Los edulcorantes, en su mayoría de síntesis artificial, que se usan como alternativas al azúcar refinado, tienen la supuesta ventaja de aportar menos o ninguna caloría, por lo que en teoría deberían interesar a quienes desean perder peso, sufren diabetes o quieren evitar las caries sin renunciar ciertos productos dulces.

Sin embargo, las pruebas científicas muestran que consiguen el efecto contrario al deseado.

Algunos edulcorantes muy utilizados engordan

La sacarina (E954), y en menor medida el aspartamo (E951) y la sucralosa (E955), modifican la flora intestinal de un modo que facilita el aumento de peso, del azúcar sanguíneo y del riesgo de diabetes tipo 2.

Es la conclusión de una investigación dirigida por el doctor Eran Elinav, del Instituto Weizmann de Rehovot (Israel), publicado en Nature, que obliga a reconsiderar el uso masivo de edulcorantes artificiales por la industria alimentaria.

Los endulzantes sintéticos abundan en refrescos, bebidas energéticas y productos light. Se hallan también en lácteos "sin azúcar", en chicles, en golosinas, chocolates y turrones para diabéticos, y en productos dietéticos.

En cambio, los productos ecológicos carecen de ellos, pues la normativa los prohíbe.

Alteran la composición de la microbiota

Según el doctor Elinav, los edulcorantes mencionados modifican la microbiota intestinal reduciendo las bacterias Bacteroidetes y aumentando las Firmicutes. Estohace ganar peso y acumular grasaen el abdomen, la más peligrosa.

Ahora habrá que investigar si todos somos igual de vulnerablesy si el resto de edulcorantes produce efectos similares. Otros estudios habían mostrado que quienes toman edulcorantes ingieren más calorías al cabo del día.

Los diabéticos se hallan lógicamente entre los más interesados en sustituir el azúcar por edulcorantes. Sin embargo, Elinav no se los aconseja.

Otro estudio más reciente, realizado por investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia), confirma los hallazgos de Elinav. Según este trabajo, bastan dos semanas tomando edulcorantes para alterar la microbiota y, en consecuencia, el control de los niveles de glucosa en sangre.

No son azúcar, pero te mantienen enganchado al dulce

Mientras la ciencia avanza, la industria sigue vendiendo productos con edulcorantes como si el razonamiento simplista "menos calorías es igual a menos peso" aún fuera cierto. También influye que los edulcorantes sean mucho u otros ingredientes dulces naturales.

En cualquier caso, cabe reflexionar sobre la importancia que se otorga al sabor dulce. Cuando se da preferencia a los extremos dulce y salado, la dieta tiende a desequilibrarse. Disfrutar con los demás sabores y sus infinitos matices puede llevarnos a una alimentación más variada y sana.

Pero no todos los edulcorantes son iguales

Una vez que hayamos valorado el papel que el sabor dulce debe ocupar en nuestra dieta, si queremos ser justos, hay que analizar las características de cada edulcorante.

Entre los endulzantes sintéticos, el acesulfamo (E950), el aspartamo (E950) y el ciclamato (E952) acumulan demasiadas pruebas en su contra:

• El acesulfamo es 200 veces más dulce que el azúcar, sin calorías y no se altera con el calor, pero los estudios que ampararon su autorización fueron mediocres. Estudios posteriores en animales han detectado efectos cancerígenos y capacidad para alterar el sistema nervioso, la tiroides y el desarrollo durante la gestación.

• El aspartamo, por sus características químicas, puede confundir a los sistemas nervioso y hormonal. Según un estudio de Centro de Investigación Oncológica Cesare Maltoni (Italia), eleva la incidencia de tumores en ratones con resultados extrapolables a las dosis de consumo habituales en personas.

• El ciclamato está prohibido en Estados Unidos, Japón e Inglaterra al relacionarse un metabolito de su descomposición en el intestino con el cáncer de vejiga (también daña los testículos y el esperma). En 2003 la Unión Europea redujo el máximo permitido y ha prohibido su uso en golosinas, chicles, helados y elixires bucales.

Los endulzantes más seguros

Los polialcoholes son endulzantes bastante seguros; solo algunos tienen efectos laxantes en altas dosis. Son el manitol (E421), el maltitol (E965), el eritritol (E968), el lactitol (E966), el isomalt (E953) y el xilitol (E967). Por sus cualidades, este último, que puede obtenerse del abedul o del maíz, se considera el mejor sustituto del azúcar, por su parecido sabor y textura.

El glucósido de esteviol (E-960), obtenido de la estevia, no tiene por el momento muchos estudios en contra.

Endulzantes naturales son el azúcar de coco, la miel, los siropes de arce o agave, las melazas de trigo, arroz, cebada o maíz, el polvo de algarroba y los productos de la estevia. El extracto crudo y el polvo de las hojas de estevia son endulzantes que no se han asociado a efectos negativos y existen incluso estudios sobre sus propiedades terapéuticas en casos de diabetes.