El concepto “mala hierba” no es bonito, pero se sigue utilizando por todos aquellos que cómo algunas plantas que no han elegido y que quizá no conocen crecen entre el césped, las flores o los cultivos de hortalizas.

Estas plantas han sido marginadas por la historia en favor de las especies cultivadas. Pero nuestros antepasados las consumían con normalidad como ingredienetes normales, como condimento o como remedios para distintos problemas de salud.

El llamado "cura de las plantas medicinales", el suizo Johann Künzle, dijo una vez: “Si las personas, en vez de arrancar y tirar las malas hierbas, se las comieran, se desharían de ellas y además se curarían”.

Siguiendo esta premisa, te presentamos una selección de plantas que normalmente erradicamos, pero que son ricas en nutrientes y en propiedades beneficiosas.

Plantas silvestres para llevarte al plato

4 /8

1 / 8

Diente de león

El diente de león (Taraxacum officinale) no solo es una planta bonita de ver, sino que además es increíblemente útil tanto en alimentación como para la salud.

Las hojas jóvenes, ricas en vitamina C, se pueden encontrar con otras verduras en algunos mercados. Son perfectas para ensaladas.

Con las flores se puede hacer sirope y la raíz es un sustituto del café.

En cuanto a las propiedades medicinales, el diente de león es diurético y ligeramente laxante. Se emplea para "limpiar" los riñones, sobre todo en pacientes propensos a desarrollar piedras.

También es efectivo en caso de problemas de hígado y vesícula biliar, y en dolores articulares.

2 / 8

Llantén mayor y menor

El llantén, tanto el llantén mayor (Plantago major) como el llantén menor (Plantago lanceolata), son dos plantas crecen en los bordes de los caminos, en los prados y en medio de las plantas cultivadas en el huerto.

Molestan especialmente a los horticultores escrupulosos porque tienen profundas raíces y diseminan con facilidad las semillas, por lo que se convierte en un problema.

Sin embargo, la lucha se acaba si las recoger para comerlas en ensaladas y en platos cocinados.

Además, en medicina natural se recomiendan las hojas para las enfermedades de las vías respiratorias, para las que se pueden preparar en forma de jarabe.

3 / 8

Alquemila

La alquemila (Geum urbanum) es una mala hierba clásica y se erradica sistemáticamente en los jardines, aunque es muy difícil de eliminar una vez se ha enraizado.

Tiene un olor similar al clavo de olor debido al compuesto eugenol.

Se puede usar al igual que el clavo como remedio contra el dolor dental, y también contra la diarrea y, en forma de infusión, contra los calambres de barriga.

Es desintoxicante y favorece el bienestar general.

En la cocina, es buena idea añadir algunas de sus hojas a la ensalada o usarlas secas y molidas como especia en todo tipo de platos.

4 / 8

Ajea o cenizo

(Chenopodium album)

Mientras aquí la consideramos como "una mala hierba", en sus lugares de origen, la India y China, se cultiva como una verdura.

Posee grandes cantidades de vitaminas y minerales, más que, por ejemplo, las espinacas o otras verduras.

Las ramitas tiernas se pueden preparar igual que las espinacas o consumirse en ensaladas. Los brotes se pueden saltear y servir como una alternativa al brócoli.

Hay que consumirlo con moderación, ya que es rico en saponinas y ácido oxálico (en algunas personas puede favorecer la formación de cálculos renales).

5 / 8

Podagraria

La podagraria (Aegopodium podagraria) aparece un muchos campos y por su resistencia se convierte en una verdadera pesadilla de muchos jardineros. Lo que no saben es que contiene más nutrientes que muchas especies de verduras. Por ejemplo contiene 13 veces más minerales y el doble de proteínas que la kale.

Hay quien piensa que no es sabrosa porque no ha probado sus hojas de color verde clarito, tan suaves que suelen gustar incluso a los niños.

Esta planta crece hasta bien entrado el otoño y se puede emplear para añadir a sopas, ensaladas y más preparaciones.

A la podagraria también se le atribuyen propiedades medicinales. Johann Künzle la empleaba contra las varices, la tos, los parásitos intestinales, los dolores de dientes, la gota, el reuma y el estreñimiento.

6 / 8

Pamplina o hierba gallinera

La pamplina o hierba gallinera (Stellaria media) tiene un crecimiento muy rápido, tanto que es capaz de adornar un gran espacio de terreno en poco tiempo. Y si la frena un muro, también puede encaramarse. Como le gustan los suelos nitrogenados, es posible hallarla en huertos junto a las lechugas.

Es perfecta para ensaladas, como complemento de las espinacas o para el pesto.

Posee una gran densidad de nutrientes: el doble de calcio, el triple de potasio y magnesio y siete veces más hierro que la lechuga.

7 / 8

Galinsoga

La galinsoga (Galinsoga quadriradiata), que también se conoce como "hierba pajarito" y debe su nombre a Ignacio Mariano Martínez de Galinsoga (1766-1797), fundador de la Real Academia de Medicina de Madrid, y director del Jardín Botánico de Madrid.

Se sigue considerando una "mala hierba" aunque es muy nutritiva. Destaca por su contenido en hierro y también en calcio, magnesio, manganeso, vitamina C y betacaroteno.

Se puede emplear como ingrediente principal de la ensalada, en smoothies, sopas o como condimento.

8 / 8

Hiedra terrestre

A la hiedra terrestre (Glechoma hederacea), una inofensiva hierba silvestre, le gusta meterse entre el césped. También conocida como “perejil silvestre”, se puede usar igual que éste.

Además puede emplearse como planta medicinal en patologías que cursen con flemas y purulencias.