paciente ha reaccionado en los tests diagnósticos. El material se inocula en dosis mínimas para que el organismo se acostumbre a su presencia y no reaccione exageradamente.

Esta posibilidad también es aplicable con homeopatía, o más concretamente, con isopatía. Los isoterápicos son medicamentos diluidos y dinamizados de las sustancias a las que previamente se ha detectado la hipersensibilidad del paciente.

Pero el mecanismo de acción es distinto: la administración sublingual hace mucho más cómodo el proceso, que además está libre de reacciones adversas o posibles interacciones.