El azúcar daña el corazón y la industria no quiso que lo supieras

Hace 50 años la industria frenó investigaciones sobre el azúcar que apuntaban posibles riesgos para la salud cardiovascular. Estudios recientes confirman su efecto dañino. ¿Tomaríamos hoy tanto azúcar si la salud de todos hubiera sido entonces prioridad?

Azúcar y corazón

La verdad es a veces escurridiza, pero casi siempre acaba saliendo a la luz. Los estudios más recientes sobre el azúcar confirman algo que hace ya tiempo que se sospechaba: que su consumo daña el corazón. Pero lo que ahora descubrimos es que no solo se sospechaba, sino que la industria del azúcar lo sabía y lo ocultó.

No es una mera teoría ni la elucubración de alguien que desconfíe de los grandes de la industria. Lo dicen investigadores de la Universidad de California-San Francisco en un reciente estudio publicado en la revista PLOS Biology.

La industria del azúcar ocultó sus riesgos para la salud cardiovascular

A esa conclusión han llegado los investigadores tras repasar toda la documentación de un antiguo estudio sobre el azúcar de hace nada menos que 50 años; un estudio que se llamó Proyecto 259 y que quedó abortado.

La investigación en cuestión se puso en marcha en la Universidad de Birmingham en 1968. Se fijaba en la relación entre consumo de azúcar y niveles de triglicéridos en sangre. Pero los científicos a cargo vieron cómo el proyecto se quedaba sin financiación tras 27 meses de trabajo en cuanto se supieron los resultados preliminares.

Esos resultados preliminares revelaban que una dieta rica en azúcar, comparada con una dieta rica en almidones, aumentaba en ratones los niveles de triglicéridos en sangre.

El estudio lo financiaba la Fundación Internacional de Investigación sobre el Azúcar (ISRF por sus siglas en inglés). Al enterarse de que los resultados abrían la puerta a relacionar el azúcar con un mayor riesgo cardiovascular, la Fundación decidió cerrar el grifo de la financiación. Los resultados, al no poder confirmarse, no salieron publicados: objetivo cumplido.

No fue un hecho aislado

No es el primer estudio que pone en evidencia a la industria azucarera: las pruebas se acumulan contra sus prácticas.

En 2016, en la revista JAMA Internal Medicine, el mismo equipo de investigadores de la Universidad de California-San Francisco reveló en otro estudio de investigación que en los años sesenta la misma fundación, entonces aún conocida como Fundación de Investigación sobre el Azúcar, había pagado a científicos de Harvard para desviar las culpas del azúcar hacia las grasas saturadas.

Otras investigaciones han revelado las estrategias de distracción que han promovido algunas empresas y representantes de la industria para desviar la atención de los efectos del azúcar en la salud.

El azúcar al descubierto

No es descabellado preguntarse cómo habría sido nuestra relación con el azúcar en estas últimas décadas si los intereses de la industria no hubieran primado sobre los de nuestra salud.

El estudio del Proyecto 259 no pudo llegar a terminarse, pero de haberse confirmado los resultados seguramente habrían abierto mucho antes líneas de investigación que tardaron décadas en llegar y que después han arrojado luz sobre cómo afecta un consumo excesivo de azúcar a nuestra salud.

Sin duda, ello habría influido también en las recomendaciones sobre alimentación que durante años han restado importancia a la presencia de azúcar en la dieta y han situado a las grasas en la diana de todas las críticas.

Quizá te hayas preocupado de mirar en las etiquetas cuánta grasa lleva tal o cual producto en el supermercado. Al fin y al cabo, durante un tiempo parece que la industria del azúcar quiso que fuera eso en lo que te fijaras.

Pero si miras ahora las etiquetas de los envases, te sorprenderá ver la cantidad de productos que llevan azúcares añadidos y que no habrías imaginado.

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