La seguridad alimentaria no es algo que debamos tener en cuenta solo cuando llega el verano y las altas temperaturas se convierten en una amenaza para el buen estado de los alimentos, especialmente, los huevos y los lácteos. Y es que la seguridad alimentaria afecta a todos los alimentos, tanto frescos como procesados.
En este artículo, pondremos el foco en uno de los alimentos favoritos de la mayoría de la gente cuya frecuencia de consumo es muy elevada. Nos referimos al pan. Dado que este alimento acompaña a la mayoría de los platos y recetas que preparamos, resulta especialmente interesante conservarlo correctamente.
Más allá del tipo del pan o de cómo se ha preparado, es importante tener en cuenta cómo y dónde lo guardamos, ya que de ello depende, no solo la calidad de sus propiedades organolépticas, aquellas que afectan a su sabor, color, aroma y textura, sino también su capacidad para convertirse un riesgo para la salud.
¿por qué se echa a perder el pan?
A todos se nos ha quedado alguna vez el pan gomoso o duro. Y en el peor de los casos, ha comenzado a ponerse verde debido a la proliferación del moho. Para evitar llegar a este extremo y alargar la calidad del pan lo máximo posible, los expertos recomiendan no guardarlo en una bolsa de plástico. Existen opciones que nos permitirán que se mantenga fresco, y todas ellas excluyen las bolsas de plástico.
La explicación que hay detrás de este consejo es muy clara. Este material hace que el intercambio de aire con el exterior sea imposible haciendo que las condiciones en el interior del paquete sean las idóneas para que el pan comience a humedecerse, pierda su corteza crujiente, y se vuelva blando y chicloso.
Además, si se mantienen esas condiciones, el moho no tarda en aparecer. Lo que significa que, lamentablemente, habría que tirarlo a la basura en poco tiempo. Por eso, los expertos recomiendan no guardar el pan en una bolsa de plástico. Y quien dice bolsa de plástico, dice cualquier recipiente que aísle el alimento. Normalmente, aquellos que son de plástico o de cristal herméticos.
El mejor método de conservación
La costumbre que tienen las panaderías de vender el pan envuelto en papel o dentro de bolsas de papel no es casualidad. Y es que, es la manera de que el pan respire y de que la corteza se mantenga crujiente. No es algo que vaya a durar mucho tiempo, pero sí más que si lo guardásemos en una bolsa de plástico.
Ahora bien, tampoco esperes que se mantenga durante semanas tal y como lo compraste, ya que, al cabo de unos días se apreciará el inevitable deterioro del pan. Una forma de mejorar un poco más su conservación es que la bolsa de papel esté recubierta de parafina. Cuando tiene una capa de parafina en su interior, puede durar mucho más.
Si en tu panadería se ofrecen bolsas de papel parafinado, lo mejor que podemos hacer es guardar el pan en estas bolsas. En caso de que no, hay comercios que venden papel parafinado para guardar alimentos, haciendo que puedan mantenerse frescos durante más tiempo. Eso sí, ten en cuenta que esto solamente te servirá para unos días, ya que el pan puede acabar dejando un sabor rancio si lo dejamos durante mucho más tiempo.
También puedes congelarlo
En el caso de que busques una conservación a medio y largo plazo, la opción más eficaz y saludable es congelarlo. Ahora bien, a la hora de hacerlo es importante tener en cuenta algunos consejos expertos. Entre ellos, destacamos los siguientes:
- En primer lugar, si vas a congelar una barra grande o una hogaza es recomendable cortarlo en rebanadas antes de congelarlo. Esto no solo facilita el descongelado de porciones individuales, sino que también permite utilizar solo lo que necesitas, sin tener que descongelar todo el pan de una vez.
- A continuación, se ha de envolver adecuadamente. Para evitar quemaduras por congelación y la absorción de olores de otros alimentos en el congelador, es crucial envolver el pan herméticamente. Para ello, puedes usar papel de aluminio, envoltura de plástico, o bolsas de congelación específicas.
Una vez envuelto adecuadamente, el pan está listo para ser congelado. Coloca las bolsas o paquetes de pan en el congelador, preferiblemente en una posición plana para que las rebanadas no se deformen. Etiquetar las bolsas con la fecha de congelación es útil. Aunque el pan puede conservarse en el congelador durante varios meses, es recomendable consumirlo dentro de los tres primeros meses para asegurar que mantenga su mejor calidad.
Cómo descongelar el pan
Tan importante como una correcta congelación, es el proceso de descongelación. Para llevarlo a cabo, y si no tienes prisa, la mejor manera es dejarlo reposar a temperatura ambiente. Coloca las rebanadas en un plato o una rejilla y cúbrelas ligeramente con un paño limpio para evitar que se sequen. Al cabo de una hora, el pan debería estar completamente descongelado y listo para consumir.