Si quieres mantener tu flora intestinal en buen estado y, de paso, favorecer tu salud general, no olvides incorporar probióticos y prebióticos a tu alimentación. Te damos 8 ideas para consumirlos.

Una dieta amiga de la microbiota

La microbiota está compuesta por aproximadamente cien billones de microorganismos que pueblan nuestro intestino, la piel, la boca y otras partes del cuerpo. Mantenerla sana es crucial porque participa en funciones esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo y la mente.

Por ello es importante incorporar habitualmente en nuestra dieta alimentos con microorganismos vivos (probióticos), así como ingerir los tipos de fibra que los alimentan y que favorecen su desarrollo (prebióticos).

8 probióticos y prebióticos para mejorar el estado de tu flora (microbiota)

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1. Yogur de soja

Aporta las beneficiosas Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, que controlan la proliferación de bacterias patógenas y mejoran la inmunidad a nivel intestinal.

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2. Kéfir de agua

Contiene decenas de microorganismos beneficiosos, entre ellos los Lactobacillus acidophilus y Saccharomyces kefir. Está indicado ante el estreñimiento y frente a los síntomas de inflamación intestinal. Para elaborarlo en casa, necesitas nódulos de kéfir que puedes cultivar en casa. Si quieres aprender a hacerlo, aquí tienes la receta.

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3. Verduras fermentadas

Son muy nutritivas y anticancerígenas, como el chucrut a base de col con Leuconostoc mesenteroidesLactobacillusStreptococcus, Pediococcus o los kimchi coreanos.

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4. Miso

Se obtiene de la fermentación de soja, trigo, arroz o cebada con el hongo Aspergillus oryzae. Se utiliza para preparar sopas calientes que no deben llegar a hervir, así como para otros platos.

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5. Inulina

Es el tipo de fibra soluble que mejor alimenta a las bacterias beneficiosas. Se halla en el ajo, los espárragos, la alcachofa, el puerro y la cebolla, que deben consumirse a menudo. Hortalizas y frutas ofrecen otras fibras recomendables.

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6. Fibra insoluble

Se encuentra en los cereales integrales, como el arroz, el pan o la pasta integral. Facilita el tránsito intestinal, pero no se debe consumir en exceso.

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7. Almidón resistente

Es un hidrato de carbono que puede ser digerido por las bacterias. Se consigue consumiendo patatas, boniatos y arroz enfriados, así como en las legumbres y la avena.

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8. FOS y GOS

Los suplementos de FOS (fructooligosacáridos) y GOS (galactooligosacáridos) favorecen el crecimiento de las bifidobacterias y lactobacilos. Toma de 5 a 8 g diarios cuando aprecies síntomas de un posible desequilibrio.

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Si te interesa este artículo, seguro que te gustará el curso Cómo organizar la despensa, de María del Mar Jiménez, experta en alimentación natural y ecológica.