Las flores, con su belleza efímera, nos invitan a ser creativos en la cocina y a utilizarlas como lo que son: una exquisitez.

En las ensaladas, en las cremas de verdura, rellenas, en una macedonia, para decorar un trocito de tarta, en un cóctel de frutas sin alcohol... son muchas sus posibilidades culinarias y deparan platos tan vistosos como deliciosos.

Verás que su textura aterciopelada, muy suave y agradable, es fácil de combinar.

Y sus sabores sutiles aportarán a tus recetas notas florales con un toque diferente según la especie: especiado, dulce, cítrico, incluso picante.

Cada flor tiene su personalidad y se trata de descubrirla. Aquí te hemos propuesto seis, pero hay muchas más que pueden utilizarse en la cocina, como la borraja, la rosa, la capuchina, el hisopo anisado, el saúco, la acacia...

Poco a poco irás conociéndolas y podrás experimentar con ellas. Con sus vivos colores harán que tus platos entren primero por los ojos. Después, sus embriagantes aromas naturales se encargarán del resto.

Elígelas ecológicas

Es importante que las flores sean de cultivo biológico. Para asegurar su procedencia lo mejor es cultivarlas en casa, en macetas o en el jardín.

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Caléndula, la flor más terapéutica

Los pétalos tienen un sabor algo picante con aromas similares a la pimienta o al azafrán.

Se añaden enteras a las ensaladas, dan aroma a sopas o postres y pueden rebozarse.

Entre las propiedades de esta flores: confortan el espíritu, calman los dolores y fortalecen el corazón.

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Clavel, con sus aromas especiados

Esta flor deja en el paladar un original sabor especiado, parecido a la pimienta y al clavo, que combina bien con la fruta.

Utiliza solo los pétalos  porque el centro blanco resulta un poco amargo.

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Violeta de efecto antiinflamatorio

Esta flor dulce y mentolada se emplea tanto fresca como seca.

Su uso más habitual es en repostería, para hacer confites, compotas, helados y sorbetes.

Contiene una sustancia llamada rutina, un fitoquímico antiinflamatorio que fortalece los capilares.

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Pensamiento, el toque sorprendente

Se pueden encontrar de varios colores y siempre ofrecen un agradable sabor agridulce que puede emplearse en ensaladas y cocina salada.

Los petalos glaseados –cristalizados con azúcar– resultan ideales para decorar postres.

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Malva, del camino a la mesa

Es fácil encontrarse con estas flores en un paseo por el campo.

Poseen un sabor suave que transforma cualquier ensalada.

Desecadas, las flores se pueden preparar en una infusión eficaz contra la tos.

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Tulipán, el vasito delicado

En alta cocina se suelen combinar los pétalos de tulipán con frutas cítricas como la naranja. El sabor varía en función de la especie de tulipán.

Quítale el pistilo y los estambres y tendrás un «recipiente» perfecto para rellenar, por ejemplo, con puré de patata.