Vamos por la vida con la mente acelerada, estresados, acompañados siempre por el ruido de las plataformas digitales. De reto en reto, llegamos extenuados al final del día. La sociedad de consumo aporta confort pero se está convirtiendo en una pesada mochila para más del 70% de los españoles, que dicen "sentir falta de vitalidad con frecuencia". Es lo que reveló un estudio de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) de 2015.
En este contexto nació la idea del documental Kómoda, de la consultora de comunicación Torres y Carrera y la productora Milana Bonita. Conducido por Nicolás Coronado, a lo largo de 50 minutos el documental recoge las declaraciones de distintos expertos que opinan sobre el tema.
La comodidad agota nuestras fuentes de energía
Parte de esa fatiga social tiene que ver con la búsqueda de lo cómodo, que no siempre es lo mejor, porque a veces no deja espacio para el equilibrio interior ni la naturaleza. "Somos una sociedad con muchos conocimientos pero necesitamos ponerlos en práctica", dijo Nicolás Coronado en la presentación del documental. "Para que haya un cambio social, primero tiene que haberlo en el individuo. Pero nos falta el impulso interior porque el abandono nos puede."
Macarena Cutillas, fundadora de Californian Hot Yoga, añade: "Somos mente, cuerpo y espíritu. Y si esto no se alinea, no puede haber una transformación, que se produce cuando el sistema nervioso central está equilibrado y aportamos oxígeno al organismo para traer paz a nuestra vida".
Hay que distinguir lo que es importante de lo que no
Tenemos que revisar los factores que nos agotan para recuperar nuestra energía y nuestra voz interior. Y concentrarnos para permanecer solo en el presente y recuperar la frescura que nos permita encarar los retos sin perder la humanidad ni dejarnos cegar por todos los conocimientos que hemos desarrollado.
La clave para lograrlo pasa por preguntarnos urgentemente qué queremos, por qué y si realmente vale la pena. Por ello, matizó Douglas Belisario, director del documental, "hay que distinguir lo que es importante de lo que no para tratar de vivir bien, que es de lo que se trata".
La muerte por karashi se produce por exceso de trabajo
El poco ejercicio que practicamos es otro de los factores que incide en nuestro agotamiento. A menudo cedemos nuestro tiempo de ocio a la tecnología, que ya en el trabajo nos suele tener muy conectados. Tenemos que poner límites a esta hiperconectividad.
El 98% de los españoles dice estar preocupado por su vida laboral pero "no hay que olvidar que no somos máquinas, aunque trabajemos con ellas", explican en Kómoda. El agotamiento laboral extremo puede llevar al karashi, término japonés que define la muerte por exceso de trabajo, una cruda realidad en el país nipón que se cobra la vida de muchos trabajadores.
"Somos yonkis del ocio y cada vez necesitamos una dosis mayor"
La adicción a la tecnología y las redes sociales, junto al narcisismo que fomenta el culto a la propia imagen y la dependencia de los likes, suponen otra gran fuente de agotamiento social. Nos refugiamos en ellas privándonos a veces incluso de las relaciones sociales "presenciales", básicas para nuestra identidad.
"Somos yonkis del ocio y cada vez necesitamos una dosis mayor" pero el límite salta cuando nos "robamos" también el tiempo para estar en armonía con nosotros mismos. Esta adicción a las pantallas, cuya luz azul además nos quita tiempo de sueño, descanso y reparación, también la están replicando niños y adolescentes, explicó José Luis Casero, presidente de la Comisión para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE).
La mala alimentación, otra de nuestras carencias
Nunca habíamos tenido acceso a tantos alimentos pero, aunque cada vez adquiere más valor la comida sana, el glamour del placer por la gastronomía roba protagonismo a la buena nutrición. Cocinar uno mismo, comer alimentos frescos y de temporada, evitar los ultrapocesados o dar menor cabida en los menús a la proteína animal fueron algunas de las pautas mencionadas para cargar energías.
Se quedaron en el tintero los pesticidas que ingerimos con los alimentos. En muchos casos la ciencia ha constatado que son capaces de alterar el sistema hormonal y tienen gran influencia en el agotamiento energético de la persona.
Las mujeres, las más afectadas por el cansancio físico
Las mujeres siguen cargando más que sus compañeros y aunque la igualdad laboral avance, aún queda tiempo para que llegue a cerrarse la brecha salarial. Además, el trabajo no remunerado femenino (como el de los cuidados) constituye el 55% del PIB.
Sin embargo, compararse con los hombres no es la solución, sino "volver a nosotras mismas y encontrar nuestro sitio". Mientras el feminismo exige nuevas conquistas, también debe haberlas en el terreno sexual y "excluir el porno, que cosifica a la mujer porque hay una distorsión de género", dijo Ana Lombardía, sexóloga.
Y un apunte más: explorar la sexualidad parece estar de capa caída por la falta de libido que conlleva el agotamiento, así como por la falta de tiempo, que está reduciendo las relaciones sexuales y fomentando la masturbación y el consumo de pornografía.