El aparato digestivo empieza en la boca y finaliza en el colon. Entre medio, quedan el esófago, estómago, el duodeno, el intestino delgado y el intestino grueso. Cuando ingerimos alimentos no todos los nutrientes se asimilan en el mismo lugar.
Valiéndose de enzimas específicas cada órgano va descomponiendo los alimentos para que puedan seguir camino abajo, y algunos nutrientes se absorben al principio y otros más adelante en otros puntos del recorrido.
Esto es importante, porque las alteraciones en diferentes zonas pueden disminuir la absorción de nutrientes. A su vez, el lugar de absorción importa en el diseño de los suplementos nutricionales.
En qué parte del sistema digestivo se absorbe cada nutriente
En una primera fase, las sustancias nutrientes entran en las células epiteliales que "forran" el sistema digestivo en sus diferentes tramos y allí forman moléculas más complejas. Luego estas células entran en los vasos sanguíneos o linfáticos.
Algunos nutrientes tienen un lugar específico de absorción y otros pueden asimilarse en varios sitios.
Boca, la gran trituradora
Con la masticación y el contacto con la saliva se pone en marcha la descomposición inicial de los alimentos que ingerimos. La saliva produce una enzima, la amilasa, que empieza a descomponer los azúcares y los almidones.
Se empiezan absorber algunos nutrientes, como zinc, vitaminas C, B6, B12 y ácido fólico. La cantidad que se absorbe de los alimentos es pequeña, pero no despreciable, y esta capacidad de absorción se aprovecha en muchos suplementos.
Masticar y ensalivar bien los alimentos es la mejor manera de empezar una buena digestión y asimilación de los alimentos. De ahí irán al esófago, que los empujará en dirección al estómago.
Estómago, el procesador
Los alimentos llegan ya triturados al estómago, pero el proceso aquí se intensifica. Los jugos gástricos y las enzimas descomponen los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas. El objetivo es deshacer bien los alimentos y prepararlos para que puedan ser asimilados en los intestinos.
En esta fase se absorben nutrientes como cobre, yodo, flúor y molibdeno.
Intestino delgado, la esponja
En el intestino delgado es donde tiene lugar la mayor parte de la asimilación de nutrientes, tanto de vitaminas como de minerales. Tiene lógica, pues es el tramo más largo del aparato digestivo y los nutrientes tienen más tiempo de entrar en las células epiteliales y, desde ahí, pasar al torrente sanguíneo.
Las enzimas del páncreas, la bilis del hígado y las bacterias de la microbiota te ayudan en el proceso. Sin embargo, también aquí hay diferencias según el tramo:
- Duodeno. Es el primer tramo por el que pasan los alimentos después de salir el estómago y en él se absorbe buena parte del calcio, el magnesio y el hierro.
- Yeyuno. Así se conoce al tramo intermedio del intestino delgado, donde se absorben los hidratos de carbono y vitaminas del grupo B.
- Íleon. En la parte final del intestino delgado se absorbe buena parte de las proteínas, grasas y vitamina B12.
Intestino grueso, el finiquitador
Te preguntarás si queda algo después de todo este trabajo. Pues sí, y el intestino grueso se encarga de absorber lo que queda.
Gracias a su ejército de bacterias y con la ayuda del agua, se encarga de aprovechar los nutrientes que puedan quedar, básicamente vitamina K, biotina, sodio, potasio y cloruros.