El arsénico es un mineral tóxico para las personas que se encuentra de manera natural en el entorno o puede proceder de aguas contaminadas por la industria. En menor concentración el arsénico también se halla en otros cereales, en el pescado y en el agua de beber. En especial, el arsénico se encuentra en el arroz.

¿Por qué hay arsénico en el arroz?

El arroz contiene arsénico debido a que lo absorbe de la tierra de cultivo. El arroz que puede contener más arsénico es el de origen asiático o americano, debido a las características del terreno y a la presencia de arsénico en el agua. En el arroz mediterráneo y africano la concentración es mucho menor.

¿Cómo afecta el consumo de arsénico a nuestra salud?

El efecto de los metales pesados como el arsénico en el organismo es acumulativo y son muy difíciles de eliminar. Según la FDA, el arsénico está asociado con tasas más altas de cáncer de piel, de pulmón o de vesícula, así como a enfermedades del corazón.

El arsénico se acumula en el hígado, los riñones, la piel y el sistema nervioso, inhibe la acción de la vitamina E, el selenio y el azufre y supone un alto riesgo para las mujeres embarazadas. También aumenta el estrés oxidativo y los procesos inflamatorios asociados al envejecimiento.

Según la OMS, un consumo prolongado de agua con un contenido mayor que 0,01 mg de arsénico por litro podría provocar una afectación multisistémica y la aparición de diversos tipos de cáncer.

Recientemente la Unión Europea ha aprobado una normativa que establece un límite a la cantidad de arsénico presente en nuestro arroz, aunque en casa también podemos tratar de eliminarlo o reducirlo.

¿Cómo podemos eliminar el arsénico del arroz?

Para eliminar el arsénico del arroz deberemos lavarlo varias veces. Lo sumergimos en un bol con abundante agua y lo frotamos con cuidado de no dañar los granos. Vacía el bol de agua con cuidado de no derramar el arroz y vuelve a añadir agua fresca para repetir la limpieza varias veces.

Otra forma de eliminar el arsénico en el arroz es hervirlo con mucha agua. Toda la vida hemos cocinado el arroz con 2 o 3 partes de agua por cada parte de arroz, pero cocinándolo en mucha más agua conseguiremos reducir la cantidad de arsénico.

Hirviendo el arroz en 6 o 12 veces su volumen de agua podemos llegar a reducir la cantidad de arsénico en nuestro plato hasta en un 60%.