Los trastornos del sueño son una pesada carga. Sin embargo, la mayoría de las personas no son conscientes de la gravedad de las consecuencias de los mismos para la salud.

El insomnio reduce la eficacia del sistema inmunitario, encargado de luchar contra virus y bacterias, y favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, depresión, diabetes tipo 2, obesidad y envejecimiento prematuro

No es buena idea recurrir a somníferos que tienen efectos secundarios importantes. Hay muchos remedios caseros y rutinas simples que pueden devolverte un sueño reparador.

Consejos para combatir problemas de sueño

Las principales causas de los problemas para dormir son claras en este momento: el estrés y la preocupación debido a la situación excepcional en la que nos encontramos, así como la falta de un ritmo diario. Hay muchos remedios naturales para ayudarte a conciliar el sueño:

1. Infusión de valeriana

Ayuda a calmar los nervios y favore el sueño de calidad. Sus principios activos afectan al sistema nervioso central y alivian el estrés y la tensión. Para preparar la infusión, vierte una taza de agua hirviendo sobre dos cucharaditas de la raíz de valeriana. Deja que se infunda durante diez minutos antes de colar y tómatela media hora antes de acostarte.

2. Aceite esencial de lavanda

Los estudios han demostrado que el aroma del aceite de lavanda tiene un efecto calmante y te ayuda a conciliar el sueño. Los dos terpenos principales del aceite de lavanda, el linalool y el acetato de linalilo, tienen un efecto relajante que ayuda a que duermas mejor.

Puedes hacerte un cojín aromático, rellena un cojín de unos 10x10 cm con lavanda seca, amásalo antes de dormir y colócalo junto a la almahoda.

Cambia la lavanda cada seis meses. Otra opción es hacer una mezcla de 100 ml de agua destilada, 50 ml de alcohol y 10 gotas de aceite esencial de lavanda ecológico y pulverizarla en el dormitorio antes de echarte a dormir.

3. Baño tibio

Un baño tibio también puede promover el sueño. El calor relaja los músculos y calma la mente. Además, aumenta la temperatura corporal, que luego se enfría rápidamente después del baño. La temperatura corporal disminuye durante el sueño, por lo que el efecto del baño promueve el estado de somnolencia.

4. Ejercicios de relajación

Dado que el estrés y la ansiedad suele ser la causa principal de los problemas para dormir, los ejercicios de relajación como la meditación o la relajación progresiva también son remedios muy efectivos.

5. Actívate durante el día

Para pasar de la actividad del día al descanso de la noche lo más importante es evitar acostarte agitada. Dar vueltas de un lado para otro en la cama suele deberse a que hay demasiados pensamientos que se disparan en tu cabeza.

Es fundamental hacer algo de ejercicio de día: puedes hacer yoga, taichi, estiramientos o simplemente caminar por el pasillo de casa o bailar con tu música favorita durante el día y no estar todo el día sentada en el sofá. Sin duda, las personas que gastan más energía durante el día duermen mejor por la noche.

6. Practica rituales fijos antes de acostarte

Te serán muy útiles para conciliar el sueño. Baja la intensidad de la luz cuando el sol se haya puesto, evita estímulos como la música demasiado movida, los debates en televisió o las películas con mucha acción, lee, date una ducha, toma una infusión y métete en la cama en la habitación completamente a oscuras.

Al cerrar los ojos, visualiza un lugar calmado o un objeto (una vela, por ejemplo). Concéntrate en los detalles, sin pensar en nada, "observa", por ejemplo, cómo se mueve la llama de esa vela.

7. Cuidado con la temperatura

Es importante prestar atención a la temperatura ambiente correcta: entre los 17 y los 20 grados centígrados es la temperatura óptima para dormir bien.