El sistema inmunitario necesita aminoácidos para defendernos continuamente de virus, bacterias y otros agentes patógenos. Son necesarios, por ejemplo, para que las células inmunitarias B produzcan los anticuerpos que van a permitir descubrir y eliminar los patógenos.
5 aminoácidos necesarios para la inmunidad
En conjunto, los aminoácidos, tanto los esenciales que se deben obtener de los alimentos, como los no esenciales que el cuerpo es capaz de sintetizar, proporcionan estructura y energía a las células inmunitarias. En relación con la inmunidad destacan los 5 siguientes:
- La glutamina resulta crucial en caso de sufrir una infección, para el buen estado de la mucosa intestinal y después de sufrir un traumatismo.
La glutamina tiene un papel relevante en el sistema inmunitario por su participación en la formación de arginina y como sustrato energético de células inmunitarias (linfocitos y macrófagos).
Alimentos vegetales que aportan glutamina son la piña y los dátiles. - La arginina es fundamental para la formación de glóbulos blancos y para el control de las infecciones. Mejora la función inmunológica celular y desempeña un importante papel en la eliminación del organismo de compuestos nitrogenados no esenciales.
Se halla en abundancia en cacahuetes, almendras y semillas de girasol, entre otros alimentos. - La cisteína es esencial para la síntesis de antioxidantes endógenos como el glutatión. Fortalece la capa protectora del estómago e intestinos, lo que ayuda a prevenir el daño provocado por determinados fármacos, y es importante en el funcionamiento del sistema inmune y en la salud de pelo, uñas y piel.
Se encuentra en el brócoli, los espárragos y las cebollas, por ejemplo. - La L-glutamina interviene en la producción de linfocitos. Su aporte es importante durante los procesos infecciosos.
Este aminoácido se encuentra, por ejemplo, en frutos secos y espinacas. - El L-triptófano participa en la modulación de la respuesta inflamatoria contra los virus y bacterias.
Fuentes vegetales son las legumbres y los frutos secos.
Además de los aminácidos, otros nutrientes esenciales desempeñan funciones igualmente importantes para el sistema inmunitario. Destacan las vitaminas antioxidantes A, C, E y D, y minerales como el zinc, el hierro y el magnesio.