¿Unas extrañas sensaciones en las piernas te impiden conciliar el sueño por las noches? Te ofrecemos información acerca del síndrome de las piernas inquietas y algunos remedios para combatirlo en casa.

El síndrome de las piernas inquietas impide un buen sueño. En los momentos de descanso o justo antes de dormirse, los afectados notan unos pinchazos, tensión u hormigueo en las piernas, y para mitigarlo sienten la urgencia de cambiar de posición, levantarse y caminar. En la literatura médica se denomina a menudo a los afectados como "andadores nocturnos" (nightwalkers).

¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas?

El síndrome de piernas inquietas se caracteriza por la aparición de una sensación molesta en las piernas que obliga a moverlas, especialmente por la noche. No es un trastorno inicialmente grave, pero sí muy molesto y desasosegante.

Se estima que el síndrome de las piernas inquietas – también conocido como síndrome de Ekbom– afecta a una de cada 10 personas y puede manifestarse de forma esporádica o hacerse crónico. Sus causas son desconocidas, pero tiene un componente genético, pues hay familias más afectadas que otras. Las mujeres mayores son el grupo más afectado.

Este síndrome, como su nombre indica, suele afectar a las piernas, pero puede aparecer también en los brazos. Puede darse durante el día pero los síntomas son más habituales o se intensifican por la noche. Por otro lado, no suele producir dolor, pero las molestias resultan muy desagradables.

Como tener piernas inquietas por la noche no permite conciliar un sueño profundo y reparador, el trastorno se relaciona con problemas de concentración y estados de agotamiento durante el día. En caso de cronificarse, puede provocar alteraciones mentales graves.

Ocho de cada diez personas con piernas inquietas también sufren el "síndrome de movimientos periódicos de las piernas", que se caracteriza por movimientos involuntarios bruscos de las piernas durante el sueño.

Causas principales

No se conocen las causas de estos movimientos involuntarios, pero una teoría los relaciona con niveles bajos de dopamina, uno de los principales neurotransmisores cerebrales y necesario para la realización y coordinación de los movimientos. Esta también podría ser la causa de las piernas inquietas.

Descubre en este vídeo las posibles causas del picor de piernas.

También se ha observado que el déficit de algunos minerales como el hierro –o de su transportador, la ferritina–, el calcio, el magnesio o el potasio, así como un exceso de ácido úrico en la sangre pueden propiciarlo.

Sin embargo, muchas personas que lo padecen no sufren ninguno de estos desequilibrios bioquímicos. Se cree que puede haber asimismo una predisposición genética.

Tratamiento natural

Si las piernas inquietas no te dejan dormir tranquilamente, puedes hacer los siguiente:

  1. Intenta no hacer más esfuerzos físicos ni mentales de los necesarios por la tarde y a primeras horas de la noche, porque el estrés favorece la aparición de los síntomas.
  2. Mantén horarios regulares tanto para irte a dormir como para despertarte. Es muy útil establecer un ritual que te ayude a conciliar el sueño.
  3. Evita el alcohol, la cafeína y la nicotina unas horas antes de irte a dormir.
  4. Realiza el suficiente ejercicio durante el día y por la noche elimina tensión de las piernas con estiramientos oejercicios de yoga. Practica también alguna técnica de relajación, como la relajación progresiva, el entrenamiento autógeno, la visualización guiada o el mindfulness.
  5. Mejora la circulación sanguínea gracias a duchas alternas de agua fría y caliente, baños, masajes y envolturas calientes o frías.
  6. Asegúrate de que la dieta te está proporcionando la suficiente cantidad de hierro. Las piernas inquietas es uno de los síntomas habituales de una deficiencia de hierro, la cual explica en torno al 30% de los casos. Recuerda que son alimentos ricos en hierro las legumbres, las semillas de sésamo, los frutos secos y las verduras, especialmente las coles. Acompáñalos con fruta rica en vitamina C para mejorar su absorción.

Primero acude al médico

Ante cualquier síntoma que te preocupe, acude a tu médico para que realice un diagnóstico y descarte otras enfermedades. La neuropatía periférica, la insuficiencia renal, las disfunciones intestinales y algunos trastornos del hígado y de tipo autoinmune pueden cursar con síntomas similares.

Las molestias también pueden aparecer como efecto secundario de algunos medicamentos, como los antidepresivos, los neurolépticos y los medicamentos antidepresivos.

En casos muy graves el médico puede recetar medicamentos (relajantes musculares, somníferos y, sobre todo, antiparkinsonianos como el pramipexol) para mitigar los síntomas.