Reducir tu consumo de azúcar es un gesto que, sin duda, repercutirá de forma positiva en tu salud actual y futura.
No obstante debes saber que sustituir el azúcar blanco por productos como la panela no es muy buena decisión. La panela sigue siendo azúcar, aunque sin refinar y la diferencia con el azúcar blanco no es importante.
La solución: bajar el umbral de dulzor
Sigamos con el ejemplo de la panela. Aunque este tipo de azúcar conserva una fracción de algunos minerales y algunas vitaminas que han desaparecido en el azúcar blanco, se trata de cantidades muy pequeñas que en modo alguno resultan significativas.
Un trocito de fruta, unos cuantos frutos secos, unas cucharadas de un guiso de legumbres o cualquier otra comida saludable superan con creces la cantidad de micronutrientes presentes en la panela, sin necesidad de hacernos pagar ese peaje en azúcar.
El mejor consejo no es buscar sustitutos saludables del azúcar. No hay azúcar añadido sano.
El mejor consejo es bajar nuestro umbral del dulzor acostumbrándonos al sabor real de los alimentos y de ese modo aprender a no necesitar añadir azúcar a nuestro café, té, yogur, porridge o batido.
Elaborar repostería casera con otro azúcar tampoco es la solución, porque sigue siendo azúcar. La repostería, por muy casera, integral y con grasas saludables que la hagamos, siempre va a estar desplazando opciones mejores como una fruta, unos frutos secos, una tostada integral, o un yogur natural o vegetal.
Dejemos los dulces solamente para las ocasiones especiales, en lugar de buscar una manera de sustituirlos por otros dulces.