El pasado mes de enero, un estudio dirigido por el neurobiólogo Robert Moir, del Hospital General de Massachusetts, afiliado a la Universidad de Harvard, descubrió las bacterias que causan la periodontitis (infección de las encías) en los cerebros de personas afectadas por el Alzheimer.

Robert Moir declaró que quizá la bacteria Porphyromonas gingivalis no provoque la enfermedad, pero está seguro de que puede contribuir de manera importante a su desarrollo, entre otros factores.

Una bacteria de la boca provoca inflamación en el cerebro

Según Moir, que publicó el estudio en Science Advances, la aparición de placas de proteínas beta-amiloides en el cerebro de las personas enfermas puede ser una respuesta desesperada del organismo para proteger el órgano frente a la invasión de bacterias.

Un nuevo estudio ha sido ha llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Louisville (Estados Unidos) y de la Universidad de Jagellónica en Cracovia (Polonia). El equipo, dirigido por el doctor Jan Potempa, descubrió como la bacteria Porphyromonas gingivalis y de las toxinas que genera ("gingipains") viajan hasta el cerebro y contribuyen al desarrollo del Alzheimer.

Tratamiento experimental en estudio

Potempa probó que las bacterias pueden trasladarse de la boca al cerebro donde produce una respuesta inflamatoria. Los investigadores creen que un fármaco experimental denominado COR388 puede bloquear la acción de las toxinas y detener el avance del Alzheimer. Se considera que esta estrategia puede ser más eficaz que los antibióticos.

También se relaciona con la artritis reumatoide

El mismo mecanismo puede estar relacionado con la artritis reumatoide y con las llamadas "neumonías por aspiración", en que la llegada a los pulmones de saliva o restos de alimentos puede provocar una infección.

Por tanto, la mala salud bucal es un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos. La P. gingivalis comienza a infiltrarse en las encías durante la adolescencia y una de cada cinco personas menores de 30 años tiene niveles bajos de bacteria en sus encías.

Una presencia moderada de la bacteria no parece provocar problemas, pero si su desarrollo es excesivo provoca una respuesta inmunitaria con inflamación cuyos primeros síntomas son enrojecimiento, hinchazón, sangrado y degeneración del tejido de las encías.

La higiene oral puede prevenir el Alzheimer

La mejor forma de evitar que la P. gingivalis se salga de control es cepillarse los dientes y usar hilo dental con regularidad y visitar a un higienista dental al menos una vez al año, según Potempa.

"La higiene oral es muy importante a lo largo de nuestra vida, no solo para tener una hermosa sonrisa, sino para disminuir el riesgo de muchas enfermedades graves", ha manifestado Jan Potempa.