Regular la tiroides con la alimentación
Una manera de ayudar a la tiroides es reducir el consumo de alimentos procesados y refinados (con químicos, colorantes y conservantes), y también de gluten, soja y lácteos; de ese modo, tus mucosas estarán libres y tu tiroides podrá trabajar correctamente.
La falta de minerales como yodo, zinc y selenio también está relacionada con un desequilibrio de la glándula tiroides. Es un indicador claro de que existen alimentos que benefician su actividad, como todo tipo de frutas y verduras frescas.
Los alimentos que más le gustan a tu tiroides
Si se padece hipertiroidismo, conviene una dieta equilibrada y energética para contrarrestar la posible pérdida de peso y de masa muscular.
En el caso del hipotiroidismo, es importante seguir una alimentación muy variada, con cuatro o cinco comidas poco abundantes al día.
En general, entre los alimentos que ayudan a la glándula tiroides destacan las nueces de Brasil, pipas de calabaza, aguacates, hojas verdes, zanahorias, aceites vegetales de primera presión en frío (oliva o coco virgen extra, lino, almendras o nueces), sal marina y almendras.
El déficit de yodo afecta a la producción de las hormonas tiroideas. Son buenas fuentes de yodo las algas nori, kombu, espirulina, y chlorella. Tómalas en ensaladas, sopas o con cereales (salvo en caso de hipertiroidismo).
También la maca es un buen recurso. Esta planta andina actúa como regulador hormonal si se consume de manera regular. Las puedes incluir en batidos, leches vegetales, productos horneados, postres, ensaladas, aliños…
Finalmente, recuerda que la clorofila de plantas y algas oxigena, desintoxica y regenera la sangre. Hay buenas concentraciones en las espinacas, diente de león, acelgas, germinados de guisantes, hojas de zanahoria… La reina es la hierba de trigo: un chupito en ayunas es muy beneficioso.