Probióticos en el embarazo: beneficios para la madre y el bebé

Las bacterias digestivas beneficiosas favorecen la salud de la madre y el buen desarrollo del niño durante los nueve meses de gestación.

Los beneficios de los probióticos para las embarazadas

El embarazo es una etapa en la que la mujer necesita estar más fuerte que nunca. La absorción de los nutrientes ha de ser lo más eficiente posible y en este proceso desempeñan un papel crucial las bacterias digestivas.

Incluir alimentos probióticos en la alimentación beneficia al equilibrio entre nuestros huéspedes bacterianos, que a su vez cuidan de la salud de la madre y del niño.

Los probióticos son microorganismos similares a los que viven de forma natural en nuestro intestino. La mayor parte son bacterias, aunque también podemos encontrar levaduras.

Las bacterias del género Lactobacillus, las bidifobacterias y las levaduras Saccharomyces son los probióticos más usados en los alimentos y suplementos.

Tomar estos microorganismos de forma regular ayuda a mantener un equilibrio positivo en la flora intestinal y mejora la asimilación de los minerales y vitaminas que los alimentos proporcionan en un periodo en que las necesidades de algunos nutrientes aumentan hasta un 50%.

Tomar probióticos en el embarazo aumenta las defensas

El consumo de probióticos también afina el funcionamiento del sistema inmunitario.

Si está en forma, la futura madre tendrá menos complicaciones en la gestación e, incluso, en el parto. El bebé heredará las defensas y gozará de un gran apoyo para su salud.

Los probióticos actúan favoreciendo a las bacterias beneficiosas que además controlan a las patógenas. También aumentan la eficacia de las células inmunitarias en su lucha contra bacterias y virus dañinos. ¡No hay mejores compañeros para una madre en su aventura!

Poodemos encontrar probióticos en alimentos vegetales que han pasado por un proceso de fermentación: el miso, la ciruela umeboshi, el amasake, el kéfir, el yogur de soja y las verduras encurtidas con sal como el chucrut o el kimchi. Para asegurarte de que contienen bacterias vivas los puedes hacer en casa.

Los probióticos mejoran la absorción de minerales como el hierro, el calcio y el zinc. Además, favorecen que las bacterias intestinales conviertan la fibra de los alimentos en ácidos grasos de cadena corta que son anticancerígenos y beneficiosos para la salud en general.

Es aconsejable aumentar el consumo de fibra. Existen alimentos (prebióticos) cuya fibra favorece el crecimiento de la flora beneficiosa. Son recomendables ajos, cebollas, puerros, espárragos y alcachofas. Los suplementos a base de FOS (fructooligosacáridos) y GOS (galactooligosacáridos) también alimentan esta flora.

No existen suficientes estudios para determinar cuál es el mejor momento para tomar los probióticos. Nuestro consejo es tomarlos durante todo el embarazo, dando preferencia a los alimentos vegetales con bacterias vivas frente a los suplementos.

Tomar probióticos durante el embarazo es seguro, sobre todo si se hace a través de alimentos vegetales. En cuanto a los suplementos, es conveniente que un profesional supervise el consumo. En general se recomiendan suplementos con varias cepas (especificadas) de lactobacilos y bifidobacterias.

No se conoce ninguna contraindicación con respecto a los alimentos probióticos como el yogur o el chucrut, sin embargo, cuando se trata de tomar un suplemento, sí que puede haber contraindicaciones, como es el caso de las inmunodeficiencia severas o la pancreatitis.

Beneficios para la madre y para el bebé

Muchas embarazadas sufren alteraciones del ritmo digestivo. El estreñimiento es muy frecuente y las diarreas también. Los probióticos están indicados en ambos casos ya que regulan el funcionamiento digestivo. Aumentar la ingesta de hortalizas, tanto crudas como cocidas, también es de gran ayuda.

Según el Natural Medicine Journal y el Journal of Maternal-Fetal & Neonatal Medicine, el consumo de probióticos disminuye el riesgo de padecer diabetes gestacional y preeclampsia, un trastorno que puede poner en peligro la vida de la madre y la del niño.

También hay beneficios para el bebé. Según el Americal Journal of Clinical Nutrition, los probióticos previenen la dermatitis atópica (eccemas), reducen las infecciones respiratorias y los problemas gastrointestinales. Pero no son una garantía absoluta frente a estas alteraciones.

Para cuidar la flora de la madre y el niño es importante evitar el consumo de antibióticos si no son absolutamente imprescindibles, tanto en la futura madre como en los primeros meses de vida del niño. Se relaciona con alteraciones de la flora que pueden favorecer el asma, la celiaquía y la obesidad.

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