En el cerebro hay más de 100.000 millones de neuronas y cada una tiene entre 10.000 y 200.000 puertas de entrada y salida de mensajes que les permiten comunicarse entre sí. Si hacemos cálculos, la conectividad de las redes de comunicación social palidece ante la de nuestro cerebro.
Uno de los principales mecanismos de transmisión de estos mensajes es a través de las moléculas llamadas neurotransmisores. Hay más de 50 diferentes que regulan las funciones fisiológicas (apetito, movimiento…) y mentales (atención, memoria, motivación), incluyendo las emociones y el estado de ánimo.
El cerebro necesita un aporte de nutrientes esenciales, que por definición son sustancias que nuestras células no son capaces de fabricar. Por ello, una dieta deficiente en nutrientes esenciales tiene consecuencias graves a largo plazo y se asocia a un mayor riesgo de padecer las enfermedades crónicas más frecuentes, incluidas el Alzheimer y la depresión.