Las habas (Vicia faba) son una leguminosa cuyo fruto es una vaina alargada de entre 10 y 30 centímetros de longitud. En su interior aloja de 2 a 9 granos. El final del invierno y el principio de la primavera son los mejores momentos para disfrutar de las habas tiernas. Si son de tamaño grande solo se consumirán los granos, ya que la vaina resulta poco agradable al gusto. En cambio si la vaina es de tamaño menor también tenemos la opción de consumirla sin desgranar.
Las habas: doping natural y vegetal
Las habas tiernas contienen levodopa o L-dopa (aproximadamente 100 g de habas frescas o verdes contienen de 50 a 100 mg de L-dopa). Se trata de una sustancia química que el cuerpo utiliza para producir dopamina, el neurotransmisor de la motivación, del impulso.
Se creía que la L-dopa era la causante del sentimiento de placer después de haber conseguido un objetivo. Pero recientes estudios han demostrado que la dopamina actúa antes, refuerza la motivación de forma proactiva para que tengamos mayor predisposición a realizar determinadas actividades.
"La dopamina lleva a mantener el nivel de actividad para conseguir lo que se persigue, por lo que en principio es positiva, sin embargo, siempre dependerá de los estímulos que se busquen", ha señalado Mercè Correa, de la Universitat Jaume I de Castellón.
Los niveles bajos de dopamina provocan que seamos menos proclives a conseguir una meta. Por ello las habas son un doping natural que nos ayuda a mantenernos motivados para alcanzar nuestros objetivos.
Nutritivas y muy versátiles en la cocina
Son más ligeras que las habas secas, ya que 100 g solo aportan 60 calorías. Pero son nutritivas: ofrecen 5 g de proteína y cantidades significativas de hierro, magnesio y vitaminas C y del grupo B, sobre todo ácido fólico.
Para prepararlas de forma sencilla saca las habas de las vainas, lávalas y cuécelas al vapor de 2 a 10 minutos en función de su tamaño. Rocíalas con aceite de oliva virgen extra, sal, ajo y hierbabuena. También se pueden comer con vaina –si está muy tierna–, lo que aumenta la dosis de fibra y nutrientes.
Esta hortaliza combina bien en estofados, guisos y como acompañamiento. Aunque las habas se suelen tomar cocidas, los granos de las de menor tamaño resultan deliciosos crudos como ingrediente de nuestras ensaladas.
Lo ideal es consumirlas recién compradas, pero pueden guardarse 2-3 días en el frigorífico sin que pierdan sus propiedades. También admiten la congelación pero previamente deben escaldarse o cocinarse.