Si crees que tu dieta no es suficientemente buena, algunos trucos en la organización de la nevera te pueden ayudar.

Hay un requisito previo: realizar una buena compra, digna de tu futura nevera sana. Para ello realiza una lista antes de ir al mercado. Prácticamente todo debiera ser producto fresco. No necesitas nada que esté envuelto o cartón o plástico.

4 trucos para ordenar un frigorífico más saludable

1. El estante de en medio es el rey

Cuando estés en casa con tu compra, no lo coloques todo simplemente donde haya hueco. Hay una ley que los expertos en marketing, asesorados por psicólogos, que organizan las estanterías de los mercados conocen bien: se consume más lo que está en el estante de en medio. Y si está a la altura de los ojos, mejor.

Pon en esos estantes los alimentos que deseas consumir más a menudo. Cuando tengas hambre y te dirijas a la nevera serán tu primera elección. Es el lugar adecuado para las verduras que sabes que son sanas, pero que te resistes a incluir en tus recetas.

2. Déjalo listo para comer

Si tienes que buscar la zanahoria en el fondo de la nevera, limpiarla, cortarla, aliñarla y finalmente comerla, es muy probable que antes prefieras abrir una bolsa de patatas fritas.

Deja las zanahorias, las lechugas, las espinacas, las coles y otras verduras que exigen alguna preparación ya lavadas, cortadas y pulcramente guardadas en recipientes de cristal, listas para ser consumidas.

Deja en primer plano unos palitos de apio, zanahoria y manzanas descorazonadas para picar en cualquier momento.

3. Que no rebose

Si abres la puerta de la nevera y te tienes que poner a rebuscar para encontrar lo que deseas, porque el frigorífico está demasiado lleno o desordenado, es probable que ni lo intentes.

Cada dos semanas realiza una limpieza y saca de la nevera lo que esté caducado (toma medidas para que eso no pase de nuevo) y prepara inmediatamente una comida con los ingredientes que estén más cerca de estropearse. Ten en cuenta que, por lo general, las sobras cocinadas duran hasta cuatro días.

Es el momento de aplicar la medida más popular y conocida: pon los alimentos que llevan más tiempo delante y recuerda que estos van primero.

Deja los alimentos de manera que haya un pequeño espacio entre ellos y que no toquen las paredes de la nevera. Y no pongas unos alimentos encima de otros. No debería costarte ver todo lo que hay en la nevera con un vistazo rápido.

4. Pon el tícket en la puerta de la nevera

Parece una tontería, pero funciona. No podremos evitar ver una y otra vez el tícket colgado con un imán, y cada vez recordaremos lo que hemos comprado y que está dentro de la nevera esperando a que lo saquemos para prepararlo. De esta manera evitaremos que los alimentos se estropeen.

Incluso el hecho de ver el precio de cada cosa nos ayudará a no dejar que caduquen.

Los alimentos que no deben faltar en tu nevera

Frutas y verduras de temporada deben ser las estrellas de cualquier frigorífico. Las debes tener en variedad y cantidad suficiente como para que representen los ingredientes con mayor volumen en los menús. Deben ocupar, por lo menos, tres cuartas partes del espacio.

Si hay una gran variedad de colores (amarillos, verdes, rojos, naranjas, morados, blancos) significa que lo estás haciendo muy bien.

La proteína en la nevera de un vegetariano está representada por bloques de tofu, seitán, tempeh, yogures de soja y patés de frutos secos y legumbres. No deben faltar nunca. Recuerda que los restos de tofu se guardan sumergidos en agua en un recipiente de cristal.

En la puerta no pueden faltar frascos con lino molido (una de tus principales fuentes de omega-3) y leches vegetales sin azúcares añadidos. Por supuesto, no debe haber ningún refresco con azúcar o edulcorantes.